Ni cuatro, ni tres, ni dos, ni una sola misa
No tuvimos ni una sola misa según el rito latino en su forma extraordinaria.
Las razones han sido las mismas que surgen aquí y allá.
No daré mayores explicaciones nada más informo para que este fin de semana y ojalá a cada misa a la que asistamos la ofrezcamos por las intenciones del Santo Padre en relación a este tema.
Gracias a todos los que nos han acompañado y lo seguirán haciendo. En verdad hemos apreciado la compañía pero además constatado las gracias recibidas en virtud de la Comunión de los Santos.
Algún día escribiré las crónicas de este camino que aunque arduo no nos ha llevado a los ticos a otra cosa que a aprender abrirnos ante el Misterio y dar gracias desde lo más profundo de nuestro corazón.

Sentados esta mañana en una cafetería en una soleada mañana de invierno y mientras el sacerdote amigo nuestro funcionario de Ecclesia Dei hablaba de sus experiencias, de su vocación, de su trabajo, lo escuchaba en silencio y de pronto surgió en mí la pregunta: ¿Por qué diantre deseo la misa antigua? Nunca he participado en ella y conozco tan, pero tan poco del rito que me avergüenza por lo que me veo obligada a tratar de explicarme por qué. Si, por qué deseo la misa antigua?
Ya se, ya se que están todos (me corrijo) estamos todos muy emocionados por la hiper-mega-super-fantástica JMJ pero es que también lo estoy con los preparativos para las misas que esperamos celebrar en nuestro país la próxima semana.