A quién le importa lo que yo diga...
Que hará un cura escuchando música pop una mañana de lunes. Ya ven para lo que hemos quedado. Llevo un rato escuchando una canción y riéndome mucho, porque, cosas de uno, según escucho la canción y me fijo en la letra, no hago más que pensar en la conferencia episcopal española que estos días está de asamblea plenaria donde, entre otras cosas, va a ser elegido el nuevo secretario general.
Seguro que mis lectores han escuchado la cancioncilla en más de una ocasión con un estribillo que dice así:
¿A quién le importa lo que yo haga?
¿A quién le importa lo que yo diga?
Yo soy así, así seguiré
Nunca cambiare.


He querido comenzar esta reflexión r
Las cosas son como son. Hay días y días, fines de semana, momentos de todas clases. Este fin se semana me ha tocado especial. Con razón puedo decir que ha sido glorioso y con muchos motivos para dar gracias a Dios.
Se escucha mucho esa expresión: yo es que me estoy dejando la piel. También, cómo no, en nuestro mundillo eclesial. En general, y hoy sí voy a hablar del clero de Madrid, somos trabajadores, entregados, dedicados a nuestra tarea pastoral. Habrá excepciones, dónde no, pero somos curas que, con aciertos y desaciertos, puedo decir que nos dejamos la piel en nuestra tarea. Reconocimiento también para tantos compañeros, sobre todo párrocos rurales, que con docena, docena y media de parroquias, o incluso más, se multiplican.





