Memos con balcones a la calle
Dentro de los católicos, como en cualquier colectivo, hay de todo, como debe ser. Un católico malo, un sacerdote malo, un religioso malo, es un peligro. Un católico bobo, un religioso bobo, un sacerdote cantamañanas acaban, si Dios no lo remedia, en un tsunami de proporciones inimaginables.
Dentro del colectivo de religiosos, religiosas y curas del común abunda el espécimen, sobre todo porque nos han enseñado a ser buenos pero hubo gente que faltó a la clase donde se explicaba el arte de colocar el listón en el sitio ese justo donde acaba la bondad y comienza el hacer el canelo.

El evangelio de ayer domingo es uno de esos textos que se prestan a la casuística. ¿Aún lo recuerdan? Si hombre: “Sabéis que está mandado: ‘Ojo por ojo, diente por diente’. Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, al que te pide prestado, no lo rehúyas”.
Para empezar, vamos a ponernos de acuerdo en que es la Iglesia quien ha recibido del Señor el encargo de anunciar el evangelio y de administrar los dones de la salvación. Vamos a confesar que es la Iglesia quien tiene potestad para determinar cómo celebrar los sacramentos en modo y tiempo. Es la Iglesia quien regula cómo celebrar correctamente la Eucaristía, los posibles ritos, tiempo y lugar y demás circunstancias.
En estos últimos días, desde que saltó a toda la prensa la palabra “Valdeluz”, son ya unas cuantas las personas que me preguntan por el asunto, muy posiblemente con la vana pretensión de obtener de mí alguna revelación secreta o al menos palabras de reproche contra lo que ha sido mi vida durante años. Insisto: vana pretensión.
Hace unos días ha pasado por aquí un grupo de voluntarias de Cáritas de una parroquia vecina para conocer nuestros proyectos, especialmente en el tema de empleo. Buena gente, entregada, solidaria, acompañadas por la trabajadora social de la zona que es quien anda coordinando y animando sus proyectos.