(Agencias/InfoCatólica) Garzón, que participó en los Cursos de Verano que la Universidad Complutense de Madrid organiza en el municipio de San Lorenzo de El Escorial, dijo que la “jerarquía católica” daba “ánimos” a los “torturados'' y les decía “sé paciente, hijo mío, y entrégate a Dios”, expresando con ello una “ejemplificación de que una cosa es ser víctima, lo cual lleva implícito ser inocente”, y otra cosa, añadió, es ser “víctima culpable”, lo cual implica ser un “victimario”.
En este sentido, Garzón aseguró que la transición española del franquismo (1939-1975) a la democracia no contó con tutela judicial efectiva por lo que “convendría estudiar cómo influyó esto en la formación de la sociedad española actual”.
Olvido o memoria, justicia o perdón
El juez señaló además que en aquellos países donde se da una transición desde un régimen dictatorial a un proceso democrático se plantea el dilema de si lo que se debe hacer es mirar hacia adelante, “olvidándose del pasado'', o, por el contrario, anteponer “la exigencia de justicia”.
En ese sentido, dijo que la justicia gira en torno a dos parámetros donde la polarización entre las víctimas y los “victimarios está servida” y añadió que quienes de alguna forma “han encabezado, ejecutado y mantenido” la represión optarán por que la mirada hacia adelante sea lo que se imponga, “no sé si tanto porque así interesa al país” o porque, si no se produce la amnistía, los dirigentes de la dictadura temen que puedan ser objeto de un enjuiciamiento por instituciones “democráticas” y por una “justicia independiente”.
Según Garzón, en el otro extremo están las víctimas que han padecido la dictadura, que hasta ese momento han sido “'absolutamente marginadas”' y en gran medida lo van a seguir siendo después.
El juez, que no ejemplificó sus ideas refiriéndose a ningún país en concreto, matizó que nunca se debe excluir la acción judicial en un país que haya estado gobernado bajo un régimen dictatorial, aunque en un determinado momento histórico el Estado ofrezca la posibilidad de una “'acción de memoria histórica y reconciliación”.
Alusión a los jesuítas asesinados en El Salvador
Durante su intervención, el juez preguntó al ponente Juan José Tamayo Acosta, director de la Cátedra de Teología y Ciencias de la religión 'Ignacio Ellacuría' de la Universidad Carlos III de Madrid, si “seguía teniendo esperanza en la jerarquía de la Iglesia” católica cuando ésta no se ha caracterizado por iniciar acciones “reclamando justicia” por el asesinato en 1989 de los seis jesuitas fallecidos en El Salvador.
Preguntado sobre la idoneidad de abrir procesos penales contra dirigentes políticos que hayan cometido delitos contra los derechos humanos, el magistrado contestó que la acción de la Justicia ''nunca es peligrosa'', sino que lo peligroso es “huir de ella” porque la Justicia “no quebranta”, es más, agregó, “cohesiona y fortalece” la estabilidad democrática de un país.