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18.08.09

Adán y Eva, según Zapatero

En los tiempos de crisis económica, social, moral, política, intelectual y demás….el ingenio nunca duerme. Ese ingenio español capaz de llenar las mejores páginas de la literatura española clásica. Vemos una muestra, que me ha enviado un lector de este blog, que firma con el mote de “el almendro". Dice así:

“Después de otra reunión de la UE, algunos ministros decidieron pasar por el
Museo del Louvre para “aliviar” el estrés y se paran meditativos ante
un precioso cuadro de Adán y Eva en el Paraíso.

Suelta Angela Merkel:
- Miren que perfección de cuerpos: ella esbelta y delgada, él con cuerpo
atlético, los músculos perfilados … Los estereotipos son necesariamente
alemanes.

Sarkosy respondió de inmediato:
- De ninguna manera. Es evidente que el erotismo que se puede ver desde ambas
figuras… ella tan femenina … él tan masculino …
saben que pronto llegará la tentación … Sólo pueden ser franceses.

Moviendo negativamente la cabeza, Gordon Brown arriesga:
- Of course not! Miren atentamente … la serenidad de sus rostros, la
delicadeza de la pose, la sobriedad del gesto … Sólo pueden ser Ingleses.

Después de unos segundos más de contemplación, Zapatero exclama: - NO
ESTOY DE ACUERDO. Miren bien: no tienen ropa, no tienen zapatos, no tienen casa,
sólo tienen una manzana para comer … no protestan y encima piensan que están
en el paraíso … No tengo la menor duda, son españoles.”

Somos Adán y Eva en el paraiso, en versión libre, del presidente del gobierno, quien incluso cree, y no le falta razón, que vivimos en el mejor de los mundos posibles; donde danzan los pastores al son de flautas mágicas felices y contentos; donde los poetas lanzan al aire unos poemas inmortales dejando claro el regocijo general; donde los escribientes a sueldo de presupuesto estatal exhalan loas y alabanzas al bienestar de un estado del bienestar; donde los pintores dejan cuadros espléndidos llenos de paisajes de ensueño y marinas en el atardecer del archipiélago canario; donde los escultores dejan pruebas en piedra de un pueblo feliz y contento que baila y canta en el festivo agosto.

Todo esto está atado y bien atado por los medios de comunicación, siempre fieles al pensamiento único y al carril de obligada circulación mental y experimental. Todo en aras de mantener una España cándida, limpia y llena de gentes felices, que no perturben el descanso de ninguno de sus gobernantes, que piensan lo que creen, creen lo que dicen y mienten a todos horas y todos se lo siguen creyendo. Esto solamente es posible en España.

Tomás de la Torre Lendínez