No se conformen con ir hacia la frontera: ¡SALTEN!
Nunca me gustaron los chantajes. Por eso cada vez que alguien amenaza con irse de algún sitio si no se le hace caso mi respuesta es la misma: corre, que para luego es tarde. Adiós.
Esta mañana, uno más que viene amenazando con que son no sé cuántos los cristianos que se están yendo hacia la frontera. Se llama Víctor López y no sé quién es y para lo que nos ocupa me importa bien poco, ya que el problema es el chantaje de toda la vida: oigan, que como nos parece que la jerarquía no hace ni dice lo que mis coleguis y yo creemos que debe hacer y decir, pues que lo mismo nos empezamos a deslizar hacia la frontera.

Un sacerdote joven, buen amigo, me pedía hace días sugerencias para la misa del gallo. Por circunstancias personales su párroco estará fuera esa noche y se dirigió a un servidor en busca de “genialidades” para que la misa fuera especial. Se me ocurrieron algunas cosas:
Servidor tiene la costumbre de irse a la cama en compañía de la radio. Con dos condiciones: que lo que haya sea algo de hablar (no música) y no deportivo. Fuera de eso igual me da teatro, que tertulia política, divulgación o poesía épica. Igual me da.
La gente en general, los católicos en particular, observo que tienen una capacidad de entrega y sacrificio que me impresiona cada día. Eso sí, siempre que lo que se les pide sea algo que de verdad merezca la pena.