La Virgen del Pilar, quemada en Sierra Nevada
Según publicaba el diario Ideal, de Granada, y que recoge Eclesia digital la noticia es la siguiente:
“El vandalismo llega hasta Sierra Nevada, donde han quemado la Virgen del Pilar que una peña montañera le regaló al Sereim hace 27 años como agradecimiento.
La pequeña imagen de la Virgen del Pilar que se encuentra bajo el hito que corona la cima del Mulhacén fue víctima de un acto vandálico hace un mes. La puerta de cristal que la protegía apareció rota y la figura sufrió un incendio que la ha dejado totalmente calcinada.
El alpinista que descubrió estos daños cogió la imagen de la Virgen y la dejó en el refugio militar de la Hoya de la Mora. Desde entonces, uno de los miembros que subió la imagen a la cima en 1982, Ángel Abellán, la conserva y, al parecer, está interesado en restaurarla para intentar devolverla posteriormente a su lugar original.”
Conozco personalmente el lugar donde estaba situada la imagen de la Virgen del Pilar: es el techo de la peninsula española, es el pico montañoso más elevado de toda la superficie peninsular. Allí no hacía daño a nadie, allí estaba como muestra de Madre de todos los montañeros que por aquellos parajes han pasado, tanto en invierno, como en verano, conservando los neveros que permanecen enteros de hace siglos. A esta imagen se han encomendado todos los que por allí hemos pasado.
En los momentos de peligro, especialmente, en invierno, la Virgen del Pilar ha sido la mediadora para que muchos alpinistas perdidos por la ventisca pudieran salvar la vida gracias a los miembros de los equipos de rescate, agentes de la Guardia Civil, cuya patrona es la Pilarica.
Conozco personalmente a Ángel Abellán, quien estoy seguro que la restaurará y la volverá a colocar en la cima del Mulhacén. Con razón me comentaba, hace unos meses, que aún no se habían metido con ninguno de los muchos símbolos sagrados que se ubican en Sierra Nevada. Ya le ha tocado a la Virgen del Pilar.
¿Lo harán, también, con la Virgen de las Nieves, que tiene su capilla mucho más abajo, más cerca de los ojos de Ángel Abellan?. Esperemos que no, y que lo ocurrido no vuelva a pasar nunca más.
Tomás de la Torre Lendínez
