Carta de una coneja
Apreciado D. Jorge:
Permítame que me dirija a usted como desahogo. Soy católica y practicante desde niña y desde anoche además una coneja.
Tengo treinta y nueve años, casada desde hace quince y madre de cinco hijos. Desde que nos casamos supimos que queríamos estar abiertos a la vida como nos enseña la Iglesia, y hacerlo de una manera responsable. ¿Por qué cinco hijos y no ese número ideal de tres que ayer reivindicaba el santo padre? Mi marido y yo nos queremos de corazón y como fruto de nuestro amor fueron viniendo los peques. Los dos tenemos varios hermanos y no entendemos una familia sin niños.

La alegría de don Fabián aquella tarde era de órdago a la grande, a la chica, a pares y a juego. Estaba que se salía. Cura de pueblo, con cinco mil habitantes a su cargo, no cabía en sí de gozo. Me lo encontré callejeando y se vino a mí con un enorme abrazo. ¿Sabes, me decía? Por fin lo he conseguido. Por fin tengo actividades parroquiales todos los días después de la misa de la tarde. Me faltaba el sábado y he conseguido iniciar un grupo de matrimonios aprovechando la gente que viene por aquí los fines de semana.
Malo que lo que tiene que ser normal haya de verse como noticia. Normal es que cierren las puertas de locales y dependencias de la Iglesia católica a un señor que se cisca un día sí y otro dos veces en la santa madre Iglesia, y que escribe unas cosas sobre las que advierte la conferencia episcopal que cuando menos pecan de arrianismo amén de contener otros varios errorres teológicos. Tan normal como cerrar las puertas de las mezquitas a quien defienda que ni Alá es Dios ni Mahoma el profeta y encima lo haga embuchándose un bocata de jamón acompañado por un rioja.
¿Por qué digo esto? Pues porque hace apenas unos días unos papás han decidido posponer el bautizo de su hijo por recomendación de su pediatra. Parece ser que el niño es chiquitín y necesitado de mucho cuidado y su pediatra ha aconsejado a los padres que no bauticen ahora al pequeño, que es un riesgo, que a ver si le va a pasar algo. Pero es que por lo visto no es el único que se lo ha dicho.





