(Zenit/InfoCatólica) Un gran proyecto va en marcha dentro de los laboratorios de científicos israelíes y ha causado mucha polémica, pues se trata de la creación de embriones sintéticos enteros a partir de células madre embrionarias.
Sin embargo, por varios motivos, este proyecto no es ético, principalmente porque el embrión creado jamás nacería, pues su único fin sería facilitar procesos para otros. Aun así, el proyecto ha recibido bastante apoyo y fue cubierto por numerosos medios de comunicación.
Uno de estos medios fue la revista científica Cell, donde varios investigadores del Instituto Weizmann compartieron un artículo llamado «Post-Gastrulation Synthetic Embryos Generated Ex Utero from Mouse Naïve ESCs», donde explicaban acerca de dicha experimentación con células madre.
Estas células fueron extraídas de ratones y, posteriormente, transformadas en células pluripotentes que abrieron paso para estructuras parecidas a las de un embrión nuevo. Para ello, las completaron con segmentos de otros órganos como el cerebro, el corazón y el tracto intestinal.
Lo que se buscó con esto fue hacer que las células madre ya desarrolladas y bien diferenciadas retrocedan hasta parecer estar en una fase inicial, que después puedan trabajar en determinados órganos.
El líder del grupo de investigadores israelíes, Jacob Hanna, comenta: «Sorprendentemente, demostramos que las células madre embrionarias generan embriones sintéticos enteros, lo que significa que esto incluye la placenta y el saco vitelino que rodean al embrión».
Es por esto que son llamados embriones sintéticos o artificiales, pues para su creación no se necesita de los gametos femenino y masculino, sino tan solo de la reconstrucción de células madre adultas en células madre embrionarias.
El motivo de haber iniciado este proyecto es el mismo por el que las células madre han sido objeto de estudio durante tantos años: porque son estupendas para curar enfermedades.
«En Israel y en muchos otros países, como Estados Unidos y el Reino Unido, es legal y tenemos la aprobación ética para hacer esto con células madre pluripotentes inducidas humanas. Esto proporciona una alternativa ética y técnica al uso de embriones», añade el investigador Hanna.
El punto está en que la eticidad de esto puede variar si se trata únicamente de material biológico humano (agregados de tejidos y órganos) o también hay embriones humanos involucrados.
Sin embargo, muchos otros profesionales afirman que incluso de tratarse del primer caso, habría muchos problemas técnicos. El doctor James Briscoe, investigador del Instituto Francis Crick de Londres, afirma al respecto: «Los embriones humanos sintéticos no son una perspectiva inmediata. Sabemos menos de los embriones humanos que de los de ratón, y la ineficacia de los embriones sintéticos de ratón sugiere que la traslación de los resultados a los humanos requiere un mayor desarrollo».
Respecto a la cuestión de qué tan ética sería la producción de embriones humanos artificiales sin riesgos para la salud, la respuesta sigue siendo negativa, por 4 razones fundamentales:
En primer lugar, la concepción correcta de un hijo puede nacer únicamente de la unión amorosa de un padre y una madre. En segundo lugar, no se trataría de una fecundación extracorpórea sino de una concepción indirecta que, al nacer de las células madre de una persona, sería una especie de clon de esta, teniendo así, técnicamente, los mismos padres.
Asimismo, al momento de llevar el embrión útil hacia el trasplante, la cantidad de embriones perdidos aumentaría exponencialmente. Y, finalmente, se fortalecería la cosificación del niño por nacer pues, al producirse científicamente y no de forma natural, sería visto como un producto, medio para la realización de otros procedimientos externos.