Más sobre Mn. Boix y la "Unió Sacerdotal"
He leído el escrito de Antoninus Pius (12/10/2011) sobre Mn. Boix y me gustaría añadir algunos comentarios y valoraciones del mismo. En primer lugar me ha sorprendido que, acostumbrados a la buena documentación fotográfica a la que nos tiene acostumbrados Germinans publique una fotografía a blanco y negro y de poca calidad sobre el finado. Es por ello que me he permitido la libertad de enviarles esta fotografía a color por si quieren aprovecharla. En ella pueden ver a Mn. Boix hablando por su telefóno móvil, también pueden observar que lleva corbata, siguiendo el patrón de este tipo de sacerdotes, que visten de paisano, como en la fotografía que publicaron, pero que cuando participaban de algún acto importante se ponían la corbata como si se tratara de un director general de la Generalitat de Catalunya.
No soy nadie para juzgar a un sacerdote en su totalidad, además espero que en el último momento hubiera hecho un buen acto de conciencia antes de entregar su alma a Nuestro Señor. De hecho me llena de esperanza las palabras que escribió antes de morir en las que hay un reconocimiento de sus debilidades: "Sé que me espera un Padre bondadoso y que, aunque mi vida haya tenido momentos de debilidad, me dará un gran abrazo y me invitará a un gran banquete para celebrar la fiesta de mi llegada". Lo único que quiero valorar es la actitud de este sacerdote y de otros similares, en una determinada época, momento en que se fraguó la hecatombe diocesana que vivimos en Barcelona.


La basílica de Sant Josep Oriol se llenó este lunes en la Santa Misa funeral que se ofició por el eterno descanso de quien fuera su párroco, el Rvdo. Josep Boix Puig, fallecido este pasado día 7 de octubre. La ceremonia fue presidida por n.s.b.a. cardenal Martínez Sistach, concelebrada por el actual obispo de Girona, Don Francesc Pardo y por una cincuentena de sacerdotes, entre ellos la plana mayor de los hombres de confianza de nuestro actual arzobispo (Rvdos. Salvador Pie, Jesús Sanz, Salvador Bacardit, Xavier Morlans, Jaume Aymar, Josep Maria Jubany…) Entre el público también pudo verse al famoso Rvdo. Manuel Pousa, conocido por presumir de haber pagado abortos. No estaba el obispo auxiliar Don Sebastià Taltavull, a quien cada vez es más extraño verle en ceremonias donde también está el cardenal, a no ser que sea absolutamente imprescindible. Quien si estuvo desde la distancia fue el copríncipe de Andorra Don Joan Enric Vives, de quien se leyó un telegrama que había enviado para la ocasión. La presencia del obispo Pardo, para algunos extraña y hasta provocadora, tiene su explicación en su pasado como miembro de la "Unió Sacerdotal".
Este domingo tuvo lugar la proclamación del templo gerundense de Sant Feliu como basílica menor. El acto fue presidido por el cardenal Cañizares, prefecto de la congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, que -como nos suele contar el crack Cigoña- pasa más tiempo en España que en Roma. Ya les he explicado en otras ocasiones que no escasean las visitas del prelado valenciano a Cataluña, especialmente Barcelona, donde guarda una amistad interesada con el arzobispo Martínez Sistach. Sin embargo, no ha sido hasta su viaje a Gerona cuando el purpurado se ha soltado a hablar en catalán, cual quedó patente en la homilía en la que alternó con el castellano. Cañizares es natural de Utiel, zona castellano-parlante de la provincia de Valencia y jamás se le había oído hablar en la lengua de Josep Pla. Por otro lado hace más de cuarenta años que no ha residido en su región natal. Tampoco es que tenga una impresionante facilidad con los idiomas, siendo muy precario el italiano que gasta en la Ciudad Eterna. Causó sorpresa el detalle del prefecto, máxime si se recuerda que había definido





