Atilio Faoro, ante la reciente polémica de Jumilla: “El catolicismo está en retroceso y el islam en expansión”
Entrevistamos al autor de Mosquées: les casernes de l’islamisation
La reciente polémica en Jumilla (Murcia), donde el ayuntamiento aprobó limitar el uso de instalaciones municipales para celebraciones religiosas externas —medida que impide, entre otras, la celebración pública de la Fiesta del Cordero— ha puesto sobre la mesa un debate incómodo: ¿estamos ante un simple caso local o ante un síntoma de una conquista islámica en marcha?
Atilio Faoro, investigador y periodista católico, miembro de la TFP francesa, de origen italiano y nacido en Brasil, vive en Francia desde hace casi treinta años. Comprometido desde hace décadas en asociaciones católicas europeas, lleva adelante un combate intelectual y espiritual por la defensa de la civilización cristiana. Es autor del libro Mosquées: les casernes de l’islamisation, publicado por Avenir de la Culture, una obra impactante sobre el auge de las mezquitas en Francia que constituye una advertencia lúcida con alcance muy superior a las fronteras francesas. Advierte que lo que hoy vemos en España ya ocurrió en Francia… y que las consecuencias son profundas.
Señor Faoro, lo que ha ocurrido en Jumilla ha sorprendido por la reacción inmediata de parte del episcopado español, que incluso se mostró dispuesto a ceder edificios eclesiásticos para celebrar la Fiesta del Cordero. ¿Cómo interpreta usted este gesto?
Lo interpreto como un ejemplo de lo que llamo ceguera voluntaria. Lo hemos visto en Francia: autoridades civiles y eclesiásticas que, movidas por un mal entendido “diálogo interreligioso”, facilitan la instalación del islam sin medir las consecuencias culturales, espirituales y políticas. La cesión de espacios, públicos o eclesiales, para celebraciones islámicas no es un gesto inocuo: es un reconocimiento simbólico de la presencia y autoridad de otra religión en el espacio público. En el caso de Jumilla, el debate se reduce a “libertad religiosa sí o no”, cuando en realidad estamos hablando de algo más grave: el avance territorial y social del islam.