Triunfo del movimiento objetor a EpC
La misma lucha es ya una victoria. Mañana el Tribunal Supremo se reúne a deliberar a partir de las diez —¡pero qué madrugadores son!—, acerca del derecho de los padres a ejercer como tales. Deberá sentar y unificar doctrina sobre el derecho a la objeción y sobre la intención adoctrinadora de EpC. Que se haya llegado hasta aquí es una victoria, un triunfo conseguido por un grupo de padres que lucha por su libertad y la de sus hijos, los grandes beneficiados. Padres que con responsabilidad personal, sin tutelas, no han aguardado a que otros les saquen las castañas del fuego. Como sacados de una película del Oeste defienden a su familia, y saben que acabando con los malos ayudarán a todo el pueblo, también a ese tendero cobarde y gafotas que cierra la tienda cuando empieza la pelea.
Mi bolita mágica no funciona, no conozco el resultado, pero por las manifestaciones previas se puede intuir. Profesionales por la Ética declaró que si no se reconocen sus derechos interpondrán recurso ante el Constitucional, y si no, pues como Buzz Lightyear: «hasta el infinito y más allá», el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo. El gobierno no ha abierto la boca, y el PP en el akelarre que está celebrando nos dijo con su habitual valentía que «acatará el fallo del Supremo sobre EpC pero la suprimirá si gobierna». ¿Qué saben gobierno y oposición de sus jueces en el TS? Personalmente después de lo del juez Calamita poco espero, de todas formas siempre fallo en los números de la lotería, seguro que me vuelvo a equivocar.
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