En el Santuario del Inmaculado Corazón de María, ubicado en la calle Ferraz 74, un grupo de jóvenes católicos decidieron rezar el Santo Rosario. Después de más de seis meses un todavía se siguen congregando en las escaleras de la iglesia madrileña. Han creado su propio canal de Youtube y cuenta de Instagram en el que publican cada rezo diario.
Todos los días dicen rezar por «la Salvación de España y del mundo entero». También han organizado un Rosario Universal en el que invitan, cada primer sábado de mes, a orar en todo el mundo. Han conseguido unir en oración a las veinticinco naciones de los cinco continentes y más de cien Rosarios al mismo tiempo. José Andrés Calderón, el organizador el Rosario en Ferraz, ha dicho en reiteradas ocasiones que: «No rezamos por derribar gobiernos. Nuestro objetivo es mucho más ambicioso. Rezamos para que Cristo vuelva a estar presente el corazón de los españoles. Si esto sucede, el cambio vendrá por sí solo».
Este joven recibió el lunes 27 de noviembre una notificación del Delegado de Gobierno de Madrid mediante la que se le prohibía rezar en las escaleras del Santuario Mariano. A pesar de haber pedido Calderón el permiso, Francisco Martín Aguirre estimó que no existían «razones de urgencia» para la celebración del rezo. El organizador del Rosario hizo caso omiso y procedió a rezar. Según manifestó: «Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres», recalcando que «uno no debe tener nunca miedo a hacer algo cuando sabe que es lo correcto. No se puede tener temor a las consecuencias derivadas de mostrar tu amor a la Virgen María y a Jesucristo».
El 29 de noviembre, tras el rezo del Rosario, dos antidisturbios decidieron proponerle para sanción por incumplir la orden del Delegado de Gobierno que impedía rezar en el Santuario. Calderón recurrió la prohibición ante el TSJ de Madrid. Pese a no darle la razón, ha decidido recurrir en amparo ante el Tribunal Constitucional. A su juicio, la jurisprudencia española «está absoleta y debe actualizarse para actualizarla a lo que dice el Tribunal Europeo de Derechos Humanos». En este sentido cita la SSTEDH Bukta y otros c. Hungría y Bumbes c. Rumanía. En ellas los magistrados europeos recuerdan que las autoridades administrativas no tienen «carta blanca» para prohibir concentraciones a su puro arbitrio. Se debe garantizar la proporcionalidad de la Administración debe acreditar que existe un problema de orden público. Calderón se preguntó: «¿Qué problema de «orden público» puede casar el rezo de un Rosario en las puertas de una iglesia».
Hace unos días, el joven se llevó una sorpresa cuando recibió de un funcionario de correos una carta certificada. Pensaba que serían las multas del 28, 29 y 30 de noviembre por desobedecer las órdenes de Martín Aguirre. Sin embargo, se encontró con algo diferente. El Delegado de Gobierno le ha sancionado tres veces con una multa que asciende a 3.600 euros por «desobediencia y resistencia a la autoridad» de los días 2,3 y 4 de enero. A juicio de la UIP, José Andrés Calderón y el resto de personas que rezaban el Rosario «procedieron a efectuar el corte de tráfico en la calle Ferraz, viéndose afectada esta calle en su tramo entre Buen Suceso y Marqués de Urquijo». Sorprende que en el mismo documento se dice que Calderón se desvincula de la protesta política posterior. En propias palabras de la Policía: «el convocante se desvincula de la (posterior concentración contra el gobierno y la amnistía) en todo momento, siendo que desaparece del lugar nada más terminar el citado rezo».
En aquel momento, varios medios de comunicación emitían el rezo del Rosario y la posterior protesta política. Los videos parecen dar la razón a José Andrés, que en declaración manifestaba que:
«las multas son un absoluto atropello. Pretenden culpabilizarme de algo de lo que no participo. Creen que van a amordazare al ponerme una multa de 3.600 euros.
En todo momento, me he desvinculado de la protesta política. Mi cometido es otro radicalmente distinto. Acudo a las escaleras del Santuario del Inmaculado Corazón de María para rezar por la conversión del pueblo. Para pedir la intercesión de la Virgen María y que el mensaje católico vuelva a estar presente. En ninguno de los vídeos desde que comencé a rezar el Rosario en el Santuario Mariano se me verá en la protesta política. Muchos testigos lo pueden corroborar.
Al Delegado de Gobierno no le gusta que los católicos recemos. De hecho, es conocido por acudir a abortorios para decir que perseguirá a todos los rescatadoras que intentan convencer a las madres para que no cometan el mayor error de su vida. En el mismo sentido, pretende achantarme basándose en informes falsos y contradictorios. He avisado siempre de la información que me ha dicho la UIP.
En todo caso, no van a callarnos. Vamos a seguir rezando en Ferraz porque España merece muchos rosarios. Los católicos únicamente debemos tener miedo a no vivir en gracia. Ninguna autoridad terrenal de carne y hueso va a impedir que hagamos lo más importante que es rezar a la Madre de Dios».