(KathPress/InfoCatólica) En una conferencia celebrada en Salt Lake City (Estados Unidos) a finales de abril, el médico británico Dermot Kearney (ver foto) hizo un llamamiento a los médicos asistentes para que defiendan la protección de la vida a pesar de las diversas adversidades.
Kearney intervino en la conferencia anual de Heartbeat International. Heartbeat es la mayor red de apoyo a mujeres embarazadas de Estados Unidos y gestiona la red mundial Abortion Pill Rescue®. Los miembros de la red ayudan a las mujeres que han tomado la primera de las dos píldoras abortivas, pero luego cambian de opinión y quieren traer a su hijo al mundo.
A pesar de la fuerte oposición, Kearney y otros médicos del Reino Unido han conseguido salvar de un aborto a un total de 61 bebés no nacidos desde 2020 administrando progesterona después de que la mujer embarazada haya tomado la primera píldora abortiva que contiene mifepristona. El propio Kearney es miembro de la Red Abortion Pill Rescue® (APRN).
Según sus informes, la tasa de éxito de sus pacientes es de al menos el 50%. El éxito del tratamiento significa que el embarazo continúa y el bebé nace vivo. Si la mujer toma tanto mifepristona como misoprostol (la segunda píldora abortiva que se toma unos días después de la primera), sólo sobreviven entre el 1% y el 2% de los fetos. Si la embarazada sólo toma mifepristona pero no recibe tratamiento con progesterona, la proporción de supervivientes es inferior al 20%.
Antes de iniciar él mismo el tratamiento, Kearney se puso en contacto con el Servicio Nacional de Salud británico, el Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos y el Real Colegio de Médicos Generalistas en 2020, con la esperanza de que las asociaciones médicas apoyaran el método de tratamiento en vista de la experiencia existente sobre su eficacia. No fue así.
Sin embargo, el Consejo Médico General inició una investigación en 2021 sin su conocimiento después de que el Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos y la organización proaborto Marie Stopes International le acusaran de comportamiento poco ético. En el peor de los casos, el Consejo podría haber revocado la licencia de Kearney para ejercer la medicina.
En mayo de 2021, se le prohibió administrar, prescribir o recomendar progesterona en relación con la ayuda tras la toma de la primera píldora abortiva.
Un equipo de abogados llevó el caso de Kearney a los tribunales. En febrero de 2022, se sobreseyó el procedimiento. El tribunal declaró que no había pruebas de comportamiento no profesional.
Durante su presentación en Salt Lake City, Kearney señaló que el personal médico presionaba repetidamente a las mujeres embarazadas para que abortaran. Tras tomar la primera píldora abortiva, querían interrumpir el aborto y acudían a él o a sus compañeros médicos de la APRN.
Mientras tanto, los médicos abortistas que recetan píldoras abortivas aconsejan cada vez más a sus pacientes que no aborten y que acudan al Dr. Kearney o a sus colegas de la APRN. Sin embargo, como cada vez se practican más abortos con la píldora abortiva, también hay cada vez más oportunidades para él y la APRN, dijo Kearney.
