30.07.20

«Lo católico» no envejece: REJUVENECE con los años

Todo este caos que padecemos, tanto en el orden personal como en el social, tanto en el orden científico como en el religioso, día sí y día también desde hace ya tantos años, demuestra de modo palmario una cosa -supongo que entre otras, pero que ahora no me interesan-: que LO CATÓLICO es lo PERMANENTE. Siempre es iluminador, porque siempre es VERDAD. Por eso permanece y por eso sigue vigente.

Así, puedo afirmar que no solo no envejece, sino todo lo contrario: cada día es más manifiesto que se renueva a sí mismo, viviendo -al revés que el resto de las propuestas o realizaciones y frente a todas ellas-, cada vez más significativamente, una perpetua y vital juventud.

Porque ilumina siempre y cualquier tema, por superado que pueda parecer en un primer momento; en especial, frente al mortecino “empuje” de la PROGREZ y sus acólitos, con sus trasnochados mantras, por falsos y mendaces.

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22.07.20

«Ellos» NUNCA tienen la CULPA (por lo civil y por lo eclesiástico)

Así estamos, tanto por lo civil como por lo eclesiástico: ningún jerarca tiene la culpa de nada de lo que SUFRIMOS el resto del personal, debido DIRECTAMENTE a sus tejemanejes. Por decirlo en fino. Así lo proclaman a todas horas y por cualquier motivo; que les da lo mismo, claro.

A poco que hayan seguido ustedes las declaradas de clérigos y civiles que están en la cresta de las jerarquías o en sus inmediatos aledaños -también, por supuesto, de gente que está más abajo en la escala-, pueden constatarlo: “SIEMPRE” hacen “lo mejor” para la ciudadanía o la feligresía; “SIEMPRE” atienden las recomendaciones de “los expertos y entendidos” por antonomasia; “SIEMPRE” van “con la verdad por delante"; “NUNCA” actúan en “beneficio propio"; “NO” había ni cabía otra solución. Y todo así… Así…, y, por supuesto, agradecidos, ¡no te lo pierdas! Porque no nos los merecemos. O sí… 

¡Cómo será de bueno (por lo laico) nuestro Sr. Presi de lo civil, que rezuma tal modestia y recato natural que, pudiendo haber dicho que con su penúltimo quehacer a propósito del “bicho", ha salvado a  44 millones de españoles, ha proclamado a los cuatro vientos que “solo” ha salvado a 450.000! Hay que hacerlo santo -laico, y en la plaza de la armería, xsu-, ¡YA!

Eso sí: saber realmente cuántos han muerto es el mayor Secreto de Estado de este Pais. Como mínimo, a nivel de “lo que se llevan” estos chicos a manos llenas.

¿Y por lo eclesiástico? Más de lo mismo, porque a día de hoy, gran parte de la Iglesia Católica se ha convertido en una fotocopia del poder civil. Es lo que tiene -y a dónde lleva- el diálogo y la cercanía con cierto género de personas y ambientes, metiéndote donde no debías ni como no debías… Que todo se pega.

Un ejemplo. El card. Schönborn, arzobispo de Viena, que no ha tenido más remedio que declarar por mor de la espectacular y dramática -para la gente que todavía estas cosas les toca el corazón-desbandada católica de Austria -laminados a conciencia los católicos por la propia jerarquía-, “mayor que en Alemania", apostilla, larga lo siguiente: “el fenómeno forma parte de la libertad religiosa". ¡Ahí queda eso!

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13.07.20

«El imperio de las ficciones» (Juan Donoso Cortés)

El “Imperio de las ficciones", o la “Tiranía de las ideologías", o “Renunciar a pensar y dejar de vivir como persona y pasar a ser vaca o esclavo", es lo que nos asfixia y nos corrompe desde hace ya mucho tiempo. En el mundo y, desde el CV II y de alguna de sus “sesudas y eclesiales interpretaciones", también desde una parte de la Iglesia oficial y oficialista.

Todo, por/para enterrar la VERDAD, junto con nuestra personal capacidad para alcanzarla y manejarnos con ella: para dejar de ser verdaderamente LIBRES, que solo la verdad nos posibilita. Cosa imposible y que, a la vez, se manifiesta infinitamente peor con su contrario, el ERROR, en el campo intelectual; que se convierte en MENTIRA, en el campo moral. Y en CORRUPCIÓN en el plano social.

¿Con qué finalidad? Impedir, sí o sí, que el hombre pueda vivir con su dignidad natural, en primer lugar; para luego, en una nueva vuelta de tuerca, imposibliitarle su encuentro personal con DIos, asumiendo la trascendencia originaria y esencial que posee -como don gratuito-, y con su personal llamada a la santidad en medio del mundo. Que así nos quiere el Señor.

Por supuesto que esto no es de ahora: toda la filosofía, desde Descartes -con algún eslabón perdido ya en épocas anteriores- hasta nuestros días, con las honrosas excepciones que, aunque muy poquitas, las hay, se ha confabulado para todo esto.

A este “esfuerzo (nada)intelectual” -en las antípodas de lo intelectual-, se han añadido otros varios; aunque bien pueden resumirse en uno solo: el PODER POLÍTICO “MODERNO” -léase, muy en concreto, la MASONERÍA y sus terminales- que ha necesitado, en especial desde las revoluciones francesas, echar mano de las IDEOLOGÍAS de todo pelaje, creadas precisamente al servicio del poder para esto: para someter, como nunca hasta hoy día -y, en estos recorridos, nunca se llega a la cima-, a sus propios conciudadanos: MASACRÁNDOLOS humana, física, intelectual, moral y espiritualmente. Triturándolos.

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1.07.20

«Sacerdotes-sacerdotes, sacerdotes cien por cien» (San Josemaría Escrivá)

Hemos llegado a un punto en el que, hasta las cosas más elementales -por esenciales-, de lo que es “lo católico” están, no ya desdibujadas -eso sería casi pecata minuta para la que está cayendo-, sino DEMOLIDAS. Y, por tanto, arrancadas del pensamiento y de la cultura religiosa actuales en el seno de la misma Iglesia Católica, caso de que se puedan seguir manteniendo dichas palabras. Que tengo mis dudas.

Por este motivo, sobreañadido al cierto revuelo que ha levantado mi anterior artículo sobre “las sacerdotas” en la Iglesia Católica, me siento en la obligación de intentar “clarificar” y poner negro sobre blanco la doctrina católica sobre el Sacerdocio. Católico, por supuesto, pues es el único que hay. Y ahí va.

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21.06.20

La Iglesia Católica y las «sacerdotas», o así...

La progrez “eclesial", que ya solo es PROGREZ -más cutre aún que la política y la “kultural", que ya es decir-, pero a la que pongo este calificativo de ECLESIAL para señalar que vive en las penumbras de lo “eclesiástico” -tal como este mundillo se manifiesta a día de hoy: un auténtico GATUPERIO, simplemente HERÉTICO-, lleva un tiempo largo con la matraca de “la mujer” y/en la Iglesia. Y, como no podemos callar más tiempo, vamos a entrarle al tema.

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La tal PROGREZ pretende denunciar, con esa murga que aburre hasta a las vacas -¡y mira que son paciencientes!-, que “la mujer” -tal cual: toda mujer- está siendo pero que muy maltratada por la Iglesia -incluso mucho más que por otros mundillos a los que, “curiosamente", todo se les perdona: son de “los suyos"-, por el hecho de que ni admite ni consiente que “la mujer", por serlo, sea “persona ordenada", con sus ministerios eclesiales propios, “igual que los varones": que es el trampantojo y el caballo de Troya que l@s tales enarbolan.

Y ahí están, con sus “caceroladas virtuales", que las páginas más vitriólicas -"Vidal, veneno mortal", por ejemplo- no paran de amplificar: -“Oyes, que igual alguien pica, ¡vete tú a saber…! ¿No han picado con lo de la Amazonia? Pues eso”. Y ahí están, a piñón fijó, que es lo único que tienen los de este mundillo; perricas aparte, que también: por eso se dedican a esto. Fobias y recorridos personales -decepcionantes y desgraciados todos-, también aparte.

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