269 - ESPAÑA: EL CÓDIGO MÉDICO YA NO CONDENA EL ABORTO

ESPAÑA: EL CÓDIGO MÉDICO YA NO CONDENA EL ABORTO

Fuente: Síntesis de El Pais, Madrid, 21-11-99

Teniendo en cuenta la ideología del diario citado, reproducimos algunos párrafos de uno de sus artículos. Como datos a tener en cuenta el nuevo código reconoce la objeción de conciencia de los médicos, aunque hay quienes pretenden instituir un peligroso registro de objetores. Además, tiene en cuenta las opiniones de los menores más que la de sus padres. Fue aprobado por los 52 presidentes de los colegios médicos locales.

"El aborto ya no se condena explícitamente en el nuevo código deontológico de los médicos españoles. El reglamento con el que ponen un pie en el nuevo siglo concede también más protagonismo a la voluntad del paciente en el final de su vida. Aunque el código sigue rechazando la eutanasia, desaparecen del texto este término y su anterior definición como 'homicidio por compasión'.

'No es deontológico admitir la existencia de un periodo en el que la vida humana carece de valor. En consecuencia, el médico está obligado a respetarla desde su comienzo'. Así empezaba el capítulo sobre reproducción en el código ético de la profesión médica aprobado en 1990 y en vigor hasta hace un mes. El nuevo, aprobado en octubre, se limita a decir: 'El médico es un servidor de la vida humana'. Punto.

El cambio no responde a la conversión de la reticente clase médica frente a la interrupción del embarazo. Más bien a un esfuerzo por recoger la pluralidad de un colectivo compuesto por 160.000 colegiados en toda España explica el presidente del colegio de Huesca, Ignacio Domínguez, uno de los redactores del nuevo texto. 'Han pasado nueve años y las cosas son como son', admite. 'Tenemos que ser más prácticos y más científicos y dejarnos llevar menos por los impulsos de cada uno'.

Los autores del código se han creído en la obligación de advertir lo que ya dice la ley española; es decir, que ningún médico será sancionado por practicar abortos en los supuestos legales.

Es en este capítulo en el que aparece la referencia más clara a la objeción de conciencia de los facultativos. 'El médico tiene derecho a negarse por razones de conciencia a aconsejar alguno de los métodos de regulación y de asistencia a la reproducción, a practicar esterilización o a interrumpir un embarazo', dice el código. Recuerda al médico que debe respetar la libertad de las personas interesadas en buscar la opinión de otro especialista, pero no le obliga, como sí hace el código médico estadounidense, a que sea él mismo el que derive al paciente a una fuente apropiada. (…)

(…) Para un joven especialista en Medicina Interna, Sebastián Monzón, la solución debería ser más radical para no coartar los derechos del paciente: 'Todos los objetores deberían inscribirse en un registro especial en su colegio. Así se sabría qué hace cada uno'.

No han mostrado los redactores del código el mismo respeto hacia sus colegas en cuanto a la eutanasia. Aunque la propia palabra desaparece del texto, cierran filas condenando su práctica. 'El médico nunca provocará intencionadamente la muerte de ningún paciente, ni siquiera en caso de petición expresa de éste'. Con todo, y en el caso de situaciones irreversibles, se abre la mano a la posibilidad de utilizar tratamientos paliativos en aras del bienestar del enfermo aunque acorten su vida. El médico igualmente ha de tener en cuenta 'el derecho del paciente a rechazar un tratamiento para prolongar su vida'. Monzón critica que se dé por cerrado un tema que avanza socialmente y que 'está inmerso en un amplio debate popular'.

El nuevo código recupera la mayor parte del anterior sin cambiar una coma en la redacción. Incorpora algunos aspectos relacionados con la información a través de las nuevas tecnologías y califica de éticamente inaceptable la medicina defensiva. Como novedad importante, Domínguez destaca el 'reconocimiento de la opinión del menor' a la hora de aplicar un tratamiento. Y pone un ejemplo: 'Si una menor embarazada expresa su deseo de abortar y muestra la suficiente madurez, su opinión debe prevalecer sobre la de sus padres'. Este punto concreto figura en el código ético de los médicos catalanes, aprobado en 1997, y muchos de cuyos principios, pioneros en España, han sido incluidos en el del Consejo general de Médicos, que cubre a todos los colegiados españoles (…)". FIN, 12-12-99