InfoCatólica / Deo Omnis Gloria / Archivos para: Abril 2016

9.04.16

Carteles católicos (en facebook)

Tengo un grupito en facebook que contiene sacerdotes y laicos muy bien instruidos en la fe quienes me han inspirado a crear una página que he titulado Carteles católicos en la que divulgaré aquellos que he venido elaborando, otros que haré próximamente y, además, los que encuentre en la web y que apoyen la finalidad con la que he creado la página.  

La he creado para que, con imágenes y texto, ustedes se sirvan de los carteles para divulgar breves reflexiones doctrinales, teológicas, la Palabra de Dios, citas de los Santos Padres así como de grandes santos, etc. que contribuyan a cimentar la propia fe y la de los conocidos que consigan entrar en contacto con sus publicaciones en sitios web, blogs y redes sociales.

Espero que sea una herramienta tan útil como lo ha sido la otra página que abrí hace algún tiempo que titulé Carteles y videos provida la cual ha obtenido en ocasiones un alcance de hasta 140.000 mil personas a través de una sola publicación.

Pues bien, haré todos los carteles que pueda con información vital para el tiempo que corre pero de ustedes dependerá que fluya como el viento a lo largo y ancho de la web.

Quienes tengan facebook, den ME GUSTA a la página y COMPARTAN.

Si tienen imágenes, carteles o texto que desean convertir en cartel, háganmelos llegar. Con tiempo, haré lo que esté de mi parte para hacerlos realidad. 

En las negritas de arriba coloqué los enlaces y, para dar un ejemplo de las publicaciones que estaré realizando les dejo aquí el más reciente cartel.

Muchas gracias,

 

 

7.04.16

Hallar gracia en una antena de telefonía celular

No solo mi vida está actualmente llena de obstáculos y vericuetos sino también la vida de la Iglesia; por momentos, duda uno si es que las circunstancias lo que pretenden es obligarnos a movernos de lo que aparenta ser una cómoda posición o, por el contrario, probar la firmeza de nuestras convicciones. 

El que, por ejemplo, hayan colocado dos esperpénticas antenas para telefonía celular, una al Este y otra al Oeste de mi casa, justo en la posición por donde en verano sale y se oculta el sol, me ha servido para reflexionar sobre el tema.

Por un lado, uno podría dejar fluir libremente la indignación por ver arruinado el paisaje maravilloso del que por medio siglo ha disfrutado o, podría –quizá- moverse tan solo unos cuantos pasos para continuar gozándose en el Sol.

Con la primera opción podría quizá uno resignarse a que se le “atraviesen” antenas en su vida; con la segunda, pues nada, que resulta una opción insegura, riesgosa y, hasta en algunos casos, imposible.

Este asunto de las antenas, de cierto modo sintetiza lo  que, en general, podría estarse presentando en nuestra vida y en la vida de la Iglesia que evita que nos gocemos en las promesas del Señor lanzadas desde antiguo con la idea de que nos permitieran vivir en Gracia y Libertad.  

El caso es que, me pregunto, existe algo que podamos hacer para cambiar el hecho de la existencia de la antena? Pues no. Nada podemos. Y, debido a que nada podemos, es que la existencia de la dichosa antena adquiere sentido.

Lo tiene en cuanto a que me obliga convivir con ella y, en ese acto, decir a todos Quién es Cristo para una vecina cualquiera que convive con una antena aborrecible.

San Pablo convivió, por gracia, con la espina en su carne, yo, convivo con mi antena.

Tú, quizá, podrías estar conviviendo con una enfermedad o, tal vez, con un enfermo en casa.

Tú, por otro lado, podrías haber recibido la noticia de un embarazo inesperado o, quizá riesgoso para tu salud o la de tu hijo; en cambio, tú, podrías estar padeciendo el escándalo de un sacerdote amigo encontrado en un acto homosexual o el dolor de la aparición de un pederasta en tu movimiento.

Tú, más allá, podrías estar agobiado por la conducta de tu obispo y, tú, sufriendo por lo desconcertante que es tu párroco.

Algún otro podría estar sufriendo lo innombrable debido a que, por todo lo anterior, el celo por la casa del Señor lo consume.

Y así con todos. Cualquiera podría tener cualquier cosa que ha sido permitida por el Señor quien, sin duda, tiene más de una buena razón para haberla puesto ahí.

Así es como he hallado gracia en mi antena de telefonía celular.