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8.04.09

No el diez, sino el treinta por ciento

En la última Cena del Señor con los apóstoles, éste instituyó dos sacramentos esenciales: la Eucaristía y el Sacerdocio. Los doce, presentes en el Cenáculo, comulgaron por primera vez en sus vidas y además fueron constituidos los primeros obispos de la naciente Iglesia, asentada sobre la roca de Pedro, quienes tras pasar por todo el drama de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor y la siguiente Ascensión a los cielos, llegó el día de Pentecostés, la Pascua del Espíritu Santo, donde recibieron, en forma de lenguas de fuego, la fuerza del Espiritu del Señor para evangelizar hasta el último confín de la tierra.

En estas fechas, varios obispos han rogado a los sacerdotes suyos, colaboradores en el ministerio pastoral de sus diócesis, que, ante la crisis tan enorme que vive España, sean generosos y solidarios con los que sufren y aporten el diez por ciento de sus sueldos para que se canalicen en favor de los más necesitados.

Esta petición es muy interesante, porque seríamos los sacerdotes, los primeros que de modo real, libre y colectivo, dieramos esta cantidad para los sufrientes de la crisis económica que asola y quema a muchos españoles.

Pero, el hecho es que ya hace mucho tiempo, un buen número de sacerdotes entregan no el diez sino el treinta por ciento de sus nóminas a Cáritas. Aparecen como donativo anónimo. En las comunidades parroquiales no conocen esta donación nadie. Ni tampoco en la administración diocesana. Pero, la realidad es que en España, el número de curas que tienen este gesto de solidaridad ha subido mucho. Solamente lo sabe Dios y la conciencia propia de quien realiza esa obra de caridad y misericordia. En todo caso, solamente el confesor del donante es el despositario de un secreto guardado por el sigilo sacramental.

Nosotros lo publicamos porque es bueno que ante la fecha del Jueves Santo, jornada eminentemente sacerdotal, se conozca que los curas españoles somos unos pobres pecadores, pero también unos libres cooperantes, desde hace años, de la acción caritativa de la Iglesia que es Cáritas, quien está siempre al lado de los más necesitados.

Cuando, ahora, varios obispos han pedido ese gesto a sus sacerdotes es porque, a la vez, estos pastores de equis diócesis también lo hacen sin que la mano derecha sepa lo que hace la izquierda.

A quien lea estas líneas le rogamos, solamente, una oración por los curas españoles. Por todos sin excepción. Gracias.

Tomás de la Torre Lendínez

El padre Bru ha sido amenazado de muerte

Me ha llamado un amigo para indicarme lo que leen ustedes en el título: El padre Bru ha sido amenazado de muerte. Veanlo por sí mismos, está en su blog de cope.es. Corresponde al pasado dia 4. Dice así:

• diosesprovidente Dice:
4-6-2009 @ 19:08
No entiendo que tiene que ver la descripción de la Iglesia, por otra parte intachable, con esas acusaciones sobre las propuestas hechas a un comunicador por una empresa, que son tan dignas y tan legales, tan normales y tan naturales, como cualquier otro tipo de propuesta (que yo sepa aquí nadie se ha cargado a nadie, aunque yo ya he recibido amenazas de muerte por quienes piensan igual que ustedes). No lo entiendo. Y menos entiendo que tiene esto que ver con lo que yo cuento en mi blog, pero esa es la historia de siempre.
• Fandor Dice:
4-6-2009 @ 19:57
A mí estos dobles sentidos, estas segundas intenciones, no me gustan nada en un sacerdote de la Iglesia. Si usted quiere hablar de Federico, ¡hágalo!, pero no lo embadurne con argumentos teológicos.



Comprenda, D. Manuel Mª, que para muchos católicos, oyentes de “La Mañana” no nos son gratas las últimas noticias. No es que crea que Federico es un santo. Se equivocará cien mil veces, como todos (¡Cómo no hacerlo en 6 horas diarias de emisión en directo!). Tampoco creo que tenga nadie que eternizarse en antena pero, tal como están las cosas, no me parece que fuera el momento oportuno para el relevo. Así que no veo los motivos para tomar tal decisión. Salidas de tono y desmanes, los podemos encontrar en otros programas. A cierto colaborador le escuché decir una vez: “¿Es que en esta casa no cagan?” Y lo decía por los obispos, con toda la intención. ¡Caramba si se llega a escuchar semejante cosa en “La Mañana”! ¿No cree?
Dicho sea con todo mi respeto hacia usted como sacerdote, pero así es como veo las cosas.

Por nuestra parte deseamos dar a conocer una situación que seguramente no es conocida por la mayoría de los lectores de El Olivo, que, ahora, serán los que saquen sus propias conclusiones.

Tomás de la Torre Lendínez