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27.03.20

Los dioses malos del budismo tibetano

Los dioses malos del budismo tibetano

 

          Para el budismo tibetano, hay muchos dioses. Ahora bien, estas deidades son consideradas imperfectas, esto es, seres en vía de purificación y en proceso de alcanzar la iluminación. Por ende, son dioses viciosos, que, según la mitología tibetana, a menudo despliegan su furia contra los seres humanos.

 

1.- Primacía (e inexistencia) del Buda

 

Como ya se dijo, Buda prima sobre todo el panteón de divinidades. Él es el-que-está-sobre-todos-los-dioses. Él no es como un dios, sino que es más que un dios. De todos modos, la visión budista es muy paradójica ya que, si bien Buda es más que todos los dioses, Buda no es nada. En efecto, la doctrina de la vaciedad, en la cual reside el mismo eje teorético-metafísico del budismo, es tan extrema que implica que nada (ni siquiera Buda) existe. Esto es, al fin de cuentas, para el budismo, Buda no existe. Y nunca existió.

 

2.- Perversiones divinas

 

          Los dioses budistas son viciosos. Por eso, el budismo tibetano permanentemente previene contra los dioses iracundos («wrathful deities») y exhorta a los fieles a que le rindan culto latreútico a estas perversas divinidades, pues de lo contrario, ellos piensan, éstas se vengarán terriblemente contra los pobres budistas.

 

3.- Dioses transitorios

 

          Ellos creen que los dioses budistas son dioses por un tiempo, luego del cual se reencarnan en otro tipo de ser (hombre, demonio, fantasma, piojo, …) según haya sido su comportamiento. De todos modos, en este caso, más que de “reencarnación”, habría que hablar de “conversión” ya que los dioses serían inmateriales (si bien los pintan de modo antropomórfico).

(Continuará…)

Que Dios nos libre del budismo.

Padre Federico Highton, S.E.

27/III/MMXX

20.03.20

Teología por ZOOM (Ateneo Virtual San Elías)

Ateneo Virtual San Elías (AVSE) o Athenæum Virtuale Sanctus Elias

 

Como fruto del IIº CCC (Curso de Cultura Católica) predicado por la Orden San Elías en Hispanoamérica, lanzamos ad experimentum el Ateneo Virtual San Elías para introducir a las almas a los prolegómenos de la Sacra Teología (que, como enseña Santo Tomás, es la máxima de las ciencias -cf. S.Th., I, a. 5-), Filosofía y otras disciplinas.

El Athenaeum ofrece títulos académicos, que, por el momento, no tienen valor legal sino honorífico.

El primer curso que se ofrece es De Verbo Incarnato, que versa sobre los Misterios de nuestro señor Jesucristo.

Los cursos llevan a cabo de modo virtual utilizando la plataforma ZOOM, que es gratis para los alumnos (pues ya hemos pagado los costos), muy fácil de usar y se descarga (la app se llama “Zoom Cloud Meetings“) e instala en un par de minutos.

En el Athenæum se estudian los primeros prolegómenos de la Sacra Teología siguiendo el método que damos en llamar “Summa-Aurea” (no confundirlo con la obra de  Guillelmus Autissiodorensis ni con un método new-age que andá por ahí), lo cual significa que estudiamos las realidades sobrenaturales en sus mejores fuentes, esto es, en los Sagrados Evangelios, en los Santos Padres (empezando por la Catena Aurea), en el Magisterio de la Iglesia (Catecismo Romano de San Pío V) y en los Doctores (en particular, en la Summa Theologica de Santo Tomás de Aquino).

El Athenæum ya ha comenzado sus actividades de modo público. Los martes a las 18:00 horas (hora central mexicana) tiene lugar el curso De Verbo Incarnato. A su vez, hay algunos cursos intensivos que duran dos sesiones, el primero de los cuales terminará el sábado 28 de marzo a la misma hora y versa sobre Josefología, esto es, el estudio de San José, en cuya Fiesta lanzamos este novísimo proyecto, encomendado a su fiel Patronazgo. Cada sesión (en todos los cursos) es doble y está estructurada en dos bloques de 50 minutos separados de un recreo de 5 minutos.

Esta época pandémica es una providencial oportunidad para comenzar a dedicarnos más intensamente a la contemplación de Dios, que es el fin de la humana existencia.

El Athenæum ya cuenta con varios profesoresabre sus puertas para incorporar aún más profesores. Aquellos profesores (laicos, religiosos o consagrados), que quieran formar parte del cuerpo de Profesores y aquellos que quieran ser alumnos deberán escribir a la Secretaría Académica para inscribirse o hacer consultas a: [email protected]  . Quienes queden satisfechos con el curso, podrán aportar un bono contribución optativo, que será usado a beneficio de las Misiones Ad Gentes del Omnes Gentes Project (OGP).

Ya hay varios cursos confirmados y las inscripciones están abiertas (los cupos son limitados):

 

1- De Deo Trino I o Teología Trinitaria I (Padre Christian Ferraro)

 

2- De Eucharistia I (Padre Hans Federico Leverberg)

 

3- Exorcística I (Padre Diego Fuentes)

 

4- De Verbo Incarnato I (Padre Federico Highton)

En estos tiempos donde las más prestigiosas y caras Universidades del mundo dictan cursos on-line, la Iglesia debe aprovechar estos recursos para enseñar la Verdad salvífica.

 

Que la Virgen y San José alcancen de Dios enormes bendiciones para este nimio proyecto apostólico,

 

Padre Federico Highton, SE

 19-III-MMXX, Fiesta de San José;

Post actualizado el 24-III-MMXX

12.03.20

El budismo es ateo

por el Padre Federico Highton, S.E.

Misionero en el Himalaya

El budismo tibetano lo niega todo, esto es, niega a Dios, niega la realidad y niega al prójimo. Esta triple negación es una negación universal.

El budismo tibetano niega a Dios, esto es, es metafísicamente ateo. Ahora bien, si el budismo es ateo, ¿qué es? ¿Una religión? ¿Una filosofía? ¿Una ciencia? La respuesta es compleja. Veamos.

El budismo no puede ser considerado una religión (ya que es ateo), pero, ¿puede ser clasificado como una filosofía? Creemos que no ya que filosofía es el «amor (o filia) a la sabiduría», pero para el budismo, toda filia (o amor o deseo) debe ser extirpado. Hay otro motivo más para negar el carácter filosófico del budismo: todo filósofo aspira a la verdad (la verdad es la conformidad de la inteligencia con la realidad), pero para el budismo no hay ni inteligencia ni realidad (ya que nada es), por ende el budismo no es una filosofía.

Si bien no es una religión ni una filosofía, algunos pretenden que el budismo es un sistema básicamente científico. No es así. El budismo tibetano no tiene nada de científico pues contiene absurda mitología y terroríficas supersticiones.

Alguno, teniendo en cuenta el yoga, pretenderá que el budismo es una gimnasia, más allá de que como gimnasia, deja mucho que desear y es largamente superada por la gimnástica occidental. De todos modos, no es una gimnasia ya que el sentido de la actividad física yóguica es alcanzar una supuesta iluminación interior, ajena a todo quehacer deportivo.

Y, entonces, ¿qué es el budismo? Es una concepción metafísica atea y desviada mezclada con idolatría, magia negra, satanismo, ejercicios físicos, supersticiones y mitologías. En suma, es un pozo de perdición y confusión.

El budismo ignora a Dios y lo sustituye por Buda, que acaba ocupando el lugar del Altísimo. Buda, queriéndolo o no, cae en la tentación adámica del «seréis como dioses» (Gen III, 5), esto es, en el budismo, se configura una operación de reemplazo de Dios por Buda.

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25.02.20

P. Federico Highton, SE. Conferencias en Hispanoamérica

El Padre Federico Highton, SE, misionero en la Meseta Tibetana (www.adgentes.sanelias.net), estará en los próximos días dando conferencias en Hispanoamérica, acerca de la importancia de la misión en tierras de paganos, la vocación misionera y el voluntariado laical.

Los países que visitará serán:

- México
-Panamá
-Colombia
-Paraguay

Algunas de las conferencias ya están coordinadas y otras aún por coordinar.
Si alguno tiene el deseo o la moción de organizar algo en su ciudad, puede ponerse en contacto con la srta. Karla, a la siguiente dirección de correo electrónico: [email protected]

¡Viva la misión!

Dejamos aquí un vídeo de una de las entrevistas realizadas.

20.02.20

San Pablo, Apóstol Parresíaco

Por el Padre Lic. Federico Highton, S.E.

 

 

En estas breves líneas, ayudándonos del libro de Josef Holzner “San Pablo. Heraldo de Cristo” (Herder, Barcelona 1967), nos referiremos a un tema apasionante: la parresía en San Pablo, el Apóstol por excelencia.

I.- Contexto eclesial parresíaco

San Pablo fue un modelo insigne de parresía y, más específicamente, de parresía apostólica. La parresía, dicho llanamente, es el coraje heroico para decir la Verdad, proclamándola con la disposición a perderlo todo -incluso, la vida corporal- con tal de decir lo que Dios pide decir o, mejor dicho, lo que Dios inspira decir. Es una virtud esencial para aquel que sea llamado a la vida apostólica ya que, como bien dice Holzner, “La muerte de mártir o por lo menos la perspectiva de ella pertenece, según la Sagrada Escritura, al estatuto normal de la vida del apóstol[1].

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