Enero. Las intenciones de Rafaela
En mis pueblos cada tarde rosario y misa. Dos días en cada uno de ellos. El rosario siempre acaba igual: una salve por las intenciones del santo padre.
Un día andaba un servidor tomando café con Rafaela y Joaquina, ya saben, hablando de lo humano y lo divino, y sobre todo de lo eclesial. Joaquina es más discreta, pero Rafaela ya saben que no se corta un pelo como se suele decir.
- A mí, cura, lo de rezar por las intenciones del papa me da miedo, porque me acaba de llegar la lista de las intenciones de este año y tengo mis dudas.
- Mujer, rezamos para que las intenciones sean buenas y sus ideas se desarrollen según la doctrina de la Iglesia y el buen sentido del evangelio.
- Yo es para lo que rezo, para que sean buenas.

Era una forma de titular, pensé también en “impasible el ademán hasta el fracaso total”. Vayan las dos. ¿Muy exagerado? Ustedes me dirán, pero ya se sabe eso de que los datos son tercos. Verán como alguien me llamará agorero y ave de mal agüero por lo que voy a decir. Pero es lo que hay.
Que dice que no se viene a España todavía, que se lo está pasando en grande y que por lo menos hasta después de reyes que no contemos con ella.
Esto ya es pura rechifla. Hoy, festividad de los santos inocentes, las miradas de mucha gente de bien se dirigen al drama de los niños abortados cada año, es decir, llamemos a las cosas por su nombre, a los niños asesinados en el vientre de sus madres. 15.000 abortos en la Comunidad de Madrid en el pasado año 2020. Casi 100.000 en toda España.
Me van a perdonar mis lectores por un post tan poco piadoso en estos días navideños, pero es que me ha salido del alma dar hoy gracias a Dios por la compañía de Socio.