Proyecto Negro: «cada 21 minutos nuestro posible líder es abortado»
Los programas de control de la natalidad han tenido, desde sus orígenes, una base eugenésica muy fuerte. La fundadora de la multinacional del aborto Planned Parenthood, Margaret Sanger es un buen ejemplo.
Como buena socialista y feminista amaba la humanidad en abstracto pero odiaba a las personas. Perseguía la sociedad perfecta, sobraban los «individuos defectuosos». Lógicamente, ella estaba incluida en esa sociedad.
En 1917, Sanger fundó la revista The Birth Control Review, que tenía como subtítulo «Control de la natalidad: crear una raza de purasangres». Para ella, el problema más acuciante era «cómo limitar y disuadir el exceso de fertilidad de los mental y psicológicamente tarados». La Planned Parenthood mantiene vivo su legado.
En 1939, ya con Gamble —uno de los herederos de Procter & Gamble— lanza el Proyecto «Negro», les preocupaba que «esa masa de negros, particularmente en el Sur, continuase reproduciéndose desastrosamente sin freno alguno, con el resultado de que este crecimiento entre los negros viene de la fracción menos inteligente y apta, aún mayor que entre los blancos». El plan era contratar a tres o cuatro pastores negros, con buena experiencia en trabajo social y con facilidades de comunicación, para que recorrieran el Sur predicando el control de la natalidad. La motivación racista quedaría así oculta tras una motivación religiosa.
A pesar de mala prensa de la eugenesia explícita después de «lo explícito» que se mostró Hitler, el programa continuó con los afroamericanos, que en USA siguen constituyendo el grupo con mayor incidencia de abortos provocados.
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