La segunda conferencia de Monseñor Dominique Rey (Congreso de Nueva Evangelización de Manresa)

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Publicamos los esquemas de la segunda conferencia del obispo de Fréjus-Toulon en el congreso de Manresa y que llevó por título: “ La conversión pastoral que las comunidades cristianas tienen que vivir para poder inscribirse en la nueva evangelización y los criterios para llevarla a buen término ”.

[Nuestra glosa entre corchetes]

 

1. Conocimiento del terreno de misión (o la démarche Nazareth )  

•  Ciertas prácticas pastorales fracasan por la falta de un estudio serio del “terreno” y de la aprehensión del contexto humano y social.

•  A veces hay un desfase entre la cultura de la sociedad y el estado espiritual de los cristianos.

•  La acción misionera se inscribe dentro de una historia, una genealogía y una geografía humana.  

[Monseñor Rey se refirió a la necesidad de conocer el terreno donde se es enviado. Como Jesucristo que vivió y se judeizó durante treinta años en un medio concreto, Nazareth, es necesario un estudio serio del universo humano dentro del cual el evangelizador se insiere. Y no se trata sólo de una desencriptación sociológica, sino teologal. Hay que conocer las esperanzas de los hombres entre los cuales el evangelizador vive, sus barreras mentales, sus anhelos… Es necesaria una visión realista de la situación para no caer en la pastoral del “parachutiste” (paracaidista) que no comprende el medio al cual se dirige, porque sólo tiene una visión superficial. Recordó que su primer año en la diócesis lo dedicó, antes de hacer ningún cambio sustancial, a recorrer y patearse la diócesis de punta a punta, para empaparse de ella. Hay que aprovechar el capital de conocimientos de los mayores, escucharlos; tener una voluntad de escucha y de humildad intelectual para siempre estar en predisposición de aprender; aprovecharse del capital de conocimientos que nace de un inventario cuantitativo y cualitativo del universo humano entre el cual el evangelizador vive.]  

2. Lugares de misión  

•  La familia

•  La escuela católica

•  La parroquia

•  Las diversas realidades eclesiales, movimientos y comunidades

•  La diaconía de la Iglesia

•  La piedad popular. Los santuarios

•  Los medios de comunicación social

•  El arte y la cultura

•  Los espacios sociales

[Ninguno de estos lugares de encarnación de la misión puede ser obviado. La familia en primer lugar detallando su importancia y la necesidad de crear o potenciar a su vez espacios y jornadas de encuentro festivo de familias para vivirlas, incluso en su vertiente lúdica, en clave cristiana.

Se refirió también a la necesidad de reencontrar la identidad católica en las escuelas católicas y sus dificultades. Aludió a ello como una reforma pendiente y cómo los obispos de Francia ven con preocupación cómo muchas de ellas son ya puramente poca cosa más que empresas privadas escolares.

La parroquia, fruto de la expansión de la Iglesia durante el siglo IV, no debe ser ignorada ni postergada en la nueva evangelización. La parroquia es y debe continuar siendo una comunidad sacramental organizada y un espacio territorial con un pastor cercano. Alertó del desequilibrio que a veces se produce cuando se privilegian otros núcleos o centros de nueva evangelización (movimientos, comunidades religiosas…). Como en el resto de su conferencia, llamó al discernimiento para una sana inserción e integración de los nuevos fenómenos de la nueva evangelización en la vida institucional de la Iglesia. Las dos realidades se necesitan y se complementan.

Hay que respetar el lugar teológico de los nuevos movimientos, comunidades religiosas y otras realidades de la nueva evangelización. Son un vivero de nuevas experiencias. Los obispos y demás pastores deben tener hacia ellos una mirada paternal de acompañamiento. El Espíritu surge por donde quiere y los planes pastorales no pueden privarlo de actuar.

Hay que respetar los santuarios y lugares de peregrinación así como la importancia de la piedad popular. En este sentido explicó los peregrinajes que se realizan al santuario de Cotignac, en su diócesis, y de cómo habían recobrado fuerza cuando se deja al Espíritu Santo actuar. A este comentarista le impresionó agradablemente la revitalización de las mismas y la celebración desde hace pocos años de una practicada sólo por padres (hombres) de familia y otra, en otra fecha, de madres (mujeres); y de cómo en la última, más de 800 padres de familia de entre 30 y 45 años peregrinaron durante 3 días à la belle étoile (bivac) hasta Cotignac. Monseñor Rey hizo una alusión corta pero bien clara a la necesidad de que haya ámbitos donde no se confundan los sexos y que ello es sano y redunda en una también sana integración y relación entre hombres y mujeres. Sin renunciar por ello a la existencia de espacios y actividades comunes. Otra vez la visión integral de la nueva evangelización defendida por Monseñor Rey.

Después de remarcar la importancia de la diaconía (la caridad) de la Iglesia hacia los excluidos, del testimonio profético de los que entregan su vida por ellos y de que la Caridad es inherente a la Fe , el obispo de Fréjus Toulon se centró en la necesidad de encarnar también la nueva evangelización en el arte, la música, la cultura e incluso en otros espacios de sociabilidad humana como Internet.]

3. Una visión misionera  

•  La visión no es la capacidad de presentir el futuro, sino de discernir los cambios que se operan en la sociedad y de tener en cuenta cada uno de ellos en el momento en que queremos desplegar la acción de la Iglesia.

•  Descansa [la visión misionera] en la oración y en la meditación de la palabra de Dios, en el examen del Magisterio de la Iglesia y en el intercambio entre responsables pastorales

•  Debe ser: integral; abierta y pedagógica; prospectiva y dinámica; pragmática; compartida y comunicada.

[Citando a San Beda el Venerable ( la Iglesia engendra cada día a la Iglesia ), se refirió en este tercer punto a la necesidad de una visión profunda de los cambios que se operan en nuestra sociedad: pero no para asumirlos acríticamente, sino para darles un sentido cristiano; y si son errados, para trasformarlos. Y que todo ello debe descansar en la oración y la meditación de la palabra de Dios, en el examen del Magisterio de la Iglesia y en el intercambio de conocimientos entre responsables pastorales. Tampoco dejar de tener presente que por muchas transformaciones que experimente, el Hombre, incluso el contemporáneo, continúa siendo el mismo ser que anhela a Dios en lo más íntimo de su interior. Como tampoco hay que olvidar que este proceso de dar un sentido cristiano a las transformaciones del mundo presente, se ha de iniciar por pequeñas comunidades creativas e imaginativas las cuales, como el principio físico, cuanto más densas más irradian.]

4. El primado de la Gracia  

4.1. La disponibilidad del Espíritu Santo

•  “Las técnicas de evangelización son buenas, pero las más perfeccionadas no sabrían reemplazar la acción discreta del Espíritu” (Pablo VI, Evangelii Nuntiandi, núm 75, 1975).

•  No es por azar que el punto de partida de la evangelización haya tenido lugar la mañana de Pentecostés.  

4.2. La liturgia y la vida eucarística

•  Una Iglesia auténticamente eucarística es una Iglesia misionera” (Benedicto XVI, Sacramentum Caritatis , núm. 84). •  La nueva evangelización deberá arraigarse en una verdadera renovación eucarística: catequesis, dignidad de la celebración, iniciación en el ars celebrandi , búsqueda de sacralidad.

4.3. La acogida de los nuevos carismas

•  “No existe contraste o contraposición en la Iglesia entre la dimensión institucional y la dimensión carismática, de la que los movimientos son una expresión significativa” (Juan Pablo II, 27 de mayo de 1998)

•  Acogerlos en el seno de las estructuras tradicionales, reclama una verdadera disponibilidad espiritual y eclesial, una pedagogía pastoral para acompañarlos y animarlos a ocupar su lugar en la revitalización del territorio eclesial.

5. Conversión pastoral

5.1. La conversión de las comunidades cristianas •  A lo largo de los años que han acompañado y seguido al Concilio, se ha desarrollado la pastoral del “ocultamiento”, valorándose el mundo como lugar teológico. El cristiano debe reencontrar su postura crítica de testificación, a veces de disidencia y de protesta.

[Por lo que se refiere a este último punto, Monseñor Rey remarcó que llevados por una mala interpretación del Concilio se ha ejercido una pastoral excesivamente dominada por la idea de la influencia en el mundo; pero que ello ha demostrado sus limitaciones, ya que este “influencismo”, de estar presente pero no de una manera clara y explícita, ha provocado un ocultamiento del catolicismo, un esconderse de la Iglesia y de su Mensaje que ha acabado siendo perjudicial; ya que las personas con quienes entre en contacto el nuevo evangelizador, quieren interlocutores que se muestren claros y explícitos y que no les hagan perder tiempo.

No hay que tener miedo a mostrar el Mensaje cristiano, la Buena Nueva, aunque ello provoque escándalo. Los cristianos, y más para el nuevo evangelizador, deben recuperar una decaída denuncia profética de los males de este mundo: aunque ello provoque, auque le convierta en un disidente. No puede dejar de ser una alerta ante el gregarismo contemporáneo.]

5.2. La conversión del “gobierno pastoral”

•  El cambio pastoral concierne en primer lugar a los obispos, a los sacerdotes, a los diáconos, a los laicos con responsabilidades.

•  La conversión pastoral abarca: la centralidad de la salvación en Jesucristo, el vivir una auténtica renovación interior.

•  El acento debe ponerse también en la predicación kerigmática, en los itinerarios de iniciación cristiana, en los nuevos métodos de evangelización, en el redescubrimiento de los sacramentos y en la experimentación de la misericordia.

Antoni Mª. C. Juncadella