(InfoCatólica) Según relata el diario alemán, Die Tagespost. Andreas Sauter, director de la iniciativa ecuménica Elijah21, aboga por que los cristianos dejen atrás la guerra de trincheras teológica y se decidan a anunciar el Evangelio a los musulmanes que han llegado a Europa.
Muchas personas buscan en sus corazones un Dios amoroso, un mensaje de amor, vida, esperanza y libertad.
Un mensaje que hoy en día resulta extraño en muchos ambientes eclesiásticos católicos, en los que se anima precisamente a lo contrario, llegando a calificar esto como «un pecado».
Un encuentro que se convierte en una bendición
Según la experiencia de Sauter, la mentalidad abierta de los musulmanes se basa «también en las experiencias que vivieron mientras huían. Los cristianos les han ayudado muchas veces, sin querer nada a cambio ». Muchos musulmanes no sabían esto ni por su cultura ni por el Islam. La iniciativa Elijah21 invita a los musulmanes a reunirse con una comunidad de acogida y les muestra una película de Jesús basada en el Evangelio de San Lucas.
Sauter admitió que algunos musulmanes buscan el bautismo sólo por razones tácticas. Sin embargo, esto no cambia nada en el mandato misionero de los cristianos. Él y sus compañeros saben que los participantes de las veladas tendrán una nueva experiencia al venir y encontrarse con Jesús a través del Evangelio de Lucas. Ese hecho los cambia. «Lo que supuestamente comenzó como un engaño se convierte en una bendición», dijo Sauter.
Iniciativa «ecuménica» y triste realidad
Para sana envidia de muchos católicos, Elijah21, tiene como misión «presentar el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo a todos los refugiados que buscan protección y refugio en Europa y a todos los musulmanes que buscan una relación con Él. Elijah21 es un medio por el cual el plan de salvación de nuestro Señor puede hacerse realidad hoy».
El contraste con una parte de las iniciativas institucionales de la Iglesia Católica es tremendo.
Como relataba Mehdi-Emmanuel Djaadi en marzo
«Creo que si hubiera sido un migrante musulmán, la Iglesia me habría acogido mejor que un musulmán que descubrió a Cristo. Acoger a un migrante, acoger a los pobres, eso es fácil. Pero aceptar a alguien que ha abandonado una religión, a veces ha sido repudiado o perseguido, eso es otra cosa. Los conversos a veces se sienten incómodos culturalmente, pero también religiosamente en nombre del diálogo interreligioso». Si alguien viene y dice: «Pero tienes un tesoro, ¿por qué no quieres compartirlo con tantos como sea posible?»
Como converso, por lo tanto, a menudo me hago preguntas y te llegas a plantear que «'Quizás yo soy el problema'. Debo callarme, porque no se debe alterar el diálogo interreligioso, sobre todo no se debe evangelizar a los musulmanes, etc. difícil tomar una posición ».
Muchos de los conversos a la fe católica dicen, explica Djaadi, que «tuvieron dos o tres rechazos de sacerdotes que temían el escándalo, que querían discreción y preferían no hacer nada. Afortunadamente, sin embargo, no todos los sacerdotes son así, pero hay pocas estructuras para ayudar a estas personas y acompañarlas para luego integrarlas en la parroquia ».
Su mayor alegría dentro de la Iglesia Católica es «vivir con mi esposa de acuerdo con lo que la Iglesia enseña. Es una verdadera alegría vivir el matrimonio como lo recomiendan Cristo y la Iglesia. Pero también es una alegría ver cientos de bautismos de personas del Islam cada año. Veo que el Señor toca todos los corazones »
Mehdi-Emmanuel Djaadi fue criado como musulmán, por curiosidad «quería entender en qué creían los demás. Conocí a cristianos evangélicos y me hablaron de un Dios que me ama y que dio su vida por mí». Luego comenzó a leer los Evangelios y «descubrió a un Jesús que estaba lejos del que conocía del Corán». En 2007, Djaadi fue bautizado por protestantes.
Después de varios años sintió «que le faltaba algo, como si tuviera la salsa pero sin la carne. Algunas cosas se parecían un poco a lo que había llegado a conocer en el Islam: el imán y el pastor daban sus interpretaciones, unos tienen el Corán, otros la Biblia ». Un retiro en la Abadía de Notre-Dame de Sept-Fons terminó le ayudó a ver las cosas más claras: «Pasé un año en el catecumenado de adultos y en 2013 entré en plena comunión con la Iglesia Católica».