Isabel no entiende la satisfacción de Caritas con la nueva ley de vivienda
No lo digo yo. Lo dice Cáritas.
Entiendo, es su obligación, que a Cáritas le preocupen los pobres y la pobreza. Pero… Como decía el buenazo de Ananías en mis tiempos de joven religioso, lo que pasa es que pobres hay muchos. Por ejemplo, la hermana de Joaquina. Joaquina, sí, la amiga de Rafaela.
Isabel, la hermana pequeña de Joaquina, marchó de casi niña a Madrid a servir. Toda una vida trabajando en el servicio doméstico, echando horas y ahorrando hasta la última monedita pensando en el día de mañana. Con su esfuerzo fue haciéndose con un capitalito a base de trabajar como una burra, que decía ella, sin mirar horas y sin permitirse ni un capricho. Pero bueno, como decía, tengo mi pisito en Madrid y otro más alquilado para complementar la pensión y vivir con un cierto desahogo, que bien me lo he ganado.

Vivimos de grandes titulares. Punto.
Lo primero de todo decirles que estoy bien y que no sucede nada especial. Acostumbrados a que publique algo casi a diario, entiendo que quince días sin una línea hayan podido ser motivo de preocupación. Ninguna. Ni me han misericordiado, ni estoy enfermo ni tengo especiales problemas.
Desde este pasado miércoles nos están acompañando en los días de semana santa unas
Cada año, el jueves santo, vuelvo a pensar en el sentido de mi sacerdocio y cómo lo voy viviendo según pasan los años. No se me asusten si les digo que este año me viene a la cabeza y al corazón sobre todo la palabra CANSANCIO. Sí. Me siento cansado, que no desanimado, que son cosas bien distintas.





