Razones para acudir a misa a una parroquia o a otra
Pregunto, preguntamos a nuestra gente, las razones para acudir a una parroquia o a otra. Sin orden ni concierto, ahí les dejo lo que nos cuentan los fieles.
Un horario cómodo de misas.
Puntualidad para comenzar.
Puntualidad para acabar, que uno sepa más o menos lo que va adurar la celebración.
Servicio de confesores.
Buen funcionamiento de calefacción y aire acondicionado.
Que se aparque bien.
Que se celebre la misa sin que te lleves sobresaltos en la liturgia y en la predicación.
De todo esto, dos cosas son las que más quisiera destacar.
Lo de los sobresaltos. Gente me dice que no está por la labor de vivir la misa de susto en susto. Por ejemplo, ese amigo que vio aparecer en el altar a un sacerdote con una camiseta pidiendo la libertad de los presos vascos, o ver celebrar sin casulla, o incluso con casulla, pero sin alba, o con estola arco iris.

Estamos tan acostumbrados a ese “nunca pasa nada”, que el día en que un obispo dice sí pasa, y hasta aquí hemos llegado, la gente enmudece de asombro para explotar en un grito “ostentóreo” de “baculazo, baculazo”.
En estas últimas semanas creo que son tres o cuatro las personas que me han amenazado con eso de que “encima querrán que vengamos a la iglesia”, como si lo de acudir a la parroquia fuera favor personal que le hacen al señor cura.
Cómo ha cambiado la cosa de los cumples. De niño recuerdo algunas celebraciones. Por ejemplo, los cumpleaños de tíos y abuelos, cuya celebración consistía en plato de galletas y algunos bollos de la panadería, y siempre una copita de vino dulce. Y ya. Que por cierto los niños de mi generación bebíamos alcohol, evidentemente en dosis muy moderadas, pero se nos daba sin problemas en los santos una copita y en caso de inapetencia un poco de quina Santa Catalina, que es medicina y es golosina, evidentemente con su poco de alcohol.
La cosa surgió, como suele pasar tantas veces, casi de casualidad. Estábamos en una reunión de matrimonios del Movimiento Familiar Cristiano y uno de los asistentes nos contaba cómo en la ermita de la Virgen del Milagro de Hornuez, cada segundo sábado de mes, los segovianos pueblos de Alconada, Alconadilla, Aldealengua, Cilleruelo, Carabias, Fuentemizarra y Valdevarnés, renuevan su voto de gratitud a la Virgen por haberles librado, hace siglos, de la hambruna y la peste. Problema grave, nos decía, conseguir un sacerdote, ya que los de la zona atienden hasta quince pueblos cada uno. El caso es que si tú podrías… y de paso hacíamos allí la convivencia de fin de curso de los grupos de matrimonios… ¡Hecho!