Doña Rafaela: un libro conservador
Comienzan a llegar las primeras impresiones. Parece, según me dicen en la editorial, que la venta se anima. Amigos hay que directamente se lo han pedido en papel en su librería habitual, otros a través de la web de la editorial o Amazon, y no faltan quienes, sobre todo fuera de España, han optado por la versión digital.
Hay algo en lo que todos coinciden: en que se lo están pasando en grande. No me extraña. Doña Rafaela tiene el don de ser fiel a la doctrina, libertad para decir claramente lo que piensa y una agilidad en las extremidades superiores que hace que el gesto de ponerse en jarras le salga con extraordinaria facilidad.

Desde hace unos días
Como bien saben, fueron tantas y de tal valor, a mi juicio, sus respuestas a la pregunta de que pedirían a la Iglesia con ocasión de este sínodo, que me sentí en la obligación da Desde Roma recibí un hacerlas llegar a las secrertarías del sínodo de Roma y Madrid. Desde Roma recibí un atentísimo correo que, entre otras cosas, decía: “En su amplia y participada “parroquia virtual”, por favor, dé un paso más. Continúe la reflexión para ir avanzando hacia una síntesis fruto del discernimiento en el Espíritu. Trabajen el riquísimo material inicial constituido por la gran cantidad de respuestas. No se detengan".
Es muy viejo. Los que mandan, en cualquier organización, sea civil o eclesiástica, a lo que más temen es a la prensa libre, porque la gente, por lo civil, lo militar o lo canónico es dada a preguntar, o al menos preguntarse, lo que no entiende, y si no recibe respuesta o respuesta que no le resulte convincente, insiste, se cabrea y molesta.
Es lo que se lleva ahora en la Iglesia. Ya saben, frente a los tiempos de oscurantismo, censura, miedo y supuestas vendettas de san Juan Pablo II y Benedicto XVI en Roma y el “malvado” Rouco en Madrid, por fin entramos en una época de libertad, transparencia, sinodalidad y misericordia de la mano de Francisco en Roma y Omella y Osoro en Madrid.