La mision es emocionante

Ushetu, Tanzania, 24 de Junio de 2015.

Me siento ante la computadora después de un largo tiempo sin escribir. Me cuesta un poco, sinceramente, sobre todo porque hay mucho para contar y no sé por dónde empezar. En primer lugar puedo decirles que mi razón para esta ausencia ha sido el que mi computadora dejó de funcionar, y se suma a esto la gran cantidad de actividades en la misión, que no me han permitido tratar de solucionar esos problemas, sobre todo poder tener tiempo para ir a la ciudad y ver algún técnico. En fin, y como sea, que aquí estamos, luego de un buen tiempo, pero con la obligación de escribir algo, porque no puedo guardarme para mí solo tantas gracias… y porque a diario me vienen ideas que desearía contar. No voy a comenzar de atrás para adelante, y la razón es que deseo escribir sobre lo que he podido vivir hoy, y escribirlo justamente cuando están frescos los hechos. Trataré de resumirles la situación.

He tenido la gracia de poder recibir dos voluntarios, seminaristas diocesanos de Estados Unidos que estudian en el Colegio Americano en Roma. Están de vacaciones y se han ofrecido para hacer un voluntariado en esta misión.

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Vince y Colin han llegado hace dos días, ayer llegamos a Ushetu. Junto a ellos llegaron también dos jóvenes tanzaneses misioneros laicos. Son jóvenes que se forman con los sacerdotes mejicanos de los que ya les he hablado, en la parroquia de Mwanangi. Ellos reciben seis meses de formación, y luego hacen un año de misión en algún lugar, con voto de castidad por un año. Luego de esa experiencia, deciden si desean seguir con su vida laical, siendo misioneros, casándose y teniendo una familia… o si desean ingresar a la vida religiosa en la congregación de los padres.

WP_20150624_005Nosotros recibimos a dos de ellos, Benedict y Michael, que vienen para quedarse en nuestra parroquia por un tiempo. Ellos vivirán en una aldea, que está muy necesitada y es a la vez muy grande. Hoy fuimos junto con los seminaristas y algunos más, a llevar a estos jóvenes a la aldea de Kangeme, donde van a vivir en la casa del sacerdote. Esa pequeña casa en realidad es una construcción con dos ambientes, uno de ellos es dormitorio, y el otro es comedor, sala de estar, etc. Esa aldea queda a una hora de viaje, a 21 km del centro de la misión. Allí tenemos dos catequistas, pero realmente éstos jóvenes nos ayudarán mucho con la formación, el apostolado, el trabajo con los otros jóvenes, los cursos de Biblia, y cuanto se pueda imaginar y hacer. En la aldea los esperaban con mucha expectativa, y hasta habían estado construyendo una cocina, que en realidad es una mínima habitación cubierta y rodeada de chapas, a cinco metros de la casa, como se acostumbra aquí, ya que se cocina a leña o con carbón.

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Además, en esta semana, en todos los centros de la parroquia están de campamento de catequesis, es decir que todos los niños de las aldeas que pertenecen a un centro se reúnen toda la semana para tener más clases de catecismo aprovechando las vacaciones escolares y el tiempo de sequía que no permite mucho trabajo en el campo. Es así que allá nos esperaban más de cien niños, además de todos los fieles que deseaban recibir a estos misioneros laicos. Entonces con este prólogo puedo escribir lo que fue mi experiencia hoy. Al llegar a la capilla, vimos una multitud de niños adelante agitando ramas de árboles, cantando y saltando… con una alegría enorme. La gente grande también estaba, el coro, los diversos grupos, los líderes, los catequistas. Una señal de sorpresa sobre todo en los seminaristas americanos, y gran alegría. En mi caso me produjo mucha emoción, si bien ya he visto esto en varias ocasiones, no sé porqué me emocioné. No podía hablar, se me venían oleadas de lágrimas que reprimí otras tantas veces. Luego de llegar, los saludos, los niños frente a nosotros, la gente grande, los tradicionales “karibu, karibu” (bienvenido). Luego entraron todos los niños a la iglesia y siguieron con las clases de catecismo. El catequista hacía preguntas que todos respondían al unísono. Y otra vez, al entrar en la iglesia, no sé porqué me embargó la emoción mientras caminaba al altar para revestirme. Me revestí mientras expliqué brevemente los ornamentos a los chicos, y me fui a confesar. Ellos seguían con un muy animado catequista, y muy metidos respondiendo todos juntos.

Al final de la misa recibieron oficialmente a los visitantes, y desde la iglesia fuimos todos en procesión hasta la casa, para bendecirla. Luego de la bendición final, largamos los tradicionales cantos, y sobre todo el famoso de “pisoteemos al Diablo… molamos al Diablo bajo nuestros pies…” que en ocasiones como esta suena tan lindo. Al terminar este ejercicio… repartimos caramelos a los niños, que después de recibir cada uno el suyo, se vino la tradicional “tirada de caramelos al aire”, esta vez a cargo de uno de los seminaristas, gozando de esa alegría tan pura y sana de los chicos. En algún momento Colin sufrió ese apretujamiento de una avalancha de niños dispuestos a dar todo por un caramelo.

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Luego de la comida fuimos a visitar a dos enfermos, que también dejó lo suyo. Finalmente nos despedimos de Benedict y Michael y regresamos a Ushetu bastante cansados.

Por la tarde ante el Santísimo traté de preguntarme el porqué de esos momentos de emoción, que tuve que evitar manifestar exteriormente. Y me pareció ver que la respuesta estaba en el contemplar algo tan bello, algo que pocos pueden percibir, y que por gracia de Dios he podido vivir. Me di cuenta que la belleza de las obras de Dios se veía en ese grupo de niños agitando sus ramos en frente a nosotros. Me parecía perfecto todo… poder percibir la perfección de la fe católica, el bien que hace a las almas y a la sociedad. Ver ese grupo de gente feliz y alegre en un lugar tan apartado. Ver esos rostros felices me emocionó. Escuchar el catecismo en swahili vociferado por más de cien niños me emocionó. El poder vivirlo me emocionó. Me impactó como otras tantas veces ver la alegría por las cosas simples en conciencias puras. Me alegré de ver como “pisoteábamos al diablo” en un baile tan sencillo como alegre y real, allí bajo el sol africano, a más de 35 grados de calor a las dos de la tarde… levantando polvo con nuestros “pisotones”. Me emocionó poder visitar a Vincent, enfermo de Sida, y administrarle los sacramentos en una habitación pequeña donde él estaba recostado en el suelo de tierra sobre unos almohadones de un sillón, en medio de bolsas de maíz y sin lugar para más de dos personas… me emocionó ver el consuelo de las palabras del sacerdote que hasta arrancaban sonrisas en un cuerpo dolorido. Me emocionó ver lo perfecto de la obra de Dios en sus misterios, al visitar a Felicitas, esa anciana con cáncer que pedía disculpas porque no nos veía, y nos extendía sus delgadísimos brazos para decirnos una y mil veces “bienvenidos” y “muchas gracias”. Alegre hasta el punto de hacernos reír, y con una devoción que pocas veces he visto por estos lados, cuando recibió la comunión y se recogió de una manera increíble cerrando los ojos y cruzando los brazos sobre su pecho, mientras estábamos todos rezando, varios adultos y muchos niños… en el patio de tierra, bajo un techado de chapas, donde está su cama al aire libre.

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Al estar hoy frente al Sagrario de mi iglesia, ya no evité emocionarme, y solo traté de revivir con la mente esos momentos, y tratar de reflexionar “porqué me había emocionado”… y parecía escuchar por toda respuesta esto: “porque todo lo que vivimos en este día era perfecto”… Pude percibir como a la distancia y ver en un espejo la perfección de la obra de Dios. Y ver que a pesar de nuestros pecados y los de tantos, la obra de Dios es perfectísima. Ver lo bello de la obra misionera. Y de lo que podemos ser parte nosotros, por elección de Dios… es emocionante.

¡Firmes en la brecha!

P. Diego Cano, IVE.

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9 comentarios

  
O. V.
Dios bendiga a las sufridas gentes de África, y a los pastores y misioneros que dan su vida por llevar el Evangelio a los confines de la Tierra.
Gracias
05/07/15 4:02 PM
  
Carmen A.
¡HOLA! Todo nos alegra muchísimo. Los tengo muy presentes, y dígale a esos muchachos cuantos estamos ayudando desde lejos, especialmente en lo que les pueda suponer dificultad.
05/07/15 4:37 PM
  
Gloria
Se lo he dicho otras veces, P. Diego.
Qué alegría, qué maravilla leer sus relatos. Son como aire fresco que entra en el espíritu, en medio del smog espiritual de este lado del mundo.
Cuánto bien nos hace con sus historias de esos hermanos con su alma de fe tan pura.
Gracias, que el Señor los bendiga cada día más.
06/07/15 12:44 AM
  
Mónica Svabas
Padre Canito, como le decía mi tan querido Padre Wiliam Montalvo, que alegría de saber algo de Ud., ya que después que dejó su misión somo rector del Seminario Menor “San Juan Apóstol”, "San Cayetano", como la conocemos aquí en San Rafael nos preguntábamos por que lejuras andaría.
Muy lindo todo lo leído aquí en su artículo tan emocionante, hasta las lágrimas, acompañando sus sentimientos tan bien explicados.
Sólo resta decir que siga disfrutando de tantas gracias regaladas de parte de Nuestro Bendito Dios, y acompañado a Nuestra Madre del Cielo.
06/07/15 3:21 AM
  
Rafa
Dios le bendiga, y recemos por nuevas vocaciones
06/07/15 11:40 AM
  
María de los Ángeles
Yo me emocioné al leer su crónica, padre.
Dios le bendiga y...¡firmes en le brecha!.
06/07/15 10:18 PM
  
Tina
Hola padre, es primera vez q leo sobre su obra, es algo maravilloso ver como Dios pone y acomoda las cosas para bien de los que El ama: los niños, los de corazon puro y bueno, esas criaturas que se emocionan con un dulce sin importarles lo desgastado de sus ropas, ellos son felices con ustedes a su lado, hace como un año escribi una oracion que tenia parte de reclamo a nuestro Dios, la tristeza de perder a un ser querido invadia mi corazon, pero hoy con lo que he sabido sobre usted Dios me da la contestacion a mi reclamo. El Señor les de fuerzas para seguir siempre adelante y El permita que siempre esten en paz y esa sonrisa nunca se borre de sus rostros. Amen.
08/07/15 4:59 AM
  
Silvia Inés
Nuevamente felicitaciones Padre por su celestial misión; desde el lejano Jujuy seguimos rezando por Ud.
08/07/15 11:36 PM
  
Ricardo de Argentina
¡¡Feliz Día de la Patria, Padre!!
09/07/15 5:06 PM

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