Rafaela y el nuevo alcalde
El pleno municipal se presentaba movidito. Tras unos cuantos chanchullos del partido ahora el alcalde era Tomás, el de la mina. Después de unos años fuera del pueblo trabajando en la minería asturiana, de ahí el apodo, regresó prejubilado y con un cierto caché de conocer y saber. Sindicalista de joven, y experto en todas las reivindicaciones, rápido fue pescado por la izquierda del municipio primero como concejal y, cosas de la vida, ahora alcalde y de rebote.
Primer pleno municipal. Rafaela, mientras tomaba su manzanilla en el bar de la esquina, echó un vistazo al orden del día. Normal, normal, esto también… hasta que llegó al punto siete: “revisión de IBI y demás exenciones a la parroquia”. La parroquia, tradicionalmente, no solo no pagaba el IBI según marca la ley, sino que también estaba exenta de la tasa de basuras, vado y otras tasas municipales. Incluso los arreglos de las campanas se pagaban a medias entre parroquia y ayuntamiento. Costumbres.

Nunca podré entender la intangibilidad del P. Ángel en Religión Digital. En ningún sitio, pero en Religión Digital menos.
Tras las elecciones europeas de ayer supongo que habrá muchos católicos felices. Yo para nada. Más aún, no solo no me siento feliz, sino que estoy muy preocupado. Las razones son evidentes. Me preocupa que entre la extrema izquierda (IU y adyacentes) y la extremísima izquierda que es “Podemos” hayan cosechado nada menos que 2.800.000 votos. Me preocupa que en el País Vasco Bildu (Eta) se haya alzado con más de 177.000 o que en Cataluña la fuerza política más votada sea Esquerra.
En las revistas de humor, las viñetas son chistes. En los medios de información serios o que pretendan serlo, las viñetas son editoriales. Más aún, son los más cuidados editoriales. La razón es simple: leerse un artículo de opinión más o menos largo supone un esfuerzo. Una viñeta es algo mucho más inmediato, directo, desenfadado que permite soltar todo lo que se lleva dentro y quizá no fuera conveniente expresar con palabras.
Nada de volver a cantar aquello del “romano imperialista, puñetero y desalmado”. Bah, el romano imperialista es una hermanita de la caridad al lado de las hemerotecas, profundamente fascistas y reaccionarias, empeñadas en fomentar el odio, la violencia y la permanente división entre las dos Españas.





