Sacerdotes sin tiempo
He visto sacerdotes que no tienen tiempo para ofrecer sin prisa los sacramentos u ofrecerlos del todo.
Oh, Señor, tú que conoces el corazón de todos y la razón por la que tus sacerdotes ya no tienen tiempo, te rogamos: auméntanos la fe y danos de tu gracia.
Ten piedad así de sus almas y de las nuestras. Amén.

Muchos han llegado a calificar de extravagancias algunos gestos del papa, como por ejemplo, aquella llamada suya al hombre del puesto de periódicos en Buenos Aires.
No se cómo ha sido para ustedes pero supongo que no muy diferente al mío ya que desde abril a todos se nos ha “movido el piso”.
Justo el domingo desde muy temprano, tres personas -una tras otra- pelearon conmigo sin motivo. La última, gritaba y gesticulaba con cara de loca. Tan asustada estaba, que empecé a gritarle de vuelta para que no me gritara. ¡Vaya escena! ¿Pueden imaginarla?
Nuestro Señor Jesús tuvo algunas ideas descabelladas. Lo de la morera del Evangelio de ayer es una de ellas.