Enraizados organiza en el Congreso de los Diputados un Foro sobre la fe católica, España y Europa

José Castro, presidente de Enraizados en Cristo y en la sociedad, reflexiona sobre el próximo Foro de esta asociación, que se celebrará el próximo 13 de octubre en la sala Campoamor del Congreso de los Diputados.
¿Qué supone para Enraizados organizar un Foro en una de las salas del Congreso de los Diputados?
Enraizados quiere ser una “voz católica en la vida pública”. Actualmente el lugar en España en el que se toman las decisiones más importantes o al menos se someten a votación pública es el Congreso de los Diputados.
Por ello queremos organizar este Foro en sus dependencias. No es cualquier tipo de Foro sino uno en el que queremos dejar claro que, sin Dios, no hay forma de construir una sociedad conforme a la dignidad de la persona; y que sin lo que la fe aporta, no solo no se entendería España ni Europa, sino que tampoco podríamos construir el bien común temporal al que está llamada la comunidad política.
¿Por qué el título “Lo que aporta la fe católica a España y Europa”?
El título refleja sucintamente lo que queremos que sea el Foro: una reflexión sobre lo indispensable que es la fe para la vida social en España y en Europa.
Es una reflexión dirigida primero a los católicos. Muchas veces no somos conscientes de que la luz de la fe recibida, está puesta para iluminar todas las realidades temporales y no para dejarla en el salón de nuestra casa.
Muchas veces no tenemos fe como una simiente de mostaza y ello nos impide reconocer lo esencial de que Dios esté presente, como Creador y como Redentor y por tanto como Rey, en la vida pública española y europea.
Si nosotros no lo tenemos claro es difícil que dejemos actuar a la gracia para que, actuando en nosotros, ilumine nuestra sociedad.
Queremos reflexionar, como católicos, sobre estas realidades.
Pero lo queremos hacer de una forma también práctica, aplicable a la sociedad española actual. ¿A qué estamos llamados los católicos españoles en esta dramática hora de la Historia como la definía San Juan Pablo II en la “Cristifidelis Laici”?. No queremos que este Foro sea un ejercicio de melancolía o de lo que debe ser, sino que nos invite, con la esperanza propia del creyente, a secundar a la Providencia y a servir a nuestra sociedad en su faceta pública, ofreciéndole lo mejor que hemos recibido, nuestra fe.
¿Podría también plantearse la pregunta al revés: Lo que ha aportado España a la Iglesia?
Claro, pero esto sería otro debate porque incluso podríamos plantearnos si España, cuando ha sido fiel a su ser, no era más que una parte de la Iglesia católica, porque Iglesia somos todos los bautizados, no sólo la Jerarquía, cosa que a veces olvidamos.
Así en la Reconquista, o con el Descubrimiento de América o la reforma de la Iglesia realizada por la Reina Isabel, o la defensa de la fe por parte de Carlos o Felipe, o la participación de españoles en Trento, y tantas otras cosas, no dejan de ser aportaciones de España, pero también de la Iglesia.
Espero haberme explicado.
¿Por qué la fe católica no es un vestigio del pasado?
Los creyentes estamos convencidos de que sin Dios y su presencia vivificante en nuestra vida familiar, ésta no puede llenarte, como se dice ahora, o no responde a todo lo que debiera ser.
No niego lo bueno de un matrimonio natural entre no creyentes que se aman para toda la vida o de matrimonios mixtos. Pero la familia está llamada para alcanzar su plenitud, a ser Iglesia doméstica, y por tanto a que Dios esté muy presente en su vida diaria.
La expresión de esa presencia puede variar en cada familia pero es necesario que esté, no sólo en la vida individualmente considerada de cada miembro, sino en la vida común: oración conjunta, peregrinaciones, formación;… Cada familia tendrá que concretar conforme a lo que Dios le diga.
Pues eso que más o menos vemos en nuestra vida familiar, no somos capaces de reconocerlo muchas veces, para el conjunto de la sociedad. Pero mutatis mutatis es lo mismo.
Dios debe ser el pilar en el que construir nuestra sociedad. Y así se entiende que la fe católica, que además es la razón de ser de España y de Europa (en este caso podríamos hablar de la cristiana quizás más propiamente), no sólo nos ayudó a constituirnos como tales, sino que es la única luz que puede iluminar nuestra vida comunitaria en estos momentos.
Si revisamos nuestra Historia más reciente podemos constatar que en la vida europea, fueron creyentes como Schumann, Adenauer o De Gasperi, los que alumbraron una nueva unidad europea, no basada en el interés, en lo económico, en el poder, ni siquiera en la democracia, sino basada en lo cultural, en lo que de verdad nos une y puede seguir manteniéndonos unidos, en la transcendencia, en lo espiritual y humano, en Dios y en la fe cristiana.
También en España vemos que lo más ilustre de nuestro pasado reciente corresponde a la fe católica: los testimonios de los mártires en nuestra Guerra de España del siglo XX, murieron perdonando, que es lo que se necesita, el perdón y no la revancha; tantos misioneros por el mundo llevando la Buena Nueva y promocionando el bienestar espiritual y material de los más necesitados; tantos voluntarios en España volcándose en los demás….
¿Por qué es un motor a favor del bien común de la sociedad?
Porque sólo Cristo enseña al hombre lo que es el hombre.
Porque sólo de la fe puede constatarse que somos una familia, que todos somos hermanos, que es más lo que nos une que lo que nos separa…
Porque la gracia no destruye la naturaleza sino que la perfecciona. De esta manera los principios que podemos conocer por la razón, pero a los que se llega con dificultad debido a las heridas que el pecado ha dejado en nuestra naturaleza, se ven iluminados por la fe de tal manera que podemos llegar a conocerlos de forma más fácil y la gracia ayuda también a ponerlos por obra.
Porque el mejor límite a la autoridad es la propia conciencia de dar cuentas a Dios. Es necesario poner coto al poder que cada día se mete más en nuestras casas pero la experiencia demuestra que Dios, a quien todos rendiremos cuentas, especialmente los más poderosos, es la mejor luz para el gobernante y su mejor freno ante las tentaciones que pueda tener.
Porque de la gratuidad de la fe, como señalaba Benedicto XVI en la “Caritas in Veritatis”, surgen numerosas iniciativas a favor del bien de la persona y de la sociedad.
Si no ponemos como cimiento de nuestra casa una Roca fuerte y sólida, no podemos extrañarnos de que se caiga.
Háblenos un poco de los dos paneles y de los ponentes con los que van a contar…
El Foro está dividido en dos paneles.
El primero, Una fe que construye: el origen de España y de Europa, nos ayudará a contextualizar históricamente lo que estamos reflexionando. De forma breve pero yendo a los puntos esenciales abordaremos cómo la fe, y esencialmente Dios Nuestro Señor, originó providencialmente Europa y España. La fe construyó nuestra realidad en todo lo bueno que esencialmente ha tenido, siendo capaz de integrar de una forma armónica lo que desde el paganismo también era bueno para el hombre (la razón griega, el derecho romano, la aportación de las ciencias,…).
Para ello contaremos con dos ponentes de excepción.
Javier Montero Casado de Amezua fue Administrador Principal de la Comisión Europea. Le hemos pedido que se centre sobre todo en la aportación a la unidad y solidaridad de Europa propuesta por Schuman, Adenauer, De Gasperi y otros compañeros. Se puede disentir de ese Proyecto pero lo que queremos destacar es que la unidad europea sólo puede encontrar sus sólidos fundamentos en lo que la originó: la fe cristiana. Y estos políticos católicos lo tenían claro y basaron su propuesta en la fe que habían recibido.
El segundo ponente es Monseñor Reig que disertará sobre la realidad de España, cuya identidad fue forjada en el catolicismo, sin el cual volveríamos al cantonalismo de los arévacos y de los vetones o de los reyes de taifas.
También abordaremos la situación actual pues no se trata de un ejercicio melancólico sobre el pasado sino de una reflexión para abordar el presente y el futuro con la esperanza propia del católico que conoce la existencia de la providencia de Dios. El es realmente el Único importante. Cristo es realmente Rey. Ya ha vencido al mal. Solo hay que sumarse a su victoria.
El segundo panel se centrará más en el aquí y el cómo: Enrique García-Maiquez (escritor y articulista), José Andrés Calderón (Rosario de Ferraz), Carla Toscano (Concejal y exdiputada) y Pepe Sainz (Terra Ignota), abordarán cómo la fe católica puede seguir colaborando bajo el nombre de Una fe que construye: Futuro y Compromiso.
No será objeto de debate sus vivencias personales sino que elevando la mirada sobre su día a día y en base a preguntas que les formularemos, queremos que haya un sano diálogo que ilumine la mente y el hacer de los católicos españoles y de los hombres de buena voluntad.
¿Cómo se puede participar y por qué merece la pena asistir?
Es necesario inscribirse en este enlace pues el aforo es limitado. Además las medidas de seguridad del Congreso nos exigen, como es natural, la identificación previa de los asistentes.
Será un privilegio poder oír a los ponentes en directo. Poder preguntarles y compartir con ellos la posterior Misa, lo más importante de la Jornada.
Merece la pena asistir sólo si uno está dispuesto a poner en práctica lo que ahí se escuche y aquello que el Espíritu Santo le inspire. Nuestro objetivo es hacer ver que la fe la hemos recibido para construir nuestra vida individual y familiar, indudablemente bajo ese prisma, pero no sólo ella sino también la vida social y comunitaria. Que sin Dios nada podemos. Que arraigados en la esperanza del Cielo trabajemos por una España, una Europa y un mundo mejor.
Que nos demos cuenta de que la visión cristiana de la vida es la que mejor puede iluminar los problemas más urgentes e importantes de nuestra realidad como la emigración, la falta de vivienda y la especulación, la falta de trabajo y la solidaridad intergeneracional, las nuevas tecnologías, la vida, la familia y la libertad de educación.
¿Qué repercusión espera que tenga el evento?
Que Dios esté presente, por una vez, en el Congreso de los Diputados creo que ya merece la pena.
Espero que sea un empujón en nuestra relación íntegra con Dios y que nos ayude a todos los católicos a buscar la unidad entre nosotros en aquello en lo que debemos estar unidos, el servicio a Dios y a nuestros hermanos, que nos recuerde lo que realmente tenemos diferencial y recibido gratuitamente en nuestras vasijas de barro para que con cuidado para no romperlo, lo ofrezcamos a los demás como nos proponía San Juan Pablo II en Cuatro Vientos.
Que recordemos que la política es el campo más vasto de la caridad y que ahí, a través del día a día, debemos estar presentes los católicos de la manera que mejor entendamos.
Por Javier Navascués
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