La Sagrada Familia de rojo

El pasado jueves la basílica de la Sagrada Familia se iluminó de rojo por primera vez, conjuntamente con otros 22 edificios emblemáticos de Barcelona como muestra de apoyo en la lucha contra el SIDA. No voy a criticar el hecho en sí, pero si que voy a plantear las siguientes preguntas: ¿Sólo ante el SIDA?, ¿No debería ser la Sagrada Familia un símbolo de otras causas mucho más católicas? ¿No debería por ejemplo defenderse la causa de la Familia en un templo que lleva precisamente el nombre de la Sagrada Familia?. Y no me refiero únicamente en el interior del templo con celebraciones que no van a aparecer en ningún medio de comunicación sino en su exterior que es reclamo universal y una pantalla fantástica para que en todo el mundo se hable de ello.

La semana pasada Cesáreo Marítimo nos narraba la tradicional marcha por la vida que fluye entre el Hospital "católico" y abortista de San Pablo y precisamente la Sagrada Familia. ¿No sería fantástico que tal concentración acabara ante la fachada del templo de Gaudí y éste se iluminara de rojo en recuerdo de la sangre de las miles de víctimas ocasionadas por el horrendo crimen del aborto? Pero claro, n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach no está por la labor, todo lo contrario lo que hace es dejar a los pies de los caballos a los manifestantes (que incluso necesitan protección policial) mientras que él acusa a estos buenos católicos de ser unos "intransigentes ultraconservadores". Y no se conforma con ello sino que intenta demonizar al Rvdo. Custodio Ballester por ser uno de los organizadores de esta cruzada anti-abortista que tanto daño está haciendo a su imagen como arzobispo que consiente y tolera que en sus hospitales se practique el genocidio contra seres indefensos.

Por tanto, pensar que la Sagrada Familia sea la imagen de la defensa de los valores cristianos no es más que un sueño, mientras tengamos a nuestro actual prelado, y mientras su camarilla esté formada por personajes como el Rvdo. Antoni Matabosch para quien la basílica no es más que una obra de arte. Nuestro cardenal nunca va a hacer un acto que pueda ser "molesto" para el progresismo, él se considera a sí mismo "el pacificado" el que ha conseguido tener a raya a las turbas que hicieron la vida imposible al bueno de don Ricardo. Pero esa falsa paz se consigue con una diócesis de catolicismo descafeinado, que se esconde de sus auténticos valores católicos para no hacer enfadar al progresismo militante, al nacionalismo gobernante, y a los medios de comunicación anticlericales que controlan toda la información y que moldean la imagen pública del obispo de turno.

Descripción: http://4.bp.blogspot.com/-LHxJCybw96w/TteiARZtwvI/AAAAAAAADKM/Tq4qK66-ONU/s1600/Afk3cKgCIAEMXt6.jpg Por ello en su afán de quedar bien con todo el mundo, menos con los buenos católicos, no le importa que la Sagrada Familia se ilumine de rojo para causas como el SIDA, pero diría que se trata de una "provocación" y que "sentaria molt malament" (sentaría muy mal), que se utilizará para defender causas verdaderamente católicas. Es en este momento cuando uno se pregunta: Entonces, ¿A que vino hace poco más de un año el Santo Padre Benedicto XVI?. Yo creía que era para que la Sagrada Familia fuera un signo universal de catolicidad, un emblema de evangelización y de defensa de la institución de la Familia, un lugar donde se fomente la oración, la expiación de los pecados y la fe del pueblo barcelonés. Pero nuestro cardenal sigue sin abrir el templo al pueblo fiel, sin fomentar ninguna causa de piedad, sólamente se abre las puertas para celebraciones que sirvan de exaltación de la persona del mismo arzobispo. Parece que esté prohibido que pueda celebrarse la Santa Misa o cualquier otro acto público si no lo preside el mismísimo cardenal.

El día que la Sagrada Familia sea lo que tiene que ser, y defienda los valores que tiene que defender, no veremos ante su fachada a personajes como Miguel Bosé (en la fotografía) haciendose fotos orgulloso ante el color rojo de la lucha contra el SIDA. Todo lo contrario, veremos a éste como a tantos artistas de la "ceja", los abortistas y homosexuales, haciendo manifiestos contra la Iglesia "carca" y "retrógada", y quejándose amargamente de lo "machistas" y "homófobos" que son los católicos. Esto desde luego no va a pasar mientres dure nuestro actual prelado, él jamás lo permitiría.

Antoninus Pius