La prefecta
Ha sido la noticia de los últimos días. El papa Francisco ha nombrado a una mujer, la religiosa Simona Brambilla, de 59 años, como prefecta del Dicasterio para la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. La noticia, en todos los medios, también generalistas, ha sido que ¡por fin! una mujer accede a un altísimo cargo vaticano.
Me van a permitir que les diga que si la gran noticia es el nombramiento de una mujer, y no han visto más, se la han colado. Del todo. Porque para cualquiera que sepa un poco de teología, la grandísima novedad, la enorme ruptura no es que se hayannombrado una prefecta mujer, sino que tengamos al frente del dicasterio responsable de la vida religiosa en el mundo a una persona no ordenada in sacris. ¿Y esto es importante? Esto no es importante. Es clave.