706 - UNIONES HOMOSEXUALES. EL DEBER DE OPONERSE.

UNIONES HOMOSEXUALES. EL DEBER DE OPONERSE.

Presentamos la traducción de parte de la entrevista realizada por el Corriere della Sera al Cardenal Alfonso López Trujillo, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia. El cardenal la concedió con motivo de la media sanción en España, de la ley que crea la ficción jurídica del llamado "matrimonio entre personas del mismo sexo" (vid. NG 705).

Las palabras del cardenal López Trujillo recordando a los cristianos la obligación de ejercer su derecho a la objeción de conciencia y de oponerse a la ley inicua, sonaron mal a quienes siguen el pensamiento "políticamente correcto" impuesto por el Nuevo Orden Mundial, y muchos las atribuyeron a la cosecha del propio cardenal.

Lo dicho por López Trujillo forma parte del Magisterio ordinario de la Iglesia y se encuentra explicitado en la encíclica Evangelium vitae, citada en la entrevista original (vid. Evangelium vitae n. 74) y además, es fácilmente deducible, entre otros documentos, de los textos del Catecismo de la Iglesia Católica.

Entrevista al Cardenal Alfonso López Trujillo por Gian Guido Vecchi, Corriere della Sera, 22-04-05. (Traducción de NG):

SEXO HOMOSEXUAL

Objeción de conciencia para decir que no a las leyes inicuas. La obligación de oponerse: No es una opción facultativa: todos los cristianos deben oponerse. La discriminación: la Iglesia no discrimina a los homosexuales; merecen ayuda.

Eminencia, en España la Cámara (el Congreso de Diputados) acaba de aprobar la ley que autoriza los matrimonios entre gays. ¿Cuál es su juicio?:

"Que yo sepa son tres los países que han sancionado este tipo de ley inhumana e inicua: Bélgica, Holanda y ahora España. Ud. me puede explicar, ¿estaban equivocados todos los hombres de todos los tiempos, de todas las culturas y de todas las religiones que han concebido la familia como la unión de un hombre y una mujer?. ¿Cómo se puede caer en tanta deshumanización?. El hombre se deshumaniza si pierde el sentido de los valores esenciales que tienen su origen en la Revelación y también en la razón (…). Insisto: ¿todos se han equivocado durante milenios?".

"Hace pocos meses, el entonces cardenal Ratzinger, habló de una ley 'destructiva'".

¿Qué destruye?:

"Lo que están haciendo en España, con una mayoría (parlamentaria) bastante exigua, es la destrucción, ladrillo a ladrillo de la familia. ¿Se ha preguntado a las familias, qué es lo que quieren?. ¿Han hecho una investigación en profundidad? La familia es un regalo recíproco total entre hombre y mujer que exige fidelidad en el tiempo, exclusividad y la apertura a la nueva vida, a los hijos".

¿Cuándo comenzó esto?:

"Con una extraña idea de modernidad, de progreso sin límites, se empezó a modificar la definición de matrimonio en varias naciones de Europa, y con las así llamadas 'parejas de hecho' comenzó a circular una moneda falsa, una ficción jurídica: considerar como matrimonios a parejas que no quieren el matrimonio!". (…) "Después se puso de moda hablar de "gender", género, como si el ser varón o mujer no fuese debido a la naturaleza sino a una especie de convicción adquirida con el tiempo, un producto de la sociedad. Y así se preparaba el camino a las parejas homosexuales". (…) "Y ahora parece que cualquier modelo de asociación, como un club, puede ser una familia. Y se preguntan, ¿por qué no puede ser? Y miran a la Iglesia como si fuese retrógada, sin entender que la Iglesia no inventa nada, sino que es fiel a lo que ha dicho el Señor, principios que por otro lado son comunes a toda la humanidad". (…)

"Una ley enormemente inicua como ésta no obliga, no puede obligar. (…) No se pueden imponer cosas injustas a los pueblos, justamente, porque son inicuas. La Iglesia llama con urgencia a la libertad de conciencia y al deber de oponerse".

¿Es lo que ocurriría con los empleados municipales?:

"Hablo para todas las profesiones que tienen que ver de alguna manera, de cualquier modo, con la aplicación de la ley: tienen la obligación de recurrir a la objeción de conciencia como se pide a los médicos y enfermeras frente a un crimen como el aborto".

"No es una opción facultativa: todos los cristianos, como dice la Evangelium Vitae, deben estar dispuestos a pagar el precio más alto, quizás hasta perder su trabajo. Y además, no está solamente el problema de los 'matrimonios'".

La ley autoriza de hecho también la adopción, ¿no?:

"En el colmo del absurdo, se llega a lo más insensato y negativo de todo. Recuerdo que en 1989, Naciones Unidas reunió un congreso importantísimo sobre la infancia en el que se dijo: el principio fundamental es que la adopción haga bien a los niños y no a aquellos que adoptan. El niño no es un juguete, una cosa para placer (…), son las familias las que deben asegurar por el bien de estos niños, con amor, un futuro para ellos". (…)

¿Qué le responde a los que acusan a la Iglesia de discriminación?

"Que la Iglesia no discrimina! La Iglesia no acepta que los homosexuales sean objeto de burlas, insultos o expresiones inhumanas. Son personas que merecen todo nuestro amor, acompañamiento y ayuda. Un creyente sabe que no es un problema de la Iglesia o del Papa, sino de oir lo que ha dicho el Señor. Ninguno de nosotros inventó nuevas teorías: no estamos acá en sustitución de Jesús, sino al servicio de la verdad y de la ley natural"

Enc. Evangelium vitae n. 74: "La introducción de legislaciones injustas pone con frecuencia a los hombres moralmente rectos ante difíciles problemas de conciencia en materia de colaboración, debido a la obligatoria afirmación del propio derecho a no ser forzados a participar en acciones moralmente malas. A veces las opciones que se imponen son dolorosas y pueden exigir el sacrificio de posiciones profesionales consolidadas o la renuncia a perspectivas legítimas de avance en la carrera. (…) El rechazo a participar en la ejecución de una injusticia no sólo es un deber moral, sino también un derecho humano fundamental. Si no fuera así, se obligaría a la persona humana a realizar una acción intrínsecamente incompatible con su dignidad y, de este modo, su misma libertad, cuyo sentido y fin auténticos residen en su orientación a la verdad y al bien, quedaría radicalmente comprometida. Se trata, por tanto, de un derecho esencial que, como tal, debería estar previsto y protegido por la misma ley civil (…)". FIN, 24-04-05.