¿Qué es la teología?
El papa nos sorprende cada día. Sus palabras, sus homilías y discursos, son admirables. Sabe compaginar de un modo particularmente logrado la forma y el fondo, la profundidad y la sencillez, la claridad y la belleza.
La homilía pronunciada en la Santa Misa de la solemnidad de San Pedro y de San Pablo, en la que alude a su sexagésimo aniversario de ordenación presbiteral, es un texto que, pienso yo, se leerá en el futuro con una veneración parecida a la que sentimos por los grandes escritos de los autores cristianos.
Pero también hoy, en su discurso con ocasión de la concesión del “Premio Ratzinger”, ha estado brillante. Ha reflexionado sobre la naturaleza de la teología y sobre la relación entre la fe y la razón. Se trata de un texto que debemos situar en continuidad con los discursos de Ratisbona, del Colegio de los Bernardinos de París y de la Universidad de Roma (aunque en este último lugar no llegó a pronunciarlo).
Tras un primer párrafo de reconocimiento a los tres teólogos premiados -Olegario González de Cardedal, M. Simonetti y M. Heim-, en el que incide en la importancia de hacer que la palabra de la fe no quede restringida al pasado, sino que sea para nosotros una palabra contemporánea, el papa entra en el nudo de su discurso: ¿Qué es verdaderamente la teología?
La tradición dice que la teología es la ciencia de la fe, pero ¿sigue siendo posible definirla así en el contexto de la ciencia moderna? Sutilmente, el papa hace un recorrido por la teología reciente, por la búsqueda de cientificidad de la teología reciente: ¿Se encontrará el carácter científico de la teología solo en la historia? Parece que no; a pesar de los logros de esta orientación: “si la teología se retira totalmente al pasado, deja hoy la fe en la oscuridad”.
¿Encontrará su cientificidad la teología en la referencia a la praxis y en la relación con las ciencias humanas? Tampoco este camino parece del todo satisfactorio. Sin teoría, la praxis se convierte en algo vacío y privado de fundamento.
La auténtica pregunta es la pregunta por la verdad de la fe: “¿es verdadero aquello en lo que creemos o no?". La teología ha de referirse, sobre todo, a la verdad. Citando a Tertuliano: “non consuetudo, sed veritas”, el papa reconstruye los primeros pasos de la teología cristiana, edificada no sobre la costumbre – las religiones paganas – sino sobre la verdad y sobre la razón.
El nexo fundamental se establece en el cristianismo entre Logos, verdad y fe. Ya San Buenaventura hablaba, comenta el papa, de un doble uso de la razón. Por una parte está la “violentia rationis”, el despotismo de la razón; una razón que se convierte en juez supremo de todo. Este uso de la razón es incompatible con la fe. Dios no es un objeto que se pueda someter al experimento, sino un Sujeto que se manifiesta en la relación de persona a persona.
El segundo uso de la razón tiene que ver con el amor. El amor no nos hace ciegos, sino que nos ayuda a ver y nos permite adentrarnos en el conocimiento del otro. Este uso de la razón permite profundizar en las grandes cuestiones que afectan al hombre que, de otro modo, quedarían relegadas al ámbito de lo irracional.
¿Cuál es, pues, la esencia y la misión de la teología? Abrir la razón a lo divino para que, guiada por el amor a la verdad, pueda conocer a Dios más de cerca. La teología ha de compaginar la humildad y la disciplina, el dejarse tocar por Dios y la búsqueda de luz.
Guillermo Juan Morado.
20 comentarios
GJM. Para gustos... De todos modos, el discurso del papa es muy bueno, a mi juicio.
Saludos
GJM. Gracias. El papa también lee el evangelio. Y hasta yo lo leo. Y el papa ha hablado en su discurso de la humildad como una exigencia de la teología. Este premio ya estaba pensado antes de que el papa fuese papa. No hay nada de malo en que un teólogo que se ha convertido en papa apueste por la teología.
Pero Ratzinger no ha necesitado ser papa para ser Ratzinger. Es de justicia reconocerlo.
Yo no he dicho que está mal que un papa apueste por la teología, lo que dije fue que con el nombre de un santo canonizado sería mejor. Gracias por su tiempo. Que Dios lo bendiga.
GJM. Muchas gracias, por la bendición. Un saludo.
GJM. Luis, usted no defrauda. Contrapone las religiones paganas a la filosofía.
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Qué exquisita, no como los demás, que hemos formado nuestros gustos en un estercolero, y de Evangelio, nada... ¿lo leerá el Papa?
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-Buena pregunta.
-Si la teología es el conocimiento de Dios y Él es - o debe de ser- infinito en la parte y el todo de su razón de ser:
¿cómo se puede saber qué es la teología si ésta y Dios son una misma cosa; sea infinitos?
- ¿Se puede decir que la teología es la infinita búsqueda, y por ende el gozoso encuentro, de todo aquello que adorna y define a Dios?
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GJM. Mejor, evitemos la polémica.
GJM. No puedo escribir sobre todos los temas, ni todos los días.
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Pretender "llegar" a Dios simplemente mediante la razón no sería posible; no podríamos acceder a Él de una manera meramente intelectual.Gracias a la fe podremos descubrir a Dios, oculto en el misterio.
El fin último del ser humano es la búsqueda de la verdad, y en este proceso, fe y razón no se contraponen sino que se complementan para convertirse en "las dos fuerzas que nos llevan a conocer"(San Agustín). Decía el Obispo de Hipona: "cree para comprender" y "comprende para creer."
Hay una cita significativa de Benedicto XVI al respecto: "El acto de fe consiste en un proceso en el que tanto la razón como la existencia individual desbordan sus límites; es un tomar la razón individual, aislada y escindida, y encauzarla hacia el espacio de aquél que es el Logos, la razón y el fundamento racional de todas las cosas y de todos los hombres." Teoría de los principios teológicos
En cuanto a que este Premio lleve el nommbre de "Ratzinger" me parece muy apropiado, como lo acredita su larga carrera como eminente teólogo así como su extensa bibliografía.
Casi nada...
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Por si a alguien le sirve.
Lo siento pero todo lo que he leído de ese señor nunca me ha elevado el alma a Dios sino al "intelectualismo" y al regusto vanidoso del academicismo mundano que busca más el aplauso del mundo que el alma de los lectores.
Es por otro lado un signo muy distintivo del "teologismo" moderno, donde lo importante no es llevar a los fieles hacia Dios sino más bien despuntar, sobresalir y cosechar aplausos entre los compañeros académicos.
Las facultades de teología son hoy uno de los lugares más peligrosos que hay por la sencilla razón de que el relativismo impera y no hay forma de confiar en que los "pastores" estén velando por uno.
Han conseguido una cosa buena: que los fieles con inquietudes no queramos saber nada de "teólogos" modernos, ni sus "resúmenes" o visiones y dediquemos montones de horas en ir directamente a las fuentes a comprobar la Verdad: Sagrada Escritura, Concilios, Denzinger, Catecismo, Doctores de la Iglesia, Encíclicas, etc, etc.
Tal es el barullo relativista que impera hoy, desde Salamanca hasta los seminarios diocesanos.
Mal asunto darle premios a teólogos como D. Olegario, se fomenta el academicismo y no la elevación de las almas hacia Dios.
Dios le bendiga Padre.
GJM. Obviamente, no estoy de acuerdo con buena parte de su mensaje.
El Papa teólogo que es amigo de él desde hace décadas, por ejemplo el profesor Gonzalez de Cardedal prologó la edición española de la rigurosa "Introducción al Cristianismo", acierta en grado sumo al reconocer el gran valor teológico de sus escritos, premiándolo.
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¿En serio, catholicus?
Ay, vengo ahora de uno de esos sitios precisamente. Menos mal que no me ha pasado nada, pero, ¡saber que acabo de venir de uno de los sitios más peligrosos que hay! SI los aben mis hijos, hoy no me dejan salir de casa. Menos mal que que tengo testamento hecho.
Y el caso es ue creía haber estado con profesores brillantes, pero humildes y sencillos, y hasta diría que vengo con el alma más elevada a Dios .
Debe decir "la cristología". Perdón.
[Bueno Padre, aquí se expusieron determinados textos de D. Olegario y nadie parecía poder explicarlos. A eso me refería.]
GJM. Creo que sobre eso ya han hablado en otros blogs.
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Sí Yolanda, en serio, por las razones expuestas. Es más seguro el Catecismo, las Encíclicas, etc, etc lo ya expuesto. Es una pena pero es así, y la culpa no es mía, es de los que consienten (o han consentido) lo mismo lo uno que lo otro, porque si todo va en el mismo cesto..¿Como lo distinguirá el alumno?
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