117 - SIDA: TRANSMISIÓN VIRÓSICA

RELACIÓN DE LA TRANSMISIÓN VIRÓSICA A TRAVES DE GUANTES QUIRÚRGICOS EN COMPARACIÓN DEL VIRUS DE HEPATITIS B Y VIRUS DEL SIDA POR INTERMEDIO DEL PRESERVATIVO.

Fuente: New England Journal Med. 334: 549-554, 1996.

Por Juan Carlos Clementz, Médico Colaboración del Centro de Educación Familiar, (CEDEF); Rosario (Argentina)

No cabe duda que la recomendada utilización del preservativo ha sido un fracaso estrepitoso en especial para el mundo de la medicina, sin que, muchas veces, las sociedades científicas y foros relacionados con la epidemiología estuvieran de acuerdo en su utilización para la prevención real del contagio del SIDA. Es probable que generaciones futuras nos reclamen el haber sido demasiado complacientes con la prevención acertada de una enfermedad que mata, al contrario de lo que realizaron otras generaciones científicas en tiempos no muy lejanos. Un ejemplo es la prevención de la tuberculosis en tiempo en que no tenía tratamiento o incluso después. Cuando se detecta un paciente con tuberculosis activa su contagio es real en relación a los familiares próximos y requiere de un aislamiento transitorio más un tratamiento, que en este supuesto es curativo en la mayoría de los casos.

Para demostrar hasta que punto existe una inercia y hasta hipocresía desde el punto de vista médico. Y una disociación médico-epidemiológico-social no haré más que citar un estudio realizado con ocasión de un caso que paso a relatar:

Transmisión del virus de la Hepatitis B de un cirujano a múltiples pacientes sin pruebas de un control infeccioso inadecuado. Harpaz R, von Seildlein L, Avenhoft FM, et al (Natl Ctr for infectious Diseases, Atlanta, Ga; Univ. de California, Los Angeles: Los Angeles County Healt Dept); New England Journal Med. 334: 549-554, 1996.

Objetivo: este informe describe un brote de la Hepatitis B asociado con un residente de cirugía torácica infectado. Se investigan los posibles mecanismos de transmisión.

Métodos. Se realizaron revisiones de las historias clínicas, entrevistas y estudios sanguíneos de los pacientes sometidos a una cirugía torácica en los 2 hospitales en que el residente infectado había trabajado desde julio de 1991 a julio de 1992. Se obtuvieron subtipos del antígeno de superficie (análisis de para diagnóstico).

Hallazgos. Entre los 144 pacientes disponibles atendidos por el cirujano infectado, el 13% presentaba una infección de Hepatitis Viral B Aguda. Uno de los dos hospitales en que había trabajado durante este período fue elegido para continuar este estudio. En este hospital, ninguno de los 124 pacientes atendidos por otros cirujanos de tórax manifestaban una infección viral reciente. No se detectó ninguna otra fuente común de infección por el Virus de la Hepatitis B. Otras pruebas bioquímicas pertenecientes al cirujano infectado coincidían con las de los pacientes infectados. La transmisión de la infección fue asociada con los trasplantes de corazón. El cirujano y el hospital habían cumplido los procedimientos recomendados para el control de las infecciones..

Conclusión. Si bien la capacitación técnica del cirujano no implicaba un problema, las altas concentraciones del virus, sumadas a lesiones de corte en sus dedos parecidas a las producidas con un papel durante la sutura, pueden haber contribuido a la transmisión de la enfermedad en caso de la rotura de los guantes. Este trágico brote se hubiera evitado si el cirujano hubiera recibido la vacuna para la Hepatitis B.

El cirujano de tórax infectado examinado en este informe transmitió el Virus de la Hepatitis B por lo menos a 19 pacientes. Es importante tener en cuenta que ningún paciente operado por otros cirujanos de tórax presentó pruebas de una infección reciente. Este brote tuvo lugar a pesar del aparente cumplimiento de las prácticas recomendadas para el control de las infecciones y no pudieron identificarse los episodios específicos que llevaron a la transmisión. Sin embargo, los autores señalan algunos puntos interesantes en su discusión. Mencionan que durante la participación en una simulación de sutura de 1 hora, el cirujano sufrió lesiones de corte en sus dedos similares a las producidas con un papel y que se aislaron virus de la Hepatitis B y otras pruebas específicas fueron positivas a partir del lavado de sus manos. Es probable que estas lesiones juntamente con una rotura de los guantes puedan haber permitido la contaminación de los pacientes con el virus de la Hepatitis B. Además los autores señalan que no existen pruebas concluyentes con respecto a la eficacia del uso de guantes dobles para proteger a los pacientes de infecciones transmitidas en la sangre. Los últimos estudios sugieren que los guantes saturados de líquidos pueden perder eficacia como barrera protectora. Por último este estudio señala la necesidad de todos los médicos de la vacunación contra la Hepatitis B.

En base a este estudio nos podemos hacer las siguientes preguntas:

¿Qué eficacia pueden tener los preservativos en evitar la transmisión de enfermedades virósicas por vía sexual (como la hepatitis B o el SIDA) si este caso plantea que los dobles guantes en cirugía no son seguros en cuanto a que pueden tener roturas o simplemente perder su eficacia por el sólo echo de tener contacto con líquidos?

¿Cuánta es la incidencia de contagio de una persona infectada por virus del SIDA si en este caso un 13% de los pacientes que tuvieron contacto con el infectado enfermaron a pesar "de que tanto el cirujano como el hospital habían cumplido con los requerimientos aconsejados para el control de infecciones"?.

El artículo termina diciendo que "este trágico brote se hubiera evitado si el infectado (en este caso el cirujano) hubiera recibido la vacuna contra la hepatitis B para no infectar a los demás". ¿Cuál es la vacuna que existe contra el SIDA?.

Esta y otras consideraciones se pueden hacer en relación a la transmisión de esta terrible enfermedad. (El SIDA mata!!!). Lo que queda claro es que aconsejar el uso del preservativo crea una falsa seguridad y es lo mismo que darle a un joven una pistolita de agua para apagar un incendio. FIN. Juan Carlos Clementz, Médico

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