1936 - Primero de Septiembre - 2009: El Dr. Samsó y el Dr. Sistach

Más musulmanes practicantes que católicos practicantes

Van pasando los días desde que el Santo Padre firmó la declaración como beato del Dr. Josep Samsó i Elias, párroco mártir (+1 de septiembre de 1936) de Santa Maria de Mataró i el més calent és a l’aiguera. A nivel de la curia diocesana no se está haciendo nada para dar a conocer una figura que incomoda a muchos sacerdotes y a la intelligentzia del nacional-progresismo eclesial catalán. Si pudieran lo beatificarían rápido y al final de la Misa dominical vespertina del sábado en la catedral y así se quitarían al beato de encima. En Mataró esta actitud esta haciendo mosquear a mucha gente, por no decir otra cosa.

La capital del Maresme ha sido tratada con una dureza inhumana por el centralismo nacional progresista eclesial barcelonés. El nacional progresismo eclesial barcelonés mientras se quejaba de la Conferencia Episcopal Española por centralista, por imponer sus criterios al margen del hecho diferencial catalán, por hacer injerencias ignorando la idiosincrasia del lugar etc…, hacia justamente lo mismo que criticaba, crecido y aumentado, sobre Mataró.

Sometida a este colonialismo práctico ejercido por los que van de salvapatrias y contrario a toda inculturación, la antigua ciudad levítica del obispado de Barcelona, con sus tradiciones religiosas y personalidad propia, ha sido convertida en un erial. La política del cloroformo y el bozal a toda disensión interna local que alzara su voz contra esta dominación y manipulación ha conseguido pervertir el catolicismo de la población y abocarlo a su práctica desaparición.

Mataró, arrasada por la Unión Sacerdotal de Barcelona (Batlles, Colomer, Brustenga…), por el secularizado Lligadas, por la infecta Casa de Santiago (Cussó, Socias…), por todos los iluminados que nadie quería en Barcelona (Seliva, Prieto…), por el puritanismo catalanista del traspasado obispo Carrera (Barat…), cosecha los frutos de el nacional progresismo catalán: el número musulmanes (12.000) es superior al número de católicos practicantes (7.000). Empiezo a entender, por analogía, porque se perdió el antiguo cristianismo, en un principio tan espléndido, del Norte de África.

Arenas movedizas: la beatificación del Dr. Samsó entendida como un “marrón”.

El nacionalprogresismo eclesial no puede sacar tajada de la beatificación de este párroco mártir que murió fusilado sin juicio previo hoy hace 73 años.

Josep Samsó amaba a Cataluña, era un catalán 100%. Por su proceder, por su personalidad y carácter cumplía con todos los tópicos buenos que nos ponen: trabajador incansable, assenyat (sensato), austero en el vestir y el comer, nada ruidoso, sereno. ¿Pero qué ve el clero y la intelligentzia seglar burro-progres? A un eclesiástico tibio en materia nacional. Fruto de sus delirios y paranoias, no pueden presentar al Dr. Samsó como un “capellà compromès amb el país”. El Dr. Samsó no da juego por esta vía.

Josep Samsó era un párroco extremadamente caritativo con los pobres. Un hombre que no tenía ni un duro, y que el mismo era un nulla habens, calzó, vistió y alimentó a centenares de pobres. Por el despacho del párroco desfiló una parte más que considerable de la miseria vergonzante de Mataró. ¿Pero qué ve el clero y la intelligentzia seglar burro-progres? Beneficencia. Esa beneficencia que engrasaba con limonas la maquinaria de la explotación de los obreros por el capital.

¿Qué sucede pues? Nuestros burro-progres eclesiales analizan al Dr. Samsó mediante categorías marxistas. Y claro, les sale rana. No pueden presentar al Dr. Samsó como un “capellà compromès amb els pobres”.

El Dr. Samsó no tenía ni puñetera idea de doctrina social de la Iglesia. Como nuestras abuelas piadosas. Pero como muchas veces sucedía con ellas, caminó por senderos de justicia. No era un sacerdote “social”, evidente. No podía predicar conceptos y materias que le desbordaban por desconocimiento. No era jurista, ni empresario, ni político, ni profesor universitario. ¿Qué hubiera respondido el Santo Cura de Ars si se le hubiera preguntado por las relaciones del cristianismo con el Derecho Internacional Público?

Y es que aquí nos enfrentamos a uno de los pecados más graves que han asolado Europa desde la Ilustración mal entendida: la soberbia de los que van por la vida de intelectuales menospreciando la vida de los sencillos. Ignorando que a la Sabiduría le gusta morar en los pequeños.

Josep Samsó era un sacerdote de los pies a la cabeza. Enamorado de su sotana, trabajador diligente y confesor incansable. Es impresionante el número de monjas y curas que salieron de su plantación, la mayoría antiguos catequistas suyos. Eran el fruto de horas y horas de santas conversaciones espirituales, de su llamada al cultivo de la vida interior y de su propia vida ejemplar y modélica para esos jóvenes. Realmente el Dr. Samsó era un sacerdote encuñado en la factoría Pío X: vida sacerdotal integral, valorización de la Fe de los niños, impulso de la catequesis, restauración litúrgica…

¿Pero qué ve el clero y la intelligentzia seglar burro-progres? Una especie de lefevreriano avant la lettre. No pueden presentar al Dr. Samsó como un “capellà compromès amb el Vaticà II”. No lo pueden presentar como un precursor de su “Iglesia del Vaticano II”, esa creación falsa que con tanta razón expuso Oriolt hace pocos días en su sección en Germinans. Bien al contrario lo ven como un retrógrado fuera de tiempo y lugar que se distancia del discurso que han construido para legitimar sus posturas. ¡Qué daño les hace que se tenga que beatificar al Dr. Samsó en vez de a Carles Cardó!(con todo el respeto a este personaje, pues no es cosa nuestra juzgar su santidad). ¡Como debe rascar y gruñir Albert-Manent-el-que-se-le-paró-el reloj-en-1928!

El clero y a la intelligentzia seglar burro-progres que tanto abunda por nuestros lares es víctima de su ignorancia, de sus fantasmas y de los discursos que se han montado. Lo peor es que sus decisiones nos perjudican a todos. Es al Dr. Samsó al que no quieren ver ni en pintura: un cura joven, que fue enviado como responsable de Basílica de Santa Maria de Mataró con solo 32 AÑOS, de doctrina y vida recta y que levantó una parroquia que era un “campi qui pugui” (¡cada cual se las arregle como pueda!). Si se recupera su memoria histórica se corre el peligro de llegar a conclusiones para hoy que refutarían muchas conclusiones progresistas.

Ahora el Dr. Samsó sufrirá su tercer martirio. El primero fue el físico. El segundo fue el que le hicieron los más adictos al Alzamiento Nacional, presentándolo como un mártir de su causa (a un cura párroco que a duras penas debía saber quien era Franco y que en 1931 hizo un llamamiento a los católicos locales para defender sin rebajar convicciones el catolicismo dentro del respecto al nuevo orden constitucional republicano). Esta vez el martirio será pasivo. Con cloroformo y bozal.

Ojalá des de Roma o desde la Nunciatura alguien le pegue un toque a Sistach y se desmarque de la mêlée.

El Directorio de Mayo Floreal