5.08.25

Jorge Pizarraya, escultor sevillano que con su arte glorifica a Dios y sirve a su Iglesia

Jorge Pizarraya. Escultor e imaginero. Formado en Artes y Oficios de Sevilla y de forma autodidacta. Dedicado a la escultura e imaginería. Especializado en bustos tanto religioso, civil y de retratos.

¿Por qué decidió estudiar Artes y Oficios y cómo le enriqueció hacerlo?

Jamás fui un buen estudiante y realmente terminar en la escuela de arte oficio aquí en Sevilla fue una casualidad muy bonita. Cursé el grado superior de dorado, plateado y policromado, aunque realmente no lo finalicé al faltarme una asignatura, dibujo técnico.

Mientras cursaba ese grado me cogió de por medio la dura etapa del COVID 19. En ese mismo año, en el año del COVID encerrado en mi cuarto comencé a modelar y de forma autodidacta empecé a aprender por mi cuenta.

Comencé a subir vídeo a redes sociales los cuales se viralizaron ya que la gente le gustaba lo que hacía y me compartían. Entonces fue ahí cuando me di cuenta de que Dios me había hablado y ya había elegido un camino para mí…la escultura… la imaginería.

¿Por qué se decantó por la escultura?

Realmente fue algo que no busqué, surgió solo…Siempre he pensado que Dios está detrás de todo esto. Es un medio donde se une lo manual, lo artístico y lo espiritual. La escultura me permite expresar lo invisible a través de lo visible, dar forma a lo que no se puede decir solo con palabras. Me fascina su capacidad de evocar presencia, emoción y oración. La escultura religiosa es una forma de evangelizar sin necesidad de leer.

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4.08.25

Teté Esteban, joven pintora, vive su vocación artística como un regalo y un servicio a Dios y a los demás

Teté Esteban Díaz es una artista madrileña de 22 años cuya obra se mueve entre la fe, la naturaleza y la familia. Actualmente participa en exposiciones en Madrid y realiza encargos personalizados. Cree firmemente que el arte es una constante en la vida… un lenguaje para evangelizar y un modo de rezar. Vive su vocación artística como un regalo y un servicio a Dios y a los demás.

¿Cómo nace su afición a la pintura?

Pinto desde que tengo memoria. Desde pequeña me pasaba el día inventando dibujos para regalárselos a mis padres y hermanos. Con mis hermanos pequeños, dejábamos dibujos escondidos bajo sus almohadas para sorprenderlos, ¡nos hacía muchísima ilusión! Mi madre es profesora de infantil, y pasábamos muchas tardes juntas haciendo manualidades. Recuerdo especialmente una mesita pequeña que movíamos del cuarto de juegos a la cocina, y allí nos pasábamos horas pintando mientras ella cocinaba.

La afición se fue fortaleciendo cuando, en sexto de primaria, mi abuela Loles me apuntó a una academia de pintura. Era un momento muy bonito porque, siendo la mayor de siete hermanos, me hacía sentir muy especial. Los viernes, mi abuela me venía a buscar con la merienda preparada y me llevaba a clase. Allí empecé a aprender técnicas y descubrí lo mucho que disfrutaba pintando. Ella me contó que sus padres habían sido muy artistas, y aunque en mi familia cercana no hay más pintores, eso despertó en mí la ilusión de continuar. Desde entonces, no he dejado de pintar.

Hace tres años, Javier Pinilla me ofreció pintar en su taller, y gracias a eso he podido disfrutar y enriquecerme artísticamente de su experiencia como arquitecto y artista. Le estoy muy agradecida.

¿Qué supuso para usted hacer las ilustraciones de los Christmas de Navidad?

En el colegio, cada año participaba en el concurso de dibujo de Navidad, algo que esperaba con mucha ilusión. Con los años, se ha convertido en una tradición personal. Ilustrar la Navidad es para mí una forma de oración: me ayuda a contemplar el misterio del Nacimiento con profundidad y con ternura.

Cada año, al acercarse el Adviento, empiezo a pensar cómo representar esa escena: Dios haciéndose niño, en un pesebre, rodeado de silencio, de amor y de esperanza. Es un testimonio de fe. Trato de cuidar cada detalle: los colores, los gestos, la luz… para que quien lo reciba pueda percibir algo más que una postal; que sienta una invitación a detenerse, a mirar, a rezar.

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2.08.25

1.08.25

María Saavedra habla de su libro «América es nombre de mujer», sobre las mujeres que forjaron el continente

María Saavedra Inaraja. Doctora en Historia de América por la Universidad Complutense de Madrid (1998), actualmente es Profesora Titular de Historia de América en la Universidad CEU San Pablo (Madrid). Dirige la Cátedra Internacional CEU Elcano. Historia y Cultura Naval, desde su creación en julio de 2019. Es autora de numerosos trabajos sobre temas vinculados con las poblaciones indígenas de América, así como en aspectos de la historia de las ideas americanas. Cabe destacar títulos como La mujer en la América prehispánica, Una princesa inca en Trujillo Francisca Pizarro Yupanqui, legado de la nobleza inca y la sangre española,Indigenismo y Evangelización. La primera expansión del cristianismo en América,Los frailes cronistas y el nacimiento de la antropología o El mercedario Martín de Murúa y su visión de la mujer andina.La editorial Ciudadela publicó su primera novela histórica, El capitán de la Victoria. Letras desde la mar de Juan Sebastián Elcano.

Ha realizado estancias de investigación en Lima, Montevideo y Buenos Aires. Ha recibido varios premios y distinciones, y en 2020 fue condecorada con la Gran Cruz al Mérito Naval.

¿Por qué un libro titulado América es nombre de mujer?

Tiene un doble sentido: por una parte, descriptivo, puesto que a lo largo de sus páginas se relata la vida de mujeres muy diferentes que contribuyeron a forjar ese mundo que hoy conocemos como América.

Pero el origen de este título es más bien el intento de crear una metáfora. Mi punto de partida es que América, tal como la conocemos hoy, comenzó a gestarse en 1492. Antes de aquella fecha no existía nada que pudiéramos llamar América. En realidad, en aquel nuevo continente no encontramos un todo desde el punto de vista cultural o político. El Nuevo Mundo era un gigantesco solar, poblado por grupos muy diversos. Algunos, como los que encontró Cristóbal Colón en el área Caribe, apenas habían llegado a desarrollar sociedades primitivas. Por otra parte, tenemos los grandes estados continentales, la confederación azteca y el imperio de los incas.

Para cada una de estas sociedades, el mundo era “su” mundo. No existía cohesión entre todos ellos, y desde luego no se sentían parte de un todo común. Se comienza a forjar esa comunidad con la llegada de los españoles. Es entonces cuando aquellos pueblos comienzan a tener rasgos que los identifican (no igualan) como son la lengua, la cultura, el alfabeto latino, la relación católica…

ES esta visión la que me llevó a la metáfora que he mencionado antes: América es la madre que, a partir de 1492, da a luz una nueva realidad. Y este parto es doloroso, claro que sí; en ocasiones traumático y violento. Muchas veces es fruto de la llamada inculturación: la cultura cristiana renacentista se expande sobre toda aquella realidad humana, elevando muchos elementos que, en la medida que son compatibles con esa cultura que importan los españoles, contribuyen a crear esa cultura mestiza, que es resultado de ese simbólico parto.

¿Por qué en la historia de América especialmente han pasado a la posteridad los hombres en general (guerreros, conquistadores, misioneros…)?

Esto ha sido así como en todas las sociedades anteriores al siglo XX. Tradicionalmente se ha construido una historia de carácter político: decisiones de gobernantes -hombres en su mayoría-, conflictos entre pueblos llevados a cabo por guerreros -hombres- legislación redactada por hombres, rituales religiosos presididos por hombres… No podemos negar que esto ha sido así. ¿Hay excepciones? Por supuesto, no podemos olvidar a una de las mujeres que aparecen en el libro, Isabel I de Castilla. Su gobierno marcó el destino de España y, en mayor medida, el de América y el del mundo.

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31.07.25

José María García Guerra valora desde dentro las peregrinaciones a Chartres y a Covadonga

José María García Guerra (Sevilla 1978). Jefe de equipo de oficinas de Correos. Jefe de Capítulo en la peregrinación tradicional a Chartres (Francia). Miembro de Nuestra Señora de la Cristiandad España, en la peregrinación tradicional a Covadonga.

¿Cómo valora la evolución de las peregrinaciones a Chartres y Covadonga de los últimos años?

En primer lugar decir que aún tratándose de peregrinaciones hermanas, son muy diferentes debido a su origen, su entorno y su desarrollo. Me permito esta valoración después de 7 años como peregrino en Chartres, 4 de ellos como jefe de capitulo, y de haber estado en la organización de Nuestra Señora de la Cristiandad-España desde los comienzos.

La París-Chartres es una peregrinación madura y muy consolidada, con un crecimiento sostenido de 43 años en un entorno difícil, pero accesible por las diócesis, las comunidades religiosas y de laicos, así como por los sacerdotes formados en la tradición, y eso puede verse en el relevo generacional, la implicación de las familias, los capítulos de niños o la enorme cantidad de voluntarios jóvenes, que contrasta con la experiencia de los principales responsables. Quisiera agradecer públicamente a Bertille, Ambroise y especialmente a David Smith, responsable de los capítulos extranjeros, por su constante atención y ayuda a los jefes de capítulo.

La Oviedo-Covadonga entra en su quinta edición, su crecimiento anual ha sido en alguna ocasión del 100%, en un entorno a mi juicio más desfavorable en sus primeros años. No existe una cantera de voluntarios y con una organización en general bastante joven en edad y experiencia. Es justo reconocer la iniciativa y persistencia de Diana Catalán como Presidente de la asociación, y de tantos responsables, voluntarios y peregrinos en estos 5 años tan intensos, donde con mucha asistencia de Dios y a pesar de nosotros mismos, se ha levantado de la nada un evento de referencia para las comunidades tradicionales de España. Debo hacer también una mención especial al expresidente de Notre-Dame de Chrétienté, Jean de Tautiers, y a otros hermanos franceses que siempre han estado dispuestos a ayudarnos en cuanto les hemos pedido y que a día de hoy siguen trabajando para la prosperidad de la nuestra y de otras peregrinaciones.

Dicho esto, la valoración es muy positiva. Como Capítulo en Francia, el 2025 ha sido fabuloso debido a la constante consolidación de la operativa y un nuevo hito en número de peregrinos y ángeles guardianes que rezan con nosotros, sumando un total de 250, 40 de nosotros caminando.

En Covadonga el progreso ha sido fantástico y a mi juicio, el reto ahora pasa por asentar lo conseguido. Hay mimbres para ello, pero se necesita ayuda y oraciones. Desde hace 2 años hay que limitar las inscripciones en Francia y en España se llegó al umbral de capacidad en 2024. En ambas peregrinaciones se ven conversiones, vocaciones religiosas, amistades y matrimonios, todo ello en un ambiente de ejemplar alegría cristiana especialmente sobresaliente.

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