Con su sotana colorá
Qué éxito las nuevas sotanas de los monaguillos de la parroquia. Rojas y con roquete. Ahí es nada. Teníamos una especie de túnicas que más que devoción daban lástima y que en lugar de convertir a los monaguillos en ministrillos del Señor los trocaban en pordioseros venidos a menos. Así que decidimos reconvertirlas en trapos para los cristales y hacer una pequeña inversión en dignidad.
Si les digo que fue estrenarlas y una avalancha de chavales que quieren ser monaguillos.
Ya. Ya me sé lo de los puristas: bah, vienen solo por la sotana. Pues para ellos la perra gorda.

Parto de la constatación de que cada día, independientemente de zona geográfica, cultura, aficiones propias, manías particulares y demás zarandajas particulares, tiene veinticuatro horas. También, incluso, cosa curiosa, resulta que cada sacerdote, cada parroquia, tenemos las mismas horas cada día.
La estrategia de callar y sonreír no solo no sirve de nada, sino que da pie a que nos tomen el pelo más cada día. Nuestros queridísimos políticos, en aras a una laicidad que nadie entiende y que no sabemos de dónde se han sacado, poco a poco van cachipodando todo lo religioso de la vida de los españoles so capa de respeto, pluralismo y no sé qué más leches.
Los documentos papales se supone son para animar, confirmar en la fe, aclarar, unir, hacer iglesia. Je.
Me cuentan que Cáritas Internationalis y el Servicio Jesuita a Refugiados acaban de hacer público un