331 - ONU, COPENHAGUE+5: EL DESARROLLO SOCIAL PASA POR EL ABORTO

ONU, COPENHAGUE+5: EL DESARROLLO SOCIAL PASA POR EL ABORTO

Fuentes: Propias, UN Wire, 30-6-00; World Bank, Press Release, 30-06-00; Part II, Unedited final document, 1-7-00;, Part III, Unedited final document, 1-7-00; General Assembly, Political Declaration, Part. I, 1-7-00; ENB Summary of the Preparatory Committee for WSSD+5, 30-4-00; CEPAL, DSC/1/Rev.2 Declaración de Santiago, 17-5-00; Reproductive and Sexual Rights: Charting the Course of Transnational Women's NGO's, Ginebra 2000; Occasional Paper 8, june 2000; A Better World for All, ONU, OIT, Banco Mundial, FMI, PNUD (UNDP), OECD.

Por Juan C. Sanahuja

Del 26 al 30 de junio se celebró en Ginebra, Suiza, la sesión especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, para la revisión, implementación y consideración de nuevas iniciativas de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, que se celebró en Copenhague en 1995. Esta nueva sesión de la Asamblea General se denominó: "Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social y el futuro: en pos del desarrollo social para todos en el actual proceso de globalización", o Copenhague+5.

Como nos tienen acostumbrados los impulsores del Nuevo Orden Mundial, una de sus estrategias para lograr la imposición de su agresivo plan de reingeniería social global -radicalmente anticristiano-, es la revisión de los documentos de las conferencias celebradas en la década del 90. Ahora le tocó el turno a la Cumbre sobre Desarrollo Social que se celebró en Copenhague en 1995.

Según los informes presentados por las diferentes agencias y organismos de las Naciones Unidas y las Ong's, solamente se logró un pequeño progreso en la implementación de los compromisos contraidos hace 5 años en Copenhague.

Si bien el documento elaborado en esta oportunidad no es tan voluminoso y agresivo como los de El Cairo+5 y Beijing+5, también en Copenhague+5 encontramos términos conocidos que mal esconden las intenciones de la ONU.

A los términos salud sexual y reproductiva, planificación familiar, derechos de las mujeres y las niñas, se incorporó al documento la exigencia de firmar y ratificar el Protocolo Opcional de la CEDAW y la obligatoriedad de implemantar los documentos de El Cairo+5 y Beijing+5 por parte de los estados miembros de la ONU.

Según el documento de Copenhague+5, su objetivo principal es la erradicación de la pobreza a nivel mundial y la consideración del ser humano como centro del "desarrollo sustentable", sin ninguna otra connotación con respecto al control de la población.

Sin embargo, el documento se contradice a sí mismo cuando, al igual que en los informes y trabajos presentados por las diferentes agencias y organismos de la ONU, se aconseja, entre otras acciones, que para la erradicación de la pobreza es necesario aplicar los servicios de cuidado de la salud primaria, incluidos los de salud sexual y reproductiva.

Es decir, como no se ha cansado de repetir Kofi Annan en estos meses, el desarrollo social pasa por la salud reproductiva, es decir por el aborto, químico o incluso quirúrgico.

Transcribimos a continuación algunos párrafos del documento final, de los informes presentados y de los discursos.

Documento Final:

Art. 27 bis dice: "en el contexto del alcance de las estrategias nacionales para la erradicación de la pobreza, se deben integrar las políticas en todos los niveles, incluyendo las políticas económicas y fiscales, capacitar y contruir nuevas instituciones, dando prioridad a las inversiones en educación y salud, protección social y servicios básicos de salud en orden de ayudar el empoderamiento de la gente que vive en la pobreza por: (…) (u) Usando las políticas de salud como un instrumento para la erradicación de la pobreza, según las líneas de acción estratégicas trazadas por la OMS sobre pobreza y salud, desarrollo sustentable y la dirección efectiva de los sistemas de salud para los pobres, enfocados sobre las mayores enfermedades y los problemas de salud que afectan a los pobres, logrando una gran igualdad en la financiación de salud, tomando también en cuenta, la provisión y el acceso universal al más alto nivel del cuidado de la salud primaria a través de todo el ciclo de vida, incluyendo el cuidado de la salud reproductiva y sexual, no más tarde del 2015, (…)".

(…)

69ter.: "Promover el completo disfrute de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales para todas las mujeres y las niñas como uno de los pre-requisitos para la igualdad de género. Los Gobiernos deben asegurar que los derechos humanos de las mujeres y las niñas sean respetados, protegidos y promovidos a través del desarrollo, la implementación y la observancia forzosa y efectiva de las políticas y legislaciones sensitivas al género".

(…)

71.: "Tener en cuenta la implementación de la totalidad de la pasada sesión especial 23 de la Asamblea General titulada: 'Mujeres 2000: igualdad de género, desarrollo y paz para el siglo veintiuno'".

(…)

72quin.: "Apoyar a los Gobiernos en sus esfuerzos para instituir las acciones orientadas a programas y medidas para acelerar la plena implementación del Programa de Acción de Copenhague y la Plataforma de Acción de Beijing, con tiempo para obligar a conseguir objetivos y/o metas mensurables y métodos de evaluación, incluyendo los impactos tributarios de género, con la plena participación de las mujeres para medir y analizar los progresos".

(…)

73.: "Firma y la ratificación del Protocolo Opcional para la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación en contra de las Mujeres".

(…)

73 bis.: "Incrementar los esfuerzos necesarios para proveer el acceso igualitario a la educación, la salud y los servicios sociales y para asegurar los derechos de las mujeres y las niñas a la educación y a conseguir el disfrute del más alto estándar de salud física y mental y el bienestar a través de todo el ciclo de vida, como también hacer los servicios para el cuidado de la salud adecuados, baratos y universalmente accesibles, incluyendo la salud sexual y reproductiva (…)"

(…)

73ter.: "Asegurar que la reducción de la enfermedad y mortalidad maternas es una prioridad del sector de salud y que las mujeres tienen un fácil acceso a los cuidados obstétricos esenciales, bien equipados y servicios de cuidado de la salud materna adecuadamente dirigidos, atendidos por expertos, cuidados de emergencias obstétricas, poder recurrir a traslados efectivos y transportes de altos niveles de cuidados cuando lo necesiten, los cuidados de post-parto y la planificación familiar en orden a, según lo anterior, promover la maternidad segura (…)".

(…)

75bis.: (a): "Fortaleciendo los servicios del cuidados de la salud, incluyendo los servicios de salud sexual y reproductiva" (…).

Un informe interesante

A continuación sintetizamos un interesante documento presentado en Copenhague+5, que nos permite adentrarnos no sólo en los propósitos sino en la interna de el plan de reingeniería social gobal. Según lo que se desprende del texto las organizaciones feministas se han distanciado de las puramente malthusianas o controlistas, y -como notamos desde hace años- enfocan su lucha desde los llamados nuevos derechos humanos.

El informe está avalado por la UNRISD (Instituto de Investigación en Desarrollo Social de la ONU, con sede en Ginebra); lo firma Rosalind Petchesky, Catedrática de Ciencias Políticas y de Estudios de la Mujer en el Hunter College, de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, y fundadora y ex coordinadora internacional del Grupo de acción para la investigación de los derechos internacionales para reproducirse (IRRRAG), y Fellow de la Fundación MacArthur.

En el "Reproductive and Sexual Rights: Charting the Course of Transnational Women's NGOs, Geneva 2000, Occasional Paper 8, june 2000", documento de trabajo de 74 páginas. Podemos leer en su resumen preliminar:

"El presente informe es un estudio crítico de la función que desempeñaron las ONG's transnacionales dedicadas a la mujer en la década de los años 90, en lo concerniente a la elaboración y aplicación de acuerdos internacionales relacionados con los derechos reproductivos y sexuales. Se centra en dos aspectos. En primer lugar, se analizan los múltiples modos en que los derechos reproductivos y sexuales están relacionados y vinculados a una gran variedad de cuestiones relativas a la sanidad, los derechos humanos, la justicia social y a la paridad de los sexos y el desarrollo humano. En segundo lugar, este estudio sirve para replantearse la compleja dinámica política en la que se encuentran las ONG's transnacionales dedicadas a la mujer, ya que actúan en un mundo en proceso de mundialización, pero profundamente dividido e injusto. Esta dinámica abarca una situación ambigua y precaria. Por una parte, la influencia de los grupos feministas ha sido fundamental, tanto a nivel nacional como internacional, al lograr que los discursos dominantes sobre la reproducción, la población y la sexualidad concedan más importancia a la cuestión de la salud y la habilitación de las mujeres que a la reducción del crecimiento demográfico. Esto constituye un logro histórico importante y un indicio del poder de las ONG's dedicadas a la mujer. Por otra parte, la transformación de este cambio discursivo en políticas y programas eficaces se ha visto extensiblemente limitada por los procesos económicos mundiales y las fuerzas religiosas y culturales, cuyo poder institucional es mucho mayor del que cualquier grupo feminista podría adquirir en la actualidad. Sin embargo, dicha transformación se ha visto limitada igualmente por las divisiones internas y la falta de perspicacia estratégica entre los propios grupos feministas".

En el informe se evalúan los logros y las limitaciones recientes de los movimientos feministas, como representantes del cambio a nivel internacional, centrándose en particular en la labor desplegada por las organizaciones y coaliciones activas en el ámbito de la salud y los derechos reproductivos y sexuales. Sobre la base de investigaciones anteriores, se estudian las "líneas defectuosas" entre la salud y los derechos reproductivos y sexuales, y sus condiciones favorables necesarias a nivel social, cultural y económico. Los grupos que luchan por poner en práctica los derechos reproductivos y sexuales de la mujer y de los jóvenes han tenido que enfrentarse durante mucho tiempo a los programas macroeconómicos, fundamentalistas y neomaltusianos (represivos) que imponen constantemente las desigualdades por razón de sexo, raza o clase social, y que impiden, por tanto, la aplicación concreta de estos derechos para la gran mayoría.

En los últimos tiempos, sin embargo, el proyecto de transformación de estas condiciones se ha complicado debido a otras tendencias adicionales, entre las que se incluyen: (1) las continuas crisis económicas que al mismo tiempo ponen en duda y ofrecen una oportunidad para reformar las políticas de ajuste estructural y los recortes en el sector público impuestos por los prestamistas internacionales; (2) los planes de reforma del sector sanitario que ponen énfasis en las medidas orientadas a la recuperación de los gastos, como los derechos de usuario; (3) la renuncia de los gobiernos nacionales a asumir la responsabilidad de facilitar servicios sociales en sectores básicos como la atención sanitaria y la educación; y (4) la tendencia de varios actores que carecen de responsabilidad política -como grupos religiosos fundamentalistas, empresas comerciales y ONG's sin fines de lucro- a facilitar una continuidad.

La parte central del informe se divide en varias secciones. En la Sección I se ofrece una visión general de la salud y los derechos reproductivos y sexuales defendidos por los grupos feministas del Norte y del Sur en las tres últimas décadas. El discurso se centra en la perspectiva global que asocia tres componentes: salud, desarrollo y derechos humanos. También se expone el modo en que esta filosofía desafía gravemente los criterios que distinguen los derechos de las necesidades, y las personas de las comunidades, al investigar los vínculos necesarios, tanto en el ámbito de la ética como de la política, entre las necesidades básicas y los derechos humanos fundamentales.

En la Sección II se facilita una visión de conjunto de las conferencias de las Naciones Unidas en la década de 1990, a fin de evaluar el modo y los ámbitos en que los grupos feministas lograron infundir sus puntos de vista sobre los derechos reproductivos y sexuales en los documentos de las conferencias internacionales, y los sectores y motivos por los que fracasaron. Al centrarse principalmente en la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo (El Cairo), la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer (Beijing), y la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social (Copenhague), comparan en este estudio las perspectivas y estrategias feministas con las de otros "participantes" importantes que han intentado que los discursos y políticas internacionales dominantes giren en torno a la salud reproductiva y sexual: grupos fundamentalistas, en particular el Vaticano, y organizaciones de planificación demográfica y familiar. El éxito de estos últimos grupos al influir igualmente en los documentos de las conferencias, y el débil proceso político de las propias Naciones Unidas, refleja la inconsistencia y contradicción de los mismos, a pesar de sus progresos revolucionarios.

La Sección III comienza con una visión general de la mundialización y las políticas macroeconómicas que influyen en los servicios sociales y en las últimas tendencias en lo que concierne a la reforma del sector sanitario. Considerando la disminución de las responsabilidades estatales y lo que llama "los diferentes aspectos de la privatización", se estudia la labor desplegada por las ONG's dedicadas a la mujer para que los gobiernos asuman la responsabilidad de los compromisos internacionales, apliquen las disposiciones del Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, y transformen la salud/derechos reproductivos y sexuales en una política concreta. En la mayoría de los casos, los condicionamientos económicos, la falta de recursos y la reducción de los servicios -a menudo acompañados del resurgimiento de los movimientos fundamentalistas- constituyen el telón de fondo de la movilización feminista. En algunos ámbitos, sin embargo, las ONG's dedicadas a la mujer están introduciendo cambios importantes en la política nacional, pese al entorno desfavorable y, en algunos casos (por ejemplo, en Brasil) están elaborando programas nuevos y prometedores de cooperación entre la sociedad civil y el gobierno.

Finalmente, en la última sección del informe se estudia la preocupación reciente de que la movilización de las ONG's pueda convertirse en un simple eslabón más de la cadena de la privatización que debilite más aún el poder estatal, y, en consecuencia, la responsabilidad estatal, en la era de la mundialización. Llega a la conclusión de que la participación de las ONG's dedicadas a la salud de la mujer, tanto en las conferencias de las Naciones Unidas como en los procesos de puesta en práctica a nivel nacional, por lo general, ha conducido a resultados positivos. Ambas experiencias han facilitado una comprensión más amplia de la necesidad de efectuar cambios estructurales profundos en las políticas macroeconómicas y el sistema de gobierno general, si se desea que los derechos sexuales sean una realidad para todos. Sin embargo, esta visión global aún carece de una estrategia adecuada, incluyendo coaliciones más sólidas con otros movimientos sociales, medidas para contrarrestar o regular la privatización de los servicios sociales -aun cuando sean administrados por los grupos feministas- y sistemas eficaces para que las organizaciones de la sociedad civil controlen y transformen las políticas e instituciones macroeconómicas. Esta estrategia es indispensable para crear el ambiente favorable necesario para la atención sanitaria centrada en las personas. FIN, 15-7-00