El Vives canónigo

De tanto hablar del nombramiento de Turull como canónigo de la catedral de Barcelona (por cierto, adelantado en esta web, por Prudentius de Bárcino el pasado día 25 de mayo), ha pasado desapercibida la designación de los otros tres miembros del capítulo catedralicio y, muy especialmente, de uno que me ha causado una enorme satisfacción: Mossèn Josep Vives Trabal. Por dos circunstancias: la primera –y más importante- por tratarse de un nombramiento merecidísimo, para quien se ha pasado media vida (todavía es joven) al servicio del culto de la catedral barcelonesa y la segunda, por paradójica -al menos, en esta diócesis-, por tratarse de un sacerdote ordenado en la diócesis de Toledo.

Mossèn Vives (voy a distinguirlo del otro Vives, como el canónigo; pues supongo que esto no es ofensivo, ahora que tenemos que cuidarnos de los disparos de fuego amigo) es un sacerdote barcelonés, nada menos que de la gótica Calle del Duque de la Victoria (hoy llamada, Carrer del Duc, al objeto de menospreciar al liberal General Espartero), que lleva más de veinte años como sacerdote en la catedral de Barcelona, teniendo la responsabilidad de su culto diario desde más de doce años. Durante esta etapa se ha distinguido tanto por su sencillez personal como por su extraordinario celo en el cuidado de la devoción y el rito. Cura que no solo viste de sacerdote, sino que se cuida mucho de ir perfectamente ensotanado por el principal templo de la ciudad y que no tiene ningún reparo en pasar horas confesando, a pesar de sus múltiples ocupaciones. Cuando lo he visto en la catedral (siempre y a todas horas) con su extraordinaria humildad y sus evidentes dotes de servicio, siempre he pensado: ¡Aquí tenemos a un hombre de Dios! A ello se une el esmero en la liturgia que se practica en la catedral, que es uno de los templos barceloneses donde se lleva el culto con mayor dignidad. Como, por otra parte, es obligado que sea en la primera de sus iglesias. Pero en Barcelona pasan tantas cosas raras…

No voy a discutir que habría otros sacerdotes con más títulos para ser designado canónigo y que, sobre todo, a muchos otros les habría hecho mayor ilusión que al bueno de Mossèn Vives, pero se trata de un justo y apropiado nombramiento, para quien se ha desvivido por el culto y la dignidad de la iglesia catedralicia.

Tampoco ha de pasar desapercibido que se trata de un cura de Toledo. Català de socarrel e hijo de un “senyor” de Barcelona, pero que, como otros muchos, prefirieron estudiar en el Seminario de Don Marcelo, antes que pasar por un desacreditado seminario barcelonés. ¡Cuanto se mofaba nuestra intocable progresía de los curas de Toledo y ahora los tienen que ver a unos como prelados y a otros como canónigos!

Ha sido un nombramiento ejemplar, por el cual no me duelen prendas en felicitar y agradecer a nuestro arzobispo. Igual que le doy mi enhorabuena por haberse negado a asistir a la encerrona del programa de TV3, El Club. Efectivamente, nuestro cardenal estaba invitado a ese programa de TV3 (que no es otro que aquel en que Pepe Rubianes perpetró sus conocidos insultos contra España) y, una vez en sus estudios, se negó a ser entrevistado, al no presentársele cuestionario previo. Nuestros lectores de fuera de Cataluña podrán pensar que se trata de un acto de cobardía o de censura de nuestro arzobispo, pero los que conocemos el talante de este programa (que suele usar la sátira contra la religión católica) sabemos que de no hacerlo así, Sistach habría caído en una trampa. Pues no, nuestro cardenal supo tener la personalidad suficiente para no ser objeto de la burla y el sonsonete de siempre y los dejó plantados y sin novia.

Son dos buenas noticias. Y es de reconocer que Sistach ha tenido el acierto que, de tanto atraerse el sector progre, ahora éstos no le dicen ni mu. ¿Se imagina alguien lo qué habrían dicho de Carles sí planta a un programa de TV3 o nombra canónigo a un sacerdote de Toledo? Evidentemente, hay que saber caer en gracia y, en esto, Sistach ha sido un maestro. Esperemos no lo estropeé cambiando de parroquia a un tal Romeu.

Oriolt

Germinans germinabit