A gorrazos con los fieles, gorra para la heterodoxia
En mi vida de sacerdote, cuando me ha llegado cualquier asunto, por nimio que pudiera parecer, he intentado siempre no dar una solución del momento, sino ofrecer un criterio, por tranquilidad de un servidor, evitar cualquier apariencia de favoritismo o discriminación y dejar solucionadas las cosas para el futuro. Voy a poner un ejemplo de pueblo que seguro van a entender.
Imaginen un fallecido en sábado y entierro el domingo. En este caso ¿qué hacemos? Porque en el pueblo no se entiende un entierro sin que el cadáver sea recibido en la iglesia y se celebre la misa corpore insepulto. ¿Misa aunque sea en domingo o decidimos que en ese caso el entierro sea sin misa y el funeral más adelante? Las dos soluciones son posibles, lo que hace falta es marcar el criterio y aplicarlo SIEMPRE. Lo que no puede ser es que en un caso sí, en otro no, y que todo quede al capricho del señor cura.

Si es que los datos son los que son, y parece que hay obispos brasileños muy preocupados por el hecho de que los medios digitales católicos tradicionales arrasen en las redes. Es lo que hay y los datos son los que son.
Últimamente uno se da cuenta de que cada vez son más los católicos que están dejando de sufrir en silencio y no se callan ni debajo del agua. Nuestros fieles, siempre tan comedidos, tan respetuosos con lo que decían sus sacerdotes, tan confiados en que todo iba por buen camino, se empiezan a echar al monte y cuando algo no les cuadra simplemente se ponen en jarras, como una Rafaela cualquiera, y cantan las verdades del barquero a cura común, párroco de campanillas, vicario episcopal y de ahí hasta donde haga falta.