Manual del Misionero, segun el anterior Benedicto
He encontrado, por uno de esos procesos que llaman serendipity en inglés este precioso texto del anterior papa Benedicto, y me complace compartirlo. Es como un Manual para el Misionero.
Tarea sublime
Es ya hora, amadísimos hijos, de hablar a ustedes, todos cuantos trabajan en la viña del Señor, a cuyo celo, juntamente con la propagación de la verdad cristiana, está encomendada la salvación de innumerables almas.
Sea lo primero, y como base de todo, procurar formarse cabal concepto de la sublimidad de la misión recibida, que debe absorber todas sus energías.
Misión verdaderamente divina, cuya esfera de acción se remonta muy por encima de todas las mezquindades de los intereses humanos, ya que el fin que ustedes buscan es llevar la luz a los pueblos sumidos en sombras de muerte y abrir la senda de la vida a quienes de otra suerte se despeñarían en la ruina.

He encontrado, por uno de esos procesos que llaman serendipity en inglés este precioso texto del anterior papa Benedicto, y me complace compartirlo. Es como un Manual para el Misionero.
Esta es la pregunta que abre uno de los temas de estudio en un reciente foro de
El título es ya explosivo. Un sacerdote amigo llegó a Tarragona y empezó a preguntar sobre las razones del visible nacionalismo catalán. Alguno lo interpeló pronto: “Oiga, ¿a usted quién le enseñó a hablar?” “Mi madre"–respondió el aludido. “Pues eso–concluyó el otro–ya sabe de qué se trata cuando se habla de la lengua.” Mi amigo sacó la única conclusión posible: hay temas que son tan profundamente viscerales que parece imposible entrar en razones. Sencillamente, lo tomas o lo dejas.