Qué será de nuestros hijos
En los años setenta, en ese frenesí post conciliar, uno de los discos que más marcó la pastoral y la vida de muchos grupos en la Iglesia fue “El profeta” de Ricardo Cantalapiedra. Lo recuerdo perfectamente de mis años de seminario.
Cosas de la juventud, debe ser, pero en estos días de confinamiento hay una canción de ese disco que me viene a la cabeza constantemente. Dicen que cuando una melodía, una canción, no puedes sacarla de tu cabeza, es o bien porque te produce una especial sensación de bienestar o porque expresa una preocupación que sientes en el momento.
Lo que en estos momentos menos me preocupa soy yo mismo. Vivo en una casa cómoda, tengo jardín y encime en un pueblo pequeño donde, hasta hoy que sepamos, no hay casos de coronavirus. Además, tengo a Socio, que es mucho tener. Lo que me preocupa es la gente.

Estoy muy contento con las charlas de formación on line que vengo ofreciendo desde hace unas semanas. Contento por el número de personas que las siguen, el último jueves más de cien en directo y muchas más que ven los videos en otros momentos. La charla de este pasado jueves lleva en este momento 513 reproducciones, 117 comentarios, se ha compartido 15 veces y 98 personas han indicado “me gusta”. No está nada mal.
Para nada. Más de un mes encerrados en casa. Quinta semana de confinamiento para prevenir contagios y colaborar con el fin de la pandemia. Nuestros templos, cerrados. Hemos visto que los pequeños amagos de apertura han sido frustrados diligentemente por las fuerzas del orden. Lo de Granada ha sido solo un ejemplo entre muchos casos.
Ya saben. Todo inútil necesita una cortina de humo para ocultar sus miserias. La gestión de la epidemia de coronavirus en España es manifiestamente mejorable. Nadie se explica cómo España ostenta el terrible record del número de muertos por cien mil habitantes.
Me ha tocado las narices el desalojo de la catedral de Granada este pasado viernes santo. Estamos de acuerdo en la existencia de una situación sanitaria límite que requiere la colaboración de todos. El