Energía angélica, cirugía astral... en un colegio católico
Antes de nada vamos a ser claros. Los edificios, sean colegios, parroquias, sedes de fundaciones o naves industriales, no se mantienen del aire. Hay que amortizar la construcción y salir al paso de gastos de mantenimiento, funcionamiento y necesidades pastorales y caritativas en el caso de los que sean propiedad de la iglesia católica.
Por eso el que se busquen formas de aumentar los ingresos rentabilizando las propias instalaciones parece algo lógico ante lo cual no creo haya nada que objetar. Más aún, hay formas en las que el favor es mutuo: se facilita a la gente local para sus necesidades y a la vez se obtiene un rendimiento económico. Pensemos por ejemplo en salones cedidos o alquilados para reuniones de vecinos, salas parroquiales donde la gente puede celebrar un bautizo o comunión a cambio de un donativo, salas cedidas para clases de idiomas, informática, pintura, exposiciones culturales…

Mañana, 11 de septiembre, a las 17:14 h., está previsto que un gran número de iglesias de Cataluña haga sonar sus campanas a favor de la independencia. Qué quieren que les diga.
Mis fuentes no me fallaron. Tanto que puedo afirmar que el documento final del congreso de teología de la Juan XXIII en esencia es el que hace apenas unos días se adelantó como exclusiva en este blog, hasta el punto que el titular con que lo presenta Religión Digital recoge casi literalmente una frase del mismo:
Algunos lectores y comentaristas me plantean la cuestión de hasta qué punto es bueno sacar a relucir en el blog supuestos errores de unos o poner en evidencia las contradicciones de otros. Se preguntan si la misión del blog no estaría más en la línea de proponer cosas, reflexionar y no en la de denunciar o sacar a la luz lo que uno entiende que tiene su peligro.