La paz, la oración y la estima del mundo

Casi al final de la Carta a los Filipenses San Pablo exhorta a la perseverancia y a la alegría (cf Flp 4,6-9). Tres actitudes emergen como propias de un cristiano: la paz, la oración confiada en toda circunstancia y la valoración de lo auténticamente humano.

La primera actitud es la paz: “Nada os preocupe”, “la paz de Dios custodiará vuestros corazones y vuestros pensamientos”, “el Dios de la paz estará con vosotros”. El sosiego, la tranquilidad, no depende tanto de circunstancias externas como de una disposición interior. No es fácil que encontremos, en medio del trabajo y de las ocupaciones cotidianas, una paz que nos venga dada desde el exterior. Más bien hemos de hallar la paz dentro de nosotros mismos. Pero esa tranquilidad interior es don de Dios; un regalo que Él nos concede como resultado de la reconciliación con Él, como efecto de la vivencia de la caridad, como fruto de la acción del Espíritu Santo en nuestros corazones. La ansiedad que caracteriza en ocasiones nuestra vida puede ser un síntoma que nos empuje a volvernos a Dios, a convertirnos a Él, a enraizar en Él nuestras vidas.

La segunda actitud es la oración: “en toda ocasión, en la oración y súplica con acción de gracias, vuestras peticiones sean presentadas a Dios”. Toda necesidad, toda carencia, toda falta puede convertirse en objeto de petición. Al pedir nos hacemos conscientes de nuestra relación con Dios: Somos criaturas, no somos dueños de nuestras adversidades, pero – sea lo que sea lo que nos toque vivir – Dios jamás se olvida de nosotros y, si acaso nosotros nos olvidamos de Él, siempre podemos iniciar, con la súplica, el retorno hacia Él (cf Catecismo, 2629). La celebración de la “acción de gracias”, de la Eucaristía, se nos presenta como el marco más adecuado para la súplica. Pedimos, como nos enseñó Jesús, que sea santificado el Nombre de Dios, que venga a nosotros su Reino, que se haga su voluntad. Y pedimos también el pan de cada día, el perdón de nuestras ofensas, que no nos deje tomar el camino que lleva al pecado y que nos libre del mal. La súplica, en la celebración de la Santa Misa, se convierte en intercesión; en súplica a favor de los vivos y de los difuntos.

La tercera actitud es la valoración de lo auténticamente humano: “todo lo que es verdadero, noble, justo, puro, amable, laudable; todo lo que es virtud o mérito tenedlo en cuenta”. Los cristianos no podemos tener una mirada permanentemente negativa, que en todo lo humano o lo terreno vea corrupción y maldad. Lo creado sale de la bondad de Dios y participa de esa bondad. En diversos textos, el Concilio Vaticano II enseña la importancia que tienen, para un cristiano, las virtudes humanas, los valores de las realidades que encontramos en el mundo y los valores presentes en la acción de los hombres. No se puede ser cristiano sin ser hombre. No se puede ser cristiano despreciando lo verdaderamente humano: “Deben conceder [los laicos; pero, en realidad, todos los cristianos] gran importancia a la pericia profesional, al sentido familiar y cívico y a todas las virtudes relativas a la convivencia social, como son la honradez, el espíritu de justicia, la sinceridad, la bondad, la fortaleza de ánimo, sin las cuales no puede darse una vida auténticamente cristiana” (Apostolicam actuositatem, 4).

Pidamos al Señor que nos conceda trabajar en su viña con este espíritu: de paz, de oración continua y de aprecio a todo lo bueno que encontramos en el camino de nuestra vida.

Guillermo Juan Morado.

6 comentarios

  
Miguel Serrano Cabeza
"Los cristianos no podemos tener una mirada permanentemente negativa, que en todo lo humano o lo terreno vea corrupción y maldad."

Esa afirmación SÍ es cierta cuando hablamos del mundo que Dios ha creado y que Cristo ha venido a redimir.

Pero esa afirmación NO es cierta cuando hablamos del mundo por el cual Cristo no reza (Jn.17:7, "ego pro eis rogo, non pro mundo rogo") porque está en malos del Maligno (1Jn.5:19, "mundus totus in maligno positus est").
03/10/08 6:41 PM
  
Ana
Es verdad que hay muchas personas muy buenas y que a lo largo del dia pasan cosas muy buenas y a pesar de que nos están machacando con las cosa de la iglesia, según ellos todo es malo hay muchas cosas buenas en la Iglesia, se hace mucho bien, hay llamadas y respuestas, hay conversiones,hay muchos sacerdotes muy buenos que no hacen ruido, el bien no hace ruido y en fin muchos motivos para dar gracias. Viene muy bien leer estos post que son positivos.
Es verdad que la oración trasforma y hace que se le de a las cosas la importancia que tienen y se ve a las cosas y a las personas o por lo menos se intenta con los ojos de Dios
03/10/08 8:07 PM
  
Miguel Serrano Cabeza
Quizá no sea del todo ocioso citar aquí, en relación con el mundo citado en Jn.17:7 y 1Jn.5:19, unas palabras de San Pablo (2Cor.6:14-18):

"No os mezcléis con los paganos; pues, ¿qué tiene que ver la Justicia con la injusticia, y qué tienen de común la Luz y las tinieblas? ¿Qué armonía hay entre Cristo y Belial, o qué parte tiene el fiel con el pagano? ¿Qué relación hay entre el Templo de Dios y los ídolos? Porque nosotros somos Templos del Dios vivo. Como dijo Dios: «Habitaré y caminaré en medio de ellos, Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo (Lev.26:12; Ez.37:27; Jer.32:38)» Por eso: «Salid y separaos de ellos -dice el Señor-; no toquéis nada impuro, y Yo os recibiré (Is.52:11; Jer.51:14); Seré para vosotros Padre, y vosotros seréis para mí hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso (2Sam.7:14; Is.43:6; Jer.31:9)»".
03/10/08 10:03 PM
  
Miguel Serrano Cabeza
Finalmente, respecto al mundo que Dios ha creado y que Cristo ha venido a redimir, sólo quisiera añadir el "mandato 28":

"Y bendíjolos Dios, y díjoles Dios: «Sed fecundos y multiplicaos y henchid la tierra y sometedla; mandad en los peces del mar y en las aves de los cielos y en todo animal que serpea sobre la tierra.»" (Gn. 1:28)

http://www.vatican.va/archive/ESL0506/_P1.HTM

"Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.»" (Mt. 28: 18-20)

http://www.vatican.va/archive/ESL0506/__PUH.HTM

Es algo que tenemos en común con nuestros "hermanos separados".

http://www.americanvision.org/blog/?p=101
04/10/08 12:05 AM
  
jasp
Padre Guillermo: Le envío un comentario, sin ánimo de que la jerarquía española lo tenga en cuenta, sino, que sirva –si sirve- para nosotros, en plan de reflexión. Se trata de una puntualización a la lectura del texto, en español, de San Juan, capítulo 18, versículo 36, que se hace en las misas, y que dice así: “Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí”.
«Las palabras dichas en castellano pueden interpretarse mal: como si Jesús no fuera Rey de este mundo, y por tanto no tuviera poder sobre la sociedad humana, sobre la tierra, sobre el universo.
Está la Escritura, tanto en el Antiguo como el Nuevo Testamento, llena de asertos que afirman el poderío absoluto y total de Jesús sobre todas las cosas. El mismo Jesús dirá: “todo poder me ha sido dado en los cielos y en la tierra” (Mt.28,18).
Si se examina el texto en latín, y sobre todo en griego, que es el original, se ve entonces claro el sentido de estas palabras de Jesús.
El “de” (en latín) no es posesivo, sino que es de origen. En latín “de” significa origen; y en el griego el “ek” o “ex” también significa origen. Y por eso Jesús dice: “Mi reino no trae su origen de este mundo” (Jn.18,36). Ese es el verdadero sentido de las palabras de Jesús. No dice que no sea Rey de este mundo, sino que su Reino no trae origen de este mundo. Y añade; “si trajera origen de este mundo mis servidores -los que están conmigo en el mundo y son mis partidarios- lucharían para que no fuese entregado a los judíos” (Jn.18,36).»

Cita sacada del cuaderno 2018a del Padre Antonio Pacios López, MSC.

Una cuestión personal: Padre Guillermo, ¿quién podría pensar que su escrito del 3-10-2008 iba a tener un comentario el 1-8-2009? Espero que dentro de quinientos años alguien, al menos, lea su trabajo; además que en este intervalo sean millones; ¡y que Vd lo vea!
01/08/09 11:59 AM
  
Guillermo Juan Morado
Interesante comentario.
01/08/09 12:04 PM

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