El respetable. No nos tomen el pelo, por favor
Hace ahora cuatro años que escribí el artículo que hoy les vuelvo a presentar. No es mi costumbre. Posiblemente sea la primera vez que lo hago. Pero es que me parece que el personal se merece un respeto. El primero, el de no ser víctima de tomadura de pelo.
Los fieles laicos, a ellos me refiero especialmente con lo del respetable, tienen sus derechos. El primero, el de ser respetados en su dignidad de bautizados y ser atendidos como manda la Iglesia. Pero es que además los laicos son los paganos del invento, los que aportan sus dineros, muchos o pocos, y tienen derecho a saber si realmente sus donativos son para sustentación del clero y obras pastorales y de caridad o se derrochan en cosas inconfesables.