Cristo resucita... y "la Iglesia se muere" (Cardenal R. Sarah)

C E R R A D O

P O R

D E F U N C I Ó N.

Rip.

Estoy convencido de que a muchos, muchísimos católicos, la afirmacion -denuncia dolorida y dolorosa de un cardenal santo: a las pruebas me remito-, les va a parecer una exageración; cuando no, un verdadero “escándalo". Y de los gordos. Farisaico, por más señas. O sea: de los que no hay que preocuparse para nada, moralmente hablando.

Lo califican así para poder seguir defendiendo sus posturitas buenistas, reductivistas, líquidas, sin convicciones y melifluas: justo al otro extremo del arco de todo lo que pueda sugerir fortes in Fide: fuertes en la Fe que, en toda ocasión, caracteriza al hombre de Dios

Claro que para esto, tendrían que negarse a sí mismos. Pero esa es una de las cosas más “duras” aunque necesariamente inevitables, si uno busca vivir seria y verdaderamente en Cristo: ser CRISTIANO de FACTO -opere et veritate-, y no “de boquilla", es decir, verbo nec lingua.

Hace falta una humildad a prueba de todos los demonios juntos para dejarse llevar por el Señor, caiga quien caiga, o llueva y truene todo lo que quiera. Para no convertirse en una caña acamada por todos los vientos… Fiados en el Señor: non prevalebunt!

¿Por qué el sr. cardenal dice algo tan rotundo? ¿Acaso está como desesperanzado, y flaquea en la Fe? Vista su trayectoria personal y eclesial, no da la impresion de que sea un alma proclive a la deseperanza, y derrotista ante los retos. Toda su vida lo niega.

Después de haber llegado muy alto en la Jerarquia eclesiástica, y estando ya casi “amortizado", como se dice en lenguaje coloquial, hasta por la edad, pues resulta que, desde hace unos pocos años, como unos seis, habla -y escribe, y publica- como nunca lo había hecho. Cosa que no hacen muchos otros, que se limitan a repetir mantras al uso y abuso, o sea, al orden del día. 

¿Entonces? Algo verá. Y algo muy serio. Al menos para él. Algo que le impide callar, después de haber entregado ya casi toda su vida al servicio de la Iglesia Santa. Y, de hecho, “se ha echado al monte", lleno de fervor por el Señor y por su Iglesia, encarnando a aquellos buenos y fieles israelitas del AT que, al ver la deriva de la cúpula judía, se rebelaban ¡A FAVOR DE DIOS! Y se echaban al monte, literalmente,arriesgando lo único que les quedaba, su vida, para defender la dignidad de Dios, y así, defender la Alianza y a todo Israel.

Y encarnando también a tantos pastores -confesores y mártires- que llenan todas y cada una de las páginas de la Iglesia Católica: los que han sabido defender , siempre y en todas partes, a riesgo de su propia vida también, a los hijos de la Santa Madre Iglesia.

¿Qué ve, qué intuye o qué presencia en la Iglesia y a día de hoy, fruto maduro de todos estos últimos años de una historia eclesial que da para soltar incesantes lágrimas ante el Señor, para pedirle perdón y piedad, y se digne acortar estos tiempos de dura prueba?

Lo que ve -y lo denuncia sin pelos en la lengua, sin prudencias injustas y torticeras, sin cohonestar con la mentira, mirando única y exclusivamente al Señor Crucificado, a Jesús Eucaristía, nuestro Dios, para el que se ha ordenado sacerdote-, es una deriva de muerte en la propia Iglesia Católica, en sus mismas entrañas, obra de sus propios “hijos": que también “se han echado al monte", pero en el otro extremo del arco: para destruir y matar. Meros mercenarios.

Por eso afirma y denuncia: “la Iglesia se muere". Y lo hace con afán -oración y petición al Señor- de que Él, que todo lo puede, detenga todo este “tinglado", esta losa mortal, que se cierne sobre Ella, también la primera y verdaderamente ultrajada, porque no es separable de Jesucristo. Y es la voz, más que cualificada, de un hijo de la Iglesia que vive totalmente para Ella, que da su vida por Ella cada día. Y son ya muchos años los suyos.

¿Qué ve el cardenal Sarah, que le hace sufrir con y ante el sufrimiento de su Madre, la Iglesia Santa? Porque la Iglesia, como la Virgen de Civitavecchia, llora lágrimas de vergüenza y dolor. Por su Hijo, en primer lugar, el Primer Sufriente y el Primer Afrentado; y, en Él y con Él, por todos sus hijos: cada uno de nosotros.

Ve, lo que todos los miembros de la Jerarquía, cada uno a su nivel y desde su sitio, deberíamos ver. Porque a la vista está: patet. Voy a intentar resumirlo; aunque, como es lógico, se me quedarán cosas en el tintero. También, porque no pretendo ser exahustivo, ni mucho menos. 

En primer lugar, el cardenal entra y denuncia, con amargura santa, el “bajonazo” (la expresión es mia) en la liturgia, en general, y en la vida espiritual muy en particular, dentro de la vida de la Iglesia: es decir y primerísimamente, en la vida de los miembros de la Jerarquía. No duda en calificarlo de este modo: “es nauseabundo”.

“Bajonazo” que, como es lógico, se manifiesta en las “orientaciones", “decisiones pastorales", “predicaciones” y demás, porque “nadie da lo que no tiene"; y porque, como se nos dice de parte de Dios: de lo que se lleva en el corazón, habla la boca.

Ver -¡sufrir!- en qué se ha convertido la Santa MIsa, muy en particular. El ruido -ensordecedor tantas veces- que se mete con todo descaro en ella, su transformacion en un auténtico “espectáculo", como un verdadero “circo” de lo más sagrado que posee, por entrega divina, la Iglesia: a Jesús Sacramentado.

Y, para que la burla sea completa, la llamada a comulgar, sí o sí, como parte del espectáculo, sin discernir nada: porque se omiten conscientemente esas referencias, si puedo y debo: sin la más mínima llamada a la conversión y a la confesión… Y así, se come y bebe la propia condenación.

No duda en afirmar que mientras los clérigos, todos, del primero al último, no nos metamos por caminos de verdadera vida de oración, de intimidad personal con Jesús, no hay nada que hacer, pues todo estará muerto, empezando por nosotros mismos.

Lo segundo: el “gallinero” (la expresión también es mía) en que se han convertido las salidas “de pata de banco” de tantos miembros de la Jerarquía, contradiciéndose unos a otros, aunque no por los mismos motivos, como es lógico: hoy, hay que ser un auténtico héroe para salirse de la “corriente” tan fuerte que hay en la misma Iglesia y, parece, en una única dirección.

Y, para mayor escándalo, sin nadie que, por estricta obligación en conciencia por su cargo, pare, temple, corrija, mande y ponga las cosas -y las personas, que son las que dicen y hacen todas esas cosas- en su sitio… Da la impresión de que hay bula eclesial para hacer y decir las mayores burradas, que no pasa absolutamente nada. Excepto, eso sí, el escándalo por desconcierto del pueblo fiel, del que casi nadie se acuerda ya a estas alturas…

Por estas dos denuncias, el cardenal Sarah, nos remite -y se remite- a los monjes, especialmente a los contemplativos. Le enamora -por contraste, como mínimo- su espiritualidad: “¿Cómo no conmoverse, viendoles reclinados hasta el suelo, durante media hora, antes de decir la Santa Misa?". “Ante lo sagrado solo cabe la adoración: hacernos lo más pequeño posible, para reconocer nuestra nada, ante este Dios que lo es todo. Y nos lo da todo”.

Siento estrenar esta Octava de Pascua, en la que deberíamos regocijarnos en la Pasion, Muerte y Resurrección de Cristo, especialmente en la Santa Misa, que es toda la actualidad de lo vivido estos días de Semana Santa, siguiendo de cerca, día a día, los pasos de Cristo, gozosos por la Victoria del Señor sobre el pecado y la muerte eterna, hablar sobre “la muerte de la Iglesia".

Pero, ¿qué ganamos callando? ¿Ha servido de algo “positivo” negar la pandemia, dar seguridades falsas a las gentes, mentir hasta en los números, no querer saber…?

Quiera el Señor, a quien ahora mismo invoco, que con SU Resurrección, resucite toda esa parte, grande, de la Iglesia que, como mínimo, agoniza…

Amén.

12 comentarios

  
Juan de la Cruz
Amen
13/04/20 12:53 PM
  
María de las Nieves
La Iglesia agoniza y lleva años muriendo; en estos días le han clavado la espada final como hemos vivido está Semana Santa con el Señor aún clavado en la cruz.
El pecho del Señor que mana agua y sangre - su Eucaristía - quedó solo en la plaza Vaticana recordando la cima del Monte Santo Calvario y sus discípulos despavoridos huyendo.
Su madre y Juan resistieron ante tanto dolor físico moral espiritual alguna mujeres ven de lejos donde lo sepultan.
Los altos cargos judíos pidieron su muerte por envidia y Pilatos acepta; es lacayo del emperador Tiberio máximo responsable del Imperio Romano. Hoy hay un imperio mundial incluido altos cargos eclesiásticos que nos ato a todos ;y la agonía sigue y hay sacerdotes fieles que no abandonadoron a sus ovejas dando su vida por ellas y arriesgaron ;serán el remanente fiel aún en las catacumbas o en el sepulcro del Señor sacrificado -regalo del sacrificio de la Misa- la Misa es sacrificio ;y requiere entrar en el corazón sepultado y ser el templo del Padre que lo resucita a El y a nosotros ;basta celebrar lo esencial; sin añadiduras; sin jolgorios.
Un virus es una proteina que destruye nuestro ADN; cerrar Iglesias destruye nuestra alma ya que falta el alimento sagrado.
Y el Señor resucitado permite todo esto para que bajando a nuestra tumba vomitemos pecado ;abominaciones ;mentiras ;odios entre hermanos y eso nos costará dolores y angustia por nuestros gravísimos pecados.
Leamonos por dentro hasta bajar al sepulcro y ver y esperar si está vacío de pecado; si es así el Señor abrirá la puerta de la luz de nuestra Resurrección-Iglesia y estaremos en el mundo sin ser del mundo.
La luz de Cristo el joven judío resucitado brillo; brilla y brillará para siempre; de nosotros depende aceptar su sacrificio y su Misa eterna para brillar con El.
Gracias Padre Aberasturi tenga su Feliz Pascua eterna y con su Santo Sacerdocio incluyanos en su Santa Misa y oramos por Ud y por la humanidad agradecidos.






Estarás en la Santa Misa. Y muchas gracias por tus oraciones

13/04/20 1:41 PM
  
Miguel Antonio Barriola
A Dios gracias, quedan todavía en la Iglesia, valientes confesores, como
el Card. Sarah y Ud. mismo, P. Aberasturi, que no dan brazo a torcer ante
la avalancha de "misericordismos" e intentos de congeniar, aún con lo
contradictorio (Abu - Dabi). dentro de la misma Iglesia, "columna de la
verdad".

Recemos y mucho, para que el Resucitado también supere y venza las tramollas, con que quieren engatusarnos.
13/04/20 2:49 PM
  
Palas Atenea
Claro como la luz el post y estupenda la aportación de Mª de las Nieves. El Domingo de Resurrección quedé esperando siquiera la voz de la campana, pero no se me dio, aún así Cristo ha resucitado, verdaderamente ha resucitado. Laus Deo.
13/04/20 3:29 PM
  
Argia
Maria de las Nieves, en la cruz, no solo estaba la Virgen y San Juan, desde luego estaba Maria Magdalena y alguna otra. Las mujeres tienen un papel muy importante en la crucifixión, La Veronica le limpió el rostro, y las otras alli estuvieron al pie de la cruz, aguantando con horror lo inaguantable. Quizás por eso Jesus cuando resucitó se les apareció a ellas las primeras..

"Excepto, eso sí, el escándalo por desconcierto del pueblo fiel, del que casi nadie se acuerda ya a estas alturas…"
Si tengo un poco esa sensación, como que tenemos que llamar la atención, para que vean que existimos, como también parece que tenemos más Fe que muchos sacerdotes y personas consagradas, y esto como que les molesta un poco.
Sarah, gran Cardenal Sarah, es como si fuera de los pocos no contaminados por el coronavirus de la Iglesia.
Muchos soñanos con la renovación de la Iglesia, Jesus ha resucitado, pero nosotros todavia no. Tengamos paciencia con nuestros defectos y pecados y con los de los demás, pero no por eso dejemos de combatirlos. Sobre todo hay que defender la Eucaristía, es lo más grande que tenemos y nuestra fuerza, vuelve pronto Señor, que todos los que te buscan, te encuentren y puedan recibirte.
13/04/20 7:45 PM
  
maru
Dios lo bendiga P. Aberasturi por seguir denunciando todo lo que está pasando dentro de la Iglesia, en este caso, se hace eco de las palabras del gran cardenal Sarah que, por desgracia, a pesar de sus últimos libros, parece que predicase en el desierto. Tanto lo que dice el cardenal como.lo que dice vd. , es realmente, lo que sucede en la Iglesia. Hace ya tiempo que lo estoy viendo en la liturgia, en las predicaciones (incluso de ''personalidades eclesiásticas), en cambiar la doctrina , en hacer hincapie en determinadas páginas de la Biblia, cuando conviene, y olvidándose por completo de otras. Nunca como hasta ahora, se habia podido comulgar como sehace en estos tiempos ()A.L.), el sentido de lo sagrado no existe para nada, ni tan siquierase hace unainclinación en el momento de la consagración (ahora no me puedo arrodillar y soy la única que en toda la Iglesia hace una inclinación, entre todas las personas que quedan de pie. La afirmación del cardenal Sarah es tristísima, pero como vd. bien dice, es la plena verdad y el que no lo vea así, es que no entiende nada de nada. Muchas vecesme pregunto que si creyéramos que recibimos el cuerpo de Cristocon su sangre, alma y divinidad, tendríamos necesariamente, que recibirlo de rodillas o haciendo antes una profunda inclinación , porque estamos ante el mismo Dios, ante elmismo Jesucristo y, en cambio,ves a la mayoria, poniendo la mano o cogiendo al Señor con los dedos sin más, como si recibieras una galleta y sólo fuera algo simbólico. Seguiríacon otras muchas deformacionez que se han.hecho del Evangelio pero para qué , si vd.mejor que nadie ya lo sabe. A los Santos Padres ni se les nombra, lo mismo que a los novísimos al pecado, para que.... si todos nos vamos a salvar etc.etc.etc
Solo me queda , una vez más, agradecerle sus escritos y también al c. Sarah , que es el.únicoque parece le duele la Iglesia.
Que el Señor le proteja y a todos los que se atreven a denunciar. También, mi oración.
14/04/20 12:01 PM
  
Miguel
En el artículo de Infocatólica que cita como referencia ("a las pruebas me remito", dice el P. Aberasturi), en ningún momento aparecen las palabras entrecomilladas "la Iglesia se muere". De hecho lo que según el artículo el Card. Sarah dice es: "A pesar de la violencia de los ataques que pueda sufrir, la Iglesia no morirá".





Para entrecomillar las palabras del cardenal Sarah, "la Iglesia se muere", amigo Miguel, no me refiero a ningún artículo de Infocatolíca. Las he tomado de su tercer libro: "Se hace tarde y anochece". Lectura que recomiendo a todos los que quieran aspirar de un soplo de espiritualidad, de agudeza intelectual, de buen decir -amen de valiente-, de Fe, de Esperanza y de Amor al Señor y a su Iglesia.
Lo que tú entrecomillas, "a las pruebas me remito", las escribo en referencia a la vida del sr. cardenal, a la que no dudo en calificar de "santo". Nada que ver tampoco con ningún articulo de Infocatolica.
Un saludo muy cordial. Pero has errado el tiro. Otra vez será. O no...
14/04/20 4:45 PM
  
Miguel García Cinto
Padre José Luis Aberasturi
Muchas gracias por este ilustrativo artículo o post.
Le ruego nos tenga presente en sus oraciones a cuantos le seguimos con verdadero asentimiento religioso, sin olvidar por ello tampoco, a los que disienten.
El Señor le bendiga y le guarde.





Contad con mis oraciones: os encomiendo en la Santa Misa diaria.
16/04/20 8:24 PM
  
Sara
Gracias a Dios por el Cardenal Sarah y quienes piensan como el porque me han dado paz al alma al explicar todo muy claro.
17/04/20 2:21 AM
  
Mariana
Padre José Luis: Gracias por predicarnos.....

No me olvide en sus oraciones... De verdad las necesito....








Estarás en ellas, especialmente en la Santa Misa. Y reza por mí.
17/04/20 3:26 AM
  
Manuel d
Bravo!! estimado padre Aberasturi
Que el Señor le bendiga. Viva Cristo Rey
17/04/20 2:32 PM
  
Raquel D. Catequista
Gracias, Padre Aberasturi por su post. Y Gracias a Dios también por el Cardenal Sarah. Guardo "silencio" en mi corazón... para no dejar sentir el dolor grande que tenemos con el papa Francisco... y convertirlo en mayor oración por él. Será un granito de arena, pero vale mientras no esté muerto, y pueda contar para su conversión... ¡Todo es posible!
Mi Oración por toda la Iglesia y en especial por los fieles Fieles! Por Ud. P. Aberasturi.





Muchísimas gracias por tus oraciones, Raquel: las necesito.
17/04/20 9:23 PM

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