La liturgia de lo cotidiano

No se puede decir que haya quedado igual que antes de la pancreatitis y cirugía de vesícula del mes de marzo; para empezar estoy menos gorda, también locuaz y un poco más chistosa pero, también he notado que tengo sentimientos que antes no tenía y algunos no son de mi agrado.

Un sentimiento que tengo y que jamás tuve es la envidia; la envidia es tristeza por el bien ajeno.

Me hace sentir muy incómoda pensar que me pongo triste porque alguien es feliz, afortunado o dichoso en este mundo, sobre todo porque no sé por qué tengo ese sentimiento o para qué me sirve darme cuenta que lo tengo.

El caso es que hoy desayunaba un té con unas tostadas con mermelada de guayaba y queso fresco mientras reflexionaba sobre este asunto; así que, tomé a una de las personas que me provocan envidia y empecé a alegrarme por cada detalle que conozco de ella y felicitarla por su dicha a la vez que daba gracias a Dios.

Conforme lo hacía me iba dando cuenta que, Jesús bueno que siempre está conmigo, me escuchó cuando, al sentarme a desayunar, le pedí salud para mis heridas.

Dice el padre Javier Sánchez Martínez lo siguiente:

«Cuando se participa en la liturgia de modo consciente, activo, interior, la vida se va transformando en una liturgia de lo cotidiano, en un culto vivo de las cosas cotidianas, lo ordinario de la vida. Aquello que vivimos en la sociedad, el ámbito familiar y de amistad, el oficio o profesión, el apostolado, etc., son la materia y el lugar donde damos culto a Dios, sirviendo a Cristo y santificándose: ¡la santidad es la liturgia de lo cotidiano, ordinario y oculto!». De su artículo titulado Participar, hacer de la vida una liturgia cotidiana.

El caso es que después de la cirugía no he quedado igual por lo que estoy acostumbrándome al nuevo funcionamiento; o, más bien debería decir, cómo ha indicado el padre Javier, a dar culto a Dios en lo ordinario de la vida de manera consciente y activa.

No les parece que una vida interior bien vivida es como una misa?

Deo omnis gloria!

5 comentarios

  
Martinna
Pues yo doy gracias a Dios por ti, porque me haces sentir que no voy sola por el camino hacia Dios, cuando leo lo que escribes es como un encuentro en el camino, como si me saludaras y me contaras lo que te pasa y me alegro, porque no tengo a mi alrededor alguien que como tú viva en comunión con Dios y lo cuente

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Qué cosa tan bonita has dicho y te lo agradezco para que juntas demos gracias a Dios porque, vieras que a veces no le encuentro mucho sentido a contar estas cosas; ahora me dices que te sirve y entonces doy gracias a Dios contigo.

No sé si ese será tu nombre pero tengo una muy querida amiga en el cielo que se llama como tú; me hago cargo que es mi querida Martina la que me ha dicho esto a través de ti.
13/07/21 6:11 PM
  
Argia
Creo que nos suele pasar lo de querer cosas que no nos suceden o vivir en situaciones que al verlas en los demás por fuera, nos parece que sería lo ideal para nosotros. Pero hay que saber que esto es mentira, no por tener lo que queremos, vamos a ser más felices, porque aunque lo consigamos, ya se encarga Dios de mandarnos otra penitencia.
Nuestra situación, aunque fuera la máxima indigencia, es la mejor para nosotros, porque no se trata de ser felices con lo que tenemos, sino de como respondemos a lo que Dios nos da.
La felicidad más grande posible en la tierra, es aceptarlo todo, ofrecerlo todo, y dar gracias por todo lo que nos toque vivir.
Los grandes santos, llegan a este estado.
Bajo el punto de vista humano, es dificil de entender como S. Francisco de Asis, le decia a Dios el día que no le mandaba una cruz, : hoy has pasado de mi.
Dificil tarea, pero no imposible, porque El hace casi todo, si nos dejamos guiar por El.


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Argia
Es exactamente como has dicho.
Por eso también le pido a Dios que me de lo que a los santos.


14/07/21 10:43 AM
  
Argia
¡ Animo valiente !


15/07/21 7:41 AM
  
Mariana M
Muy lindo tu testimonio (y valiente) que puede servir a muchos. Nunca conocemos mucho a casi nadie, así que no podemos saber cuánto es feliz, amargado, pesaroso, tranquilo. No tenemos idea por suerte. Porque nuestra capacidad es muy chiquita.
La reflexión de la liturgia de lo cotidiano es muy bella. Demos gracias a Dios siempre y en todo lugar.
18/07/21 1:44 AM
  
Maria. M.
A mi me das envidia tú, sana envidia, porque Dios te regala la Gracia del autoconocimiento propio y la sencillez y generosidad de compartirlo. Dios te bendiga!!!
22/07/21 12:05 PM

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