Titanic: el cura que se ahogó oyendo confesiones y rezando el rosario
Si este fin de semana no se ha enterado Vd que se cumplían los 100 años del hundimiento del «insumergible» Titanic, es muy probable que esté muerto. ¡Qué pesadilla!, era imposible sustraerse.
Pero hubo historias asombrosas y edificantes. Y no, no tienen nada que ver con DiCaprio y Winslet. Son historias reales, de amor humano y de amor de Dios. Quizá la más llamativa fue la de Thomas Byles.
Sacerdote inglés, converso del anglicanismo, viajaba para celebrar la boda de su hermano William en Nueva York. Rezaba el «breviario» en cubierta cuando el Titanic chocó con el iceberg.
Agnes McCoy, superviviente, relató los últimos momentos del sacerdote:
Cuando el Titanic se fue a pique, el Padre Thomas Bayle estaba de pie en cubierta rodeado de católicos, protestantes y judíos arrodillados a su alrededor. Byles rezaba el rosario y oraciones por el eterno descanso de las almas de aquellos que estaban a punto de perecer. Administró los últimos sacramentes a mucha gente. En la primera fase de la catástrofe escuchó muchas confesiones.
Se me ponen los pelos de punta. Rechazó por dos veces el bote salvavidas, en los que también ayudó a embarcar a otros. Pío X lo describió como «un mártir de la Iglesia».
Últimos comentarios