InfoCatólica / Razones para nuestra esperanza / Archivos para: Enero 2016

17.01.16

El latrocinio de Éfeso (Vladimir Soloviev)

Desde el siglo IV, la parte helenizada de la Iglesia sufría con la rivalidad y lucha continuas entre dos centros jerárquicos: el antiguo patriarcado de Alejandría y el nuevo de Constantinopla. Las fases exteriores de esta lucha dependían principalmente de la posición que adoptaba la corte bizantina. Y si queremos saber cómo era determinada esta posición del poder secular respecto de los dos centros eclesiásticos de Oriente, comprobamos un hecho notable. Podría creerse a priori que el Imperio bizantino tenía que escoger, desde el punto de vista político, entre tres líneas de conducta: o sostener al nuevo patriarcado de Constantinopla como criatura suya puesta siempre en sus manos y que no podía llegar a obtener nunca independencia durable, o bien el cesarismo bizantino (para no tener que reprimir en sus dominios las tendencias clericales y para libertarse de un vínculo demasiado estrecho e importuno) prefería tener el centro del gobierno eclesiástico algo más distante, pero siempre dentro de la esfera de su poder, y con este objeto sostenía al patriarcado de Alejandría, que llenaba ambas condiciones y tenía de su parte, además, para apoyar su primado relativo (sobre Oriente) la razón tradicional y canónica, o bien, por último, el gobierno imperial escogía el sistema del equilibrio, protegiendo ora a una, ora a otra de las sedes rivales según las circunstancias políticas. Pero vemos que, en realidad, no ocurría nada de eso.

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10.01.16

De los hijos de Dios (Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica)

136. ¿Qué quiere decir la Iglesia cuando confiesa: «Creo en el Espíritu Santo»?

Creer en el Espíritu Santo es profesar la fe en la tercera Persona de la Santísima Trinidad, que procede del Padre y del Hijo y «que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria». El Espíritu Santo «ha sido enviado a nuestros corazones» (Ga 4, 6), a fin de que recibamos la nueva vida de hijos de Dios.

147. ¿Qué designamos con la palabra «Iglesia»?

Con el término «Iglesia» se designa al pueblo que Dios convoca y reúne desde todos los confines de la tierra, para constituir la asamblea de todos aquellos que, por la fe y el Bautismo, han sido hechos hijos de Dios, miembros de Cristo y templo del Espíritu Santo.

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8.01.16

El principio protestante de la “Sola Escritura” no es bíblico

Uno de los principios fundamentales de la Reforma protestante es el de la sola Escritura (sola Scriptura).El principio protestante de la sola Escritura dice que la Divina Revelación no es transmitida por la Sagrada Escritura y la Sagrada Tradición (como enseña la Iglesia Católica), sino sólo por la Sagrada Escritura. También dice que la Sagrada Escritura es la única autoridad en materia religiosa establecida por Dios en la tierra, lo cual implica el rechazo del Magisterio de la Iglesia (contra lo que enseña la Iglesia Católica).

En este artículo mostraré que siete doctrinas protestantes contradicen el principio protestante de la sola Escritura, basándome sobre todo en argumentos tomados del estupendo libro: Scott y Kimberly Hahn, Roma, dulce hogar. Nuestro camino al catolicismo, Ediciones Rialp, Madrid 2001. Presentaré esas siete doctrinas en el orden en que aparecen en esa narración del dramático camino de conversión al catolicismo del pastor y teólogo presbiteriano Scott Hahn y su esposa Kimberly. Junto al subtítulo de cada una de las siete secciones del artículo indicaré las páginas del libro en las que se trata la doctrina respectiva.

1. El bautismo de los niños (cf. pp. 30-32)

Dentro del protestantismo hay algunas comunidades eclesiales que aceptan y practican el bautismo de los niños pequeños y otras comunidades eclesiales que lo rechazan. La fuerte corriente que niega la validez del bautismo de los niños pequeños tuvo su origen histórico en el movimiento anabaptista del siglo XVI, que se enfrentó a Lutero y sus seguidores. Los protestantes que rechazan el bautismo de los niños pequeños sostienen que ese bautismo es inválido porque los niños que no han alcanzado la edad del uso de razón no pueden creer. También enfatizan que los adultos que fueron bautizados de pequeños ni siquiera recuerdan su bautismo. Sin embargo, la doctrina de la invalidez del bautismo de los niños no es bíblica.

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